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Dicen que el mundo es un pañuelo y, ante un desastre natural como el ocurrido en Valencia se vuelve incluso más pequeño. Lo demuestran la solidaridad y la ayuda que desde hace semanas lleva recibiendo la Comunidad Valenciana y que ha movilizado a miles de personas en Asturias, entre ellas Aitor, Omaira y Pablo, tres policías locales de Castrillón que el lunes se desplazaron hasta Catarroja como voluntarios para aportar su grano de arena en la limpieza de la zona. También a Jorge, socorrista del Ayuntamiento de Castrillón, quien llegó esta semana a Paiporta, zona cero de la DANA, para contribuir en las labores de desatasco y limpieza de algunas calles y donde se quedará hasta el fin de semana. A él se unirá algún socorrista más del concejo en los próximos días.
En Catarroja, donde se encuentran los tres agentes, Aitor explica que el caos se extiende en algunas calles mientras que otras se encuentran desiertas. «Lo que se dice por ahí de que esto es un caos, depende de qué calle. Hay calles que hay muchísimo militar y policía pero igual giras a la derecha y en otra no hay nada», explica. Pese a ese «caos», asegura que «la coordinación a nivel de núcleo está genial porque tienen un puesto de mando con Policía Local, Nacional, Guardia Civil, militares… Nos facilitaron un vehículo, una emisora y a funcionar. Es una pasada, a nivel de terreno la coordinación es buena en cada núcleo pero cuando intentas coordinarlo todo es imposible».
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A pesar de que muchas carreteras ya han sido despejadas, queda aún mucho por hacer en los locales y las casas que han sido anegados por el agua y el barro. Precisamente en su primer día parte del trabajo ha consistido en limpiar junto a otros voluntarios de Madrid uno de los bajos afectados en la zona. Además de su presencia los tres agentes han trasladado desde Castrillón a Valencia diez paquetes de botellas de litro y medio de agua que han transportado en su coche. «Comida traemos para nosotros porque ya nos dijeron compañeros que no hacía falta y además lo ves por la calle que hay muchos sitios que están dando comida, lejía, material… hay mucho material pero no existen los medios para moverlo. Hay compañeros que van a 40 pinchazos al día», cuenta Aitor.
Junto a la falta de medios otro de los problemas se encuentra en las alcantarillas, las cuales están en su mayoría atascadas. Jorge, desde Paiporta, donde el fango aún se acumula en las calles, asegura que «los sumideros están atascados» por lo que la labor principal es «tirar todo el barro al cauce del río» para evitar que ante la previsión de lluvias que se esperan para esta noche y para mañana la situación empeore. Algunas de esas alcantarillas se han ido vaciando, sin embargo, la gran mayoría se encuentran atascadas.
La alerta por lluvias tiene a vecinos y voluntarios con la mirada puesta tanto en el cielo como en las calles, con el miedo a que el barro vuelva a llenarlo todo. «Utensilios y mobiliario se sacó todo, pero todo lo que se hizo hoy de trabajo igual mañana vuelve a estar lleno de fango», cuenta Aitor. Los agentes volverán el viernes a Castrillón mientras que el equipo de Salvamento lo hará el fin de semana.
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