Según la Real Academia de la Lengua Española, ciencia deriva del latín scientia, es nombre femenino y se define como «rama del saber humano constituida por el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento». De otro lado, la RAE define el saber ... o erudición como tener mucha o poca ciencia, es decir, ser un 'hombre de ciencia'. Explícitamente no figura ser una 'mujer de ciencia'. Craso error, ya que las mujeres y la ciencia forjan una buena mezcla.
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Podríamos ir a la historia para nombrar grandes avances científicos ligados a las mujeres, pero voy a apuntar a la actual pandemia para descubrir cómo la ciencia hecha por mujeres va a servir para controlar la pandemia al haber descubierto la vacuna, que es sin duda la única medida para conseguir eliminar la enfermedad covid-19. Dos ejemplos: Katalin Kariko, la bioquímica húngara que pasó 40 años trabajando en la sombra y desarrollando avances claves para las vacunas de ARNm de Moderna y BioNTech, que curiosamente recibía una carta de rechazo tras otra de instituciones y compañías farmacéuticas cuando les pedía dinero para desarrollar esa idea. O Sarah Catherine Gilbert, vacunóloga británica profesora en la Universidad de Oxford que lidera el trabajo de la vacuna de Oxford para la covid-19, junto a Andrew Pollard.
Personalmente, me dedico a la investigación epidemiológica por vocación. Hace 45 años cuando acabe la licenciatura, no era habitual que una médica se dedicara a la ciencia, ni siquiera que se mantuviera activa tras la maternidad, la verdad. Pero yo, que soy una mujer poco dada a variar mis decisiones, mantuve firme el objetivo marcado como si de un proyecto de investigación se tratara. Para conseguirlo, tuve que hacer oposiciones varias a la administración intentando complementar mis tareas de trabajo con la mirada investigadora de detección de los determinantes de salud y la traslación comunitaria de las causas asociadas a la pérdida del nivel de salud. Finalmente, la Universidad de Oviedo me ha apoyado y permitido cumplir mi objetivo de dedicarme a la ciencia.
Ahora la situación de las jóvenes investigadoras es probablemente más difícil de lo que fue para mí. Los gobernantes pregonan a los cuatro vientos que la investigación es importante, pero es una absoluta hipocresía. Hoy, tras el grado y el master universitario, se puede optar a alguna de las escasas plazas de investigador predoctoral que a los cuatro años las convierte en doctoras, pero que no ofrece estabilidad o continuidad alguna. Cada uno de los pasos siguientes es un nuevo concurso de obtener un contrato limitado en el tiempo. Es cierto que las dificultades y la competencia escoge a las mejores (pocas afortunadas), pero no es aceptable que las convocatorias sean tan escasas para una sociedad que ya empieza a entender la trascendencia de la investigación, o al menos eso pregona.
A mi edad debería entender casi todo, pero la verdad es que no entiendo casi nada: ¿Por qué no hay un cuerpo de investigadores en las universidades?, ¿por qué la investigación solo puede ser un trabajo extra para clínicos o docentes?, ¿por qué las y los investigadores deben optar solo a puestos limitados en el tiempo sin continuidad ni estabilidad alguna? Yo lo desconozco, quizás las y los lectores de esta columna tengan respuestas. Lo que sí conozco con seguridad es que provoca una sangría de jóvenes investigadoras a otros países, que igual es mejor para ellas, pero no para nosotros. En Asturias una luz de esperanza es el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias, nuestro querido ISPA que espero y confío pueda crear y mantener un cuerpo de investigadores y técnicos de investigación que puedan dedicar el 100% de su tiempo a investigar.
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Es un honor para mí compartir mis viejas experiencias con las jóvenes investigadoras tan capaces y preparadas como las de este dominical. Y recuerdo curiosamente la divina voz de Ana Belén cantando «Contamíname, mézclate conmigo, que bajo mi rama tendrás abrigo». La mujer y la ciencia se mezclan muy bien, créanme, y no sabría decir quién da abrigo a quién.
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