PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA
Lunes, 17 de enero 2022
Al entrar en Castrillón la vía jacobea de la costa regala al viajero el sosiego de volver a transitar a la sombra de un bosque natural, tras haber fatigado sus pasos por el trazado urbano avilesino. Muy próximo, en el límite entre los dos municipios, en un peñón de Raíces se alzó durante todo el medievo la fortaleza de Gauzón mandada construir por Alfonso III el Magno. Allí se labró la Cruz de la Victoria y probablemente la llamada Cruz de Compostela que el rey asturiano y su esposa Jimena llevaron como ofrenda al apóstol en el año 874. Si el primer peregrino fue Alfonso el Casto, la primera peregrina documentada fue ella. El Magno y Jimena emprendieron el trayecto a Santiago al menos en dos ocasiones, coinciden en aventurar distintas fuentes. La segunda sería en el 899 para presidir la consagración de la nueva basílica compostelana. Fue levantada por los mismos años que una iglesia más modesta, la del monasterio de San Miguel de Quiloño, uno de los principales hitos del camino histórico en el concejo castrillonense. Entre las reliquias que se depositaron en el altar figuran las de diversos santos, pero destaca uno en particular: Sancte Iacobi. No sería arriesgado suponer que alguna relación hubo de tener esa reliquia con las romerías de Alfonso III a Santiago.
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La iglesia de San Miguel de Quiloño que hoy vemos es del siglo XVIII. Jovellanos la visitó en uno de los viajes que registra en su diario y dejó de ella una pincelada cuando menos curiosa en su comparación de las singulares agujas de teja roja que la distinguen. Tras volver de Pravia por Soto del Barco apunta: «Nos anocheció en Quiloño. Dos agujitas que tienen su nueva o renovada iglesia, parecen dos quesos de puño». El ilustrado gijonés copió la inscripción depositoria de reliquias del antiguo monasterio en la que aparece el nombre de Santiago. Junto a esta placa se conservaba otra del cenobio que hubo y que desapareció en la guerra civil. Conocemos su texto por la transcripción que hizo en 1887 el erudito Ciriaco Miguel Vigil: ADEFONSVS CHRISTI SERVVS. Algunos autores han querido identificar a este Adefonsus con el Rey Magno, pero, como ha señalado en época actual el historiador César García de Castro Valdés, 'servus' suele aparecer referido a prelados de rango superior, como obispos o abades, y el monarca asturiano se intitula en otras inscripciones como 'famvlvs Christi' o 'famvlvs Dei'. Estas son las que aparecen en las cruces de la Victoria y Compostela.
Alfonso III consolidó el culto jacobeo, siguiendo la política de sus antecesores Alfonso el Casto y el primer Ordoño. Bajo su reinado se dispusieron los primeros hospitales para peregrinos como el de Villarmilde, en tierras de Tineo, fijando así igualmente el itinerario del Camino Primitivo. Sería El Magno también quien, con el traslado de la corte a León, propiciaría el inicio del Camino Francés. Ambos conducirían a Compostela a peregrinos de toda Europa durante siglos junto a la otra vía principal, la de la Costa o del Norte. A su paso por Castrillón, de San Cristóbal y La Plata a Santiago del Monte, los vestigios de las fundaciones de Alfonso el tercero, el castillo de Gauzón y Quiloño, son fieles testigos de un tiempo clave para el impulso de las peregrinaciones a la tumba del apóstol. El poeta irlandés Seamus Heaney, en sus 'Little Canticles os Asturies', hablaría de esa vía, «next morning on the way to Piedras Blancas», por la que él también viajó oyendo un eco ineludible hacia donde caía el sol: «Of the distant Compostela, stela, stela».
P. A. M. E
José Ramón López Valdés preside la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Castrillón, un colectivo vecinal que lleva años trabajando por la conservación de la vía jacobea en el concejo. Entre los hitos de la ruta histórica destaca San Miguel de Quiloño, «el primer referente que tenemos»; también El Ventorrillo, «donde hubo una venta de postas», y sobre todo La Plata: «El nombre viene de una vía ya de romanos y celtas» y la fuente-lavadero que su asociación descubrió para registrar en el catálogo urbanístico «servía para dar de beber a los peregrinos». Sus quejas son para el estado del itinerario: «El camino que une la fuente de La Plata con Coto Carcedo pedimos reacondicionarlo hace seis años y empezaron ahora. Lo único que han hecho ha sido destrozarlo, es un atentado que vamos a llevar a Patrimonio y a la Unesco». Igualmente el tramo que conduce a Quiloño «se intercala en la AS-320 y desde 2004 pedimos señalización y que se acondicione una senda, por el peligro de arrollamiento». Ironiza sobre la expectativas del Año Santo: «Para el Jacobeo tendrán que pasar con catiuscas o en helicóptero porque esto está intransitable».
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