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Ciberdelitos
No es tu banco: así es como te pueden estafarCiberdelitos
No es tu banco: así es como te pueden estafarLos ciberdelitos están disparados en Asturias, con 23 estafas denunciadas al día, pero si hay una modalidad delictiva que se lleva la palma es aquella en la que los estafadores intentan a toda costa suplantar a los bancos para hacerse con las claves de acceso a las cuentas de sus clientes. Una auténtica plaga. Especialmente, «en el caso de algunas entidades financieras, que no están poniendo las barreras suficientes y tienen una brecha de seguridad importante».
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Aquí el modus operandi consiste en enviar SMS ('smishing') o correos electrónicos ('phishing') fraudulentos alertando de algún tipo de incidencia en su cuenta (por ejemplo, una transferencia que usted no ha autorizado), de manera que pinche el enlace que le mandan e introduzca sus códigos de acceso. «Una técnica que también se ha perfeccionado con el llamado 'spoofing', que consiste en que los delincuentes envían mensajes o realizan llamadas desde un número que, aparentemente, es el mismo que el de la entidad bancaria».
Eso fue lo que le ocurrió hace apenas unos días a F. A., un asturiano de 41 años que iba con prisa a recoger a su hija del colegio cuando recibió el siguiente SMS: «Un dispositivo no autorizado se ha conectado a su cuenta. Si no reconoce este acceso, verifique su identidad».
«Un mensaje al que normalmente no hubiese prestado atención. Si no fuese porque estaba en el hilo a través del cual mi banca 'online' me comunica habitualmente las claves de acceso y seguridad», explica F. A., que, al ver su dinero «en peligro», pinchó en el enlace, accediendo «a la supuesta web del banco», donde metió su usuario y contraseña. Y, acto seguido, recibió una llamada en la que «un agente muy amable de la entidad se presentaba. Decía llamarse Roberto y venía al rescate. Me explicó que iban a anular las transferencias que un desalmado de Madrid había efectuado sin mi consentimiento y que, para ello, solo necesitaba la clave que me acababa de llegar por SMS». Y le dice, de paso, debe actuar ya si quiere lograr anularlas. Así que F. A.. con el miedo en el cuerpo, se la facilita. Y solo segundos después se da cuenta de que ha sido «estafado de la forma más absurda»:«Me sentí un auténtico pardillo. Me quedé en estado de shock, con ataques de pánico, pensando en cómo me había podido pasar eso a mí. 7.900 euros. Los ahorros que eran fruto del esfuerzo de mi trabajo». Los mismos de los que en su banco no quisieron saber nada: «Fueron incapaces de congelar una transferencia fraudulenta realizada hacía solo diez minutos».
Los consejos de la Policía son muy claros. En el caso de los mails, «comprobar la dirección del remitente antes de abrir el correo recibido y verificar que sea legítimo. En caso de duda, consultar con el banco antes de abrirlo», explica el inspector Fernando Garmón Mayo, jefe del grupo de ciberdelincuencia y delitos económicos de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, que recuerda que «hay que tener presente que ninguna entidad u organismo oficial solicita las credenciales de acceso por estos medios. Y, por lo tanto, no se deben compartir las credenciales de acceso, datos bancarios o personales».
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Tampoco se deben abrir archivos adjuntos de correos spam o de remitentes desconocidos y conviene comprobar que la dirección de internet que figura en la barra del navegador es la de nuestra entidad financiera y analizarla con detenimiento «porque, a veces, son muy similares». Una recomendación a la que se suma «tener siempre actualizado el sistema operativo de nuestro ordenador, móvil o tablet y usar un antivirus», además de que «es aconsejable no conectarnos a nuestro banco desde redes wifi públicas.
Y, finalmente, «nunca facilitar credenciales de acceso en llamadas o SMS recibidos, aunque en el móvil aparezca el teléfono de su banco».
La Policía recuerda que «cualquiera puede caer» y que «muchas veces somos más desconfiados en la vida real que en internet, donde bajamos las barreras»: «¿Si no le das tus claves a alguien que te encuentres por la calle, por qué vas a dárselas a alguien que te las pide por la red?». Y ojo, porque, «con los avances en Inteligencia Artificial, los timos serán cada vez más perfectos, porque podrán suplantar voces y rostros y personalizar los mensajes cada vez más». Una vulnerabilidad que llega acompañada por un vacío legal que deja al cliente desprotegido y al albur «del banco y de los jueces» cuando intenta recuperar su dinero, algo «ciertamente difícil»: «Los dos únicos caminos que suelen quedarle «son la vía penal y las organizaciones de consumidores. Y, si hay sentencia favorable, puede demorarse uno o dos años».
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Diseño e infografía: Samantha Acosta
Audios y vídeos: Aida G. Fresno
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