Avispa asiática
Claves del éxito de una 'invasora'Avispa asiática
Claves del éxito de una 'invasora'Andrés Arias Rodríguez, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo
Lunes, 17 de abril 2023, 03:24
La célebre 'avispa o avispón asiático', Vespa velutina, es una especie de himenóptero de origen asiático perteneciente a la familia Vespidae. En su área de distribución nativa, se extiende ampliamente por Asia, desde el noreste de la India hasta el sur y centro de China, incluyendo Taiwán e Indonesia. La avispa asiática fue introducida accidentalmente en Europa en torno al año 2004, detectándose por primera vez en la localidad francesa de Lot-et-Garonne, en Nueva Aquitania. A partir de su introducción en Francia, ha logrado colonizar rápidamente otros países como España (incluyendo las islas Baleares), Portugal, Bélgica, Italia, Reino Unido, Holanda y Alemania. Su presencia constituye el primer registro de la introducción de un véspido depredador de origen asiático en el continente europeo, y, tras su rápida y exitosa naturalización, ha desarrollado un claro comportamiento invasor, afectando principalmente a las poblaciones de abejas melíferas europeas (Apis mellifera) con las consiguientes repercusiones, tanto económicas para la apicultura, como ecológicas, alterando la función de las abejas y de otros insectos como polinizadores. De forma paralela, al igual que otros véspidos, su picadura puede suponer problemas a las personas alérgicas y su rol de depredador supone una potencial amenaza para la entomofauna local. En España, la avispa asiática está considerada oficialmente como una especie invasora y aparece incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, por el que se regula dicho catálogo).
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En el año 2010 se recolectaron en España los primeros ejemplares de la especie en la localidad de Amaiur, en el noroeste de Navarra. Posteriormente, en el año 2014, se localizaron las primeras avispas asiáticas en el occidente de Asturias y actualmente se encuentra en prácticamente la totalidad de la región. Genéticamente, todos los ejemplares de Vespa velutina europeos, incluidos los españoles, comparten un único haplotipo o haplogrupo de gen mitocondrial Citocromo C Oxidasa (COI), denominado 'haplotipo F'. En animales, salvo raras excepciones, las mitocondrias son de herencia materna, lo que parece indicar que todas las avispas asiáticas que tenemos en Europa provienen de un único evento de introducción, es decir, que proceden de una única reina que llegó a Francia, previamente fecundada por varios machos.
El ciclo biológico de Vespa velutina se inicia con una hembra fundadora fecundada (conocida como reina) que empieza a construir un nido, llamado 'nido embrionario', en el que seguidamente comienza a poner huevos, de los que emergerán futuras hembras obreras. En los climas templados, como el de Asturias, esto ocurre en primavera, cuando la reina sale de la hibernación (esta puede hibernar sola, o excepcionalmente, en grupos de dos o tres, en lugares resguardados). Estos nidos embrionarios son de pequeño tamaño (menos de 10 centímetros de diámetro) y dan cobijo a la reina y a su primera puesta. Las primeras obreras (unas 20 aproximadamente) emergen después de 30-50 días y empiezan a ayudar a su madre en la ampliación del nido y en la alimentación de sus hermanas en desarrollo. El nido se conoce a partir de este momento como 'nido primario' (aunque algunos autores consideran ambos tipos de nidos como uno único y lo denominan 'primario'). Este continúa creciendo hasta que la propia ubicación del nido impide su aumento en tamaño, por lo que la colonia se muda a un lugar más elevado (por ejemplo, las ramas altas de las copas de los árboles) y, normalmente, a no más de 200 metros de distancia del 'nido primario'. Este nuevo nido, denominado 'secundario', permite la expansión de la colonia, llegando a albergar a más de 1.000 obreras, 350 futuras reinas y 900 machos, y puede alcanzar los 70-80 centímetros de diámetro. Los experimentos realizados en Francia y en España revelaron que, en estas latitudes, los nidos (tanto primarios como secundarios) se ubicaban principalmente en árboles, seguidos de ubicaciones en construcciones humanas y en otros lugares naturales, como paredes rocosas. Sin embargo, cuando se disgregaron los porcentajes entre nidos primarios y secundarios, la situación cambiaba, dominando notablemente las ubicaciones de origen antrópico para los nidos primarios y las copas de los árboles para los secundarios.
Vespa velutina es un depredador generalista de insectos, mucho más ágil que otras especies de Vespa a la hora de capturar presas en vuelo. De hecho, es uno de los avispones más especializados en la captura de abejas melíferas agarrándolas por las alas. Otras especies de Vespa aterrizan en la colmena y se abalanzan sobre las abejas, que intentan atacar al avispón, mientras que Vespa velutina se cierne frente a la colmena a una distancia de entre 30 y 40 centímetros y desciende en picado, atrapando a las obreras recolectoras en su incesante entrar y salir de la colmena. Una vez que una abeja ha sido atrapada, pueden llevarla directamente al nido o a una rama de un árbol o arbusto cercano, donde le arrancan la cabeza, las alas, las patas y el abdomen, y portan los restos (básicamente, tejido muscular) para alimentar a las larvas en el nido. Los intentos de ataque de la avispa asiática a los colmenares de abejas melíferas son numerosos y frecuentes, especialmente al final de la temporada (de septiembre a diciembre), cuando la producción de futuras reinas y machos exige mucho esfuerzo a las obreras. Los adultos de Vespa velutina no suelen consumir carne para su propia alimentación (aunque sí pueden ingerir jugos cárnicos), todas estas fuentes de proteínas están destinadas a las larvas en desarrollo, incluyendo presas de insectos y carne de cadáveres de mamíferos y aves, así como pescado y carne expuestos en los establecimientos de pescadería y carnicería. Los adultos de Vespa velutina se alimentan básicamente de carbohidratos dulces, como néctar, fruta madura, savia de árboles y arbustos y regurgitaciones especiales producidas por sus propias larvas.
Finalmente, conviene destacar cómo esta especie invasora que presenta un cuello de botella genético, es decir una baja diversidad genética, ha conseguido colonizar rápidamente gran parte de Europa, llegando a alcanzar densidades de 23 nidos por kilómetro cuadrado en áreas urbanas. Las últimas predicciones realizadas parecen confirmar que la especie continuará expandiéndose y que el calentamiento y el cambio global le están siendo favorables. En Francia se ha propagado a un ritmo de 40.000 kilómetros cuadrados al año, y, aunque para España se han estimado tasas más bajas, son igualmente preocupantes. Entre los factores clave de su éxito como colonizadora en España, y en Europa, están su alto éxito como depredador (fallando muy pocas capturas), su habilidad para 'termoregular' sus nidos a una temperatura constante de unos 30 grados, aunque las temperaturas exteriores sean mucho más bajas, y su baja tasa de competición con otras especies autóctonas de Vespa por el alimento y los lugares para anidar, a diferencia de lo que ocurre en su área nativa, donde su distribución es mucho más restringida debido a las relaciones de competencia con otros congéneres.
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