JAVIER MARTÍNEZ y MANUEL GARCÍA
Jueves, 5 de diciembre 2019, 09:27
Marta Calvo murió el mismo día de su desaparición, el 7 de noviembre, en la casa de Manuel donde mantuvo la cita sexual con el narcotraficante colombiano Jorge Ignacio P. J., de 37 años. Tras entregarse en la madrugada de ayer a la Guardia ... Civil en el cuartel de Carcaixent, el presunto homicida confesó que descuartizó el cuerpo de la joven de 25 años, metió los trozos del cadáver en bolsas y los tiró a varios contenedores de basura.
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Horas después, el detenido ha declarado ante los investigadores que Marta murió durante una práctica sexual con consumo de cocaína, conocida como 'fiesta blanca'.
El detenido por la desaparición de Marta Calvo ya fue investigado el pasado mes de abril por la Policía Nacional tras la muerte de una prostituta en Valencia. Jorge Ignacio P. J. fue el último cliente de una meretriz que falleció en un hospital días después de sufrir convulsiones en una casa de citas del distrito de Ruzafa. Jorge entró con la mujer en una de las habitaciones de la vivienda para mantener relaciones sexuales y consumir cocaína, según las investigaciones.
El equipo de investigadores de la Guardia Civil que trabaja en el esclarecimiento de la muerte de Marta Calvo tiene previsto conducir este jueves al autor confeso de este crimen a la localidad de Manuel, donde se perdió la pista a la joven, para la reconstrucción de los hechos.
Según han informado fuentes conocedoras de la investigación, los especialistas en homicidios de la Guardia Civil desplazados hasta Valencia habrían tomado esta decisión tras haber escuchado la declaración del sospechoso, Jorge Ignacio P.J., durante más de cinco horas.
Así, se prevé que durante este jueves el detenido sea trasladado desde la Comandancia Provincial de Valencia, donde ha permanecido en las últimas horas, a la vivienda que tiene alquilada en Manuel, donde se tiene constancia que estuvo Marta Calvo antes de su desaparición.
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Después de confesar Jorge Ignacio P. que había troceado el cadáver y lo había tirado a varios contenedores, un equipo de investigadores de la Guardia Civil centró sus pesquisas en la búsqueda de los restos humanos y el rastreo de los residuos sólidos que arrojan los vecinos de Manuel a los depósitos de basura.
Con tal motivo, dos agentes se desplazaron a la planta de tratamiento de Guadassuar y se entrevistaron con un responsable del centro de reciclaje. Las modernas instalaciones, donde se trituran y aplastan todos los residuos que tienen un tamaño inferior a los 10 centímetros, dejaron de funcionar durante una hora aproximadamente mientras los guardias civiles comprobaban el procedimiento de reciclaje con la recogida manual de recipientes metálicos, botes de plástico y cartones que realizaba una veintena de trabajadores. Tras esta inspección, tanto la Guardia Civil como los propios empleados de la planta consideran bastante improbable que un cuerpo descuartizado no hubiese sido detectado en las cintas transportadoras.
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Pero este centro de reciclaje no es el único donde los investigadores buscan el cadáver de la víctima, ya que el presunto homicida pudo haber arrojado los restos humanos en contenedores de l'Olleria, donde también residía Jorge Ignacio P. en otra vivienda alquilada, o en depósitos de basura de Silla, otra localidad que los investigadores relacionan con el caso.
El cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent se convirtió en el foco de atención de los medios de comunicación cuando trascendió a primera hora de la mañana que el sospechoso de la desaparición de Marta había acudido a estas dependencias policiales para entregarse.
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La entrada y salida de vehículos con agentes de paisano fue continua ante la atenta mirada de una veintena de periodistas gráficos y redactores. Los guardias civiles se desplazaron a otras poblaciones para realizar diversas gestiones relacionadas con la búsqueda del cadáver, y mientras tanto, el detenido esperaba el momento de poder entrevistarse con su abogado. Jorge Ignacio P. había confesado que había descuartizado el cuerpo cuando le preguntaron dónde estaba Marta, pero estas manifestaciones las realizó antes de que fuera asistido por un letrado.
Días antes, la madre del narcotraficante contactó con el abogado Óscar Fernández para encargarle la defensa de su hijo. La idea de la familia y del letrado era convencer al entonces sospechoso y huido para que se entregara, como así sucedió en la madrugada de ayer.
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La Guardia Civil también tomó declaración el pasado lunes a la madre de Jorge Ignacio P. en el cuartel de Patraix, segun informó un pariente del detenido, y la persuadió para que colaborase en la posible entrega de su hijo en el caso de que el huido se pusiera en contacto con ella. La mujer viajó el 8 de noviembre, un día después de la desaparición de Marta, desde Mallorca a l'Olleria para acompañar a su hijo el día de su cumpleaños, pero no notó ningún comportamiento extraño de Nacho, como ella le llama.
El abogado del presunto homicida llegó al cuartel de Carcaixent sobre las cinco de la tarde. Dos horas más tarde, el letrado fue increpado por un grupo de vecinos cuando salió unos momentos a la calle. Algunos individuos que se congregaron en el lugar le pidieron incluso a gritos que no defendiera al detenido.
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Minutos después de las once de la noche, el abogado abandonaba definitivamente el cuartel de Carcaixent sin realizar declaraciones a los periodistas que esperaban en la puerta, mientras el detenido era trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Patraix. Aunque no ha trascendido el contenido de la declaración de Jorge Ignacio P., al haber decretado el juez el secreto de las actuaciones, fuentes de la investigación señalaron que la búsqueda del cuerpo de Marta se reanudará esta mañana con los datos aportados por el delincuente colombiano.
La desaparición de Marta Calvo trascendió cuando una asociación de familiares de personas desaparecidas difundió los datos y la foto de la joven de 25 años en Twitter. Desde el primer momento, el narcotraficante colombiano se convirtió en el principal sospechoso de la muerte de la joven.
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Los agentes del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia identificaron a Jorge Ignacio P. horas después de que la madre de Marta presentara la denuncia por desaparición en la comisaría de Abastos de la Policía Nacional. Los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) de la Guardia Civil, junto a los efectivos del Laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Valencia, inspeccionaron las viviendas de Manuel y l'Olleria donde residía el sospechoso y se incautaron de varias prendas con posibles restos de sangre.
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