Ocurrió en una cafetería de Chantilly, en Francia. Un caballo entró al galope completamente desbocado sorprendiendo a los clientes. Al parecer, se había escapado de unos establos cercanos.
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La clientela tuvo que esquivarlo hasta en dos ocasiones para no sufrir ningún daño.
El animal ... decidió darse un paseo por el núcleo urbano, situado a un kilómetro de las cuadras. Vio la puerta abierta de la cafetería y no lo dudó: entró hasta la cocina galopando y obligando a clientes y camareros a refugiarse donde pudieron. «Entró empujando la puerta y corrió hasta el fondo, allí se dio la vuelta y salió por donde había venido, rompiendo una mesa y varias sillas», cuenta el dueño, Stéphane Jasmin.
Asegura que lo vieron venir, pero que nunca se habrían imaginado que el caballo acabase dentro del local, ubicado enfrente de la estación. «Cinco minutos antes había unas veinte personas en el mostrador, pero se habían ido a coger su tren sobre las 9:55», explicó Jasmin, de modo que la fortuna quiso que nadie resultara herido.
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