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«Ese 25 fue como si se parara el tiempo para mí. Hay golpes que sabes que te van a pasar tarde o temprano pero hay golpes que jamás te imaginas que te podrían pasar a ti. Ojalá pudiéramos ser como un ordenador o un ... móvil, que pudiéramos borrar la información cuando quisiéramos, pero somos personas y por más que queramos no podemos borrar nuestros recuerdos». Así habla la joven a la que José Enrique Abuín intentó secuestrar hace ahora un año en Boiro, un suceso que se tradujo en la resolución del caso Diana Quer y publica ahora www.abc.es
Pasadas las diez y media de la noche del 25 de diciembre de 2017, cuando hacía más de dieciséis meses de la desaparición de la joven madrileña en A Pobra do Caramiñal, el depredador buscaba una nueva víctima para saciar su sed de mal. Lo había intentado sin éxito un día antes, Nochebuena, con un grupo de tres jóvenes -al menos una de ellas menor de edad-, pero fracasó.
El día de Navidad rondaba las calles desiertas del municipio coruñés de Boiro cuando vio caminar sola a María, una chica mayor que Diana Quer pero con algún parecido físico. Abuín la abordó y trató de introducirla en el Alfa Romeo gris de su esposa.
Volvió a nacer
Los gritos alertaron a dos jóvenes que pasaban por allí, y que frustraron el ataque cuando la chica tenía medio cuerpo dentro del maletero.
María volvió a nacer en las pasadas Navidades, pero le quedaron secuelas: «Los recuerdos conviven con nosotros día a día, con el tiempo se hacen más llevaderos, pero jamás podrás olvidarlos. Ojalá pudiéramos ser como un ordenador o un móvil, que podríamos borrar la información cuando quisiéramos, pero somos personas y por más que queramos no podemos borrar nuestros recuerdos», escribió tres meses después, el pasado 25 de marzo, en su perfil abierto de una red social. María se mostraba muy afectada, pero también luchadora: «Poco a poco me estoy recuperando porque esto no va a poder conmigo y voy a luchar a por todas».
Aprovechó el mensaje para pedir justicia sin ambages: «Solo espero que ese malnacido que me jodió la vida lo pague, aunque sabiendo la mierda de justicia que tenemos en España no va a ser así». Terminó su texto, las únicas palabras públicas que ha pronunciado hasta la fecha sobre el suceso, dando las gracias «a toda esa gente que me está apoyando»: «En las malas es donde ves a la gente y esta vez he visto a más gente a mi lado de lo que podría esperar. Gracias».
La investigación sobre el paradero de Diana Quer estaba empantanada. La Guardia Civil tenía sospechas sobre José Enrique Abuín, pero no pruebas sólidas para detenerlo. Tras el altercado, los agentes mostraron la foto del «Chicle» a María, quien lo identificó sin duda alguna como su agresor. Además, también reconoció el coche.
Cuatro días después, el 29 de diciembre, la Benemérita detuvo a José Enrique Abuín, que terminó confesando el crimen de Diana, cuyo cuerpo fue hallado 48 horas después en el depósito de agua de una nave abandonada en Rianxo.
El agresor será juzgado por estos dos casos a lo largo de 2019. Primero responderá por los hechos de Boiro, después de que la titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 2 de Ribeira lo procesara acusado de los delitos de agresión sexual y detención ilegal, ambos en grado de tentativa. Después se sentará ante un jurado popular para dar cuenta del terrible crimen que sí logró, el de la joven Diana Quer.
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