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JOSÉ L. GONZÁLEZ
OVIEDO.
Domingo, 21 de octubre 2018, 04:45
Máximo Gutiérrez es elpresidente de Ludópatas Asociados en Rehabilitación de Asturias, una entidad que ayuda a personas con adicción al juego y que lucha, entre otras cuestiones, para lograr una mejor regulación por parte de la administración. En los últimos años ha visto cómo el perfil de jugador con problemas ha cambiado.
-Asturias no es distinto al resto de España. Esta es una de las comunidades más restrictivas en el juego presencial y de las que más se ha preocupado de la prevención de la ludopatía. Sacaron el protocolo del menor y el Plan de Prevención de Ludopatía, pero no se ha vuelto a hablar nada más de ello. Se concretaban temas de educación, pero no tenemos noticias y somos nosotros los que estamos realizando esas acciones.
-Tiene características propias: disponibilidad 24 horas, sin horario de cierre o apertura; una velocidad que no tienes en cualquier otro juego; la intimidad, que llega a tal punto que puedes estar rodeado de gente y tienes intimidad para apostar; y luego los jóvenes, que han nacido con las nuevas tecnologías.
-Importantísimo, si no, no se gastarían el dinero que gastan en anuncios y bonos impensables en cualquier otra actividad. Nadie se imagina que en la puerta de un bar te encontraras un bono de cien euros para consumir allí en un plazo de cinco horas, sería impensable. En el tabaco han prohibido que en los estancos se regalen mecheros. Aquí no solo te regalan el mechero, también el gas para acelerar la combustión. El otro día, en un intermedio de una película, contamos ocho anuncios de apuestas. Y además con una agresividad cada vez mayor: ¡apuesta, grita, gana!
-Creemos que es necesario. Si la ludopatía ya se equipara en el Plan Nacional de Adicciones a las drogas, no podemos entender cómo no se equipara a nivel normativo y de publicidad sobre todo. Si todo el mundo entiende que es una enfermedad, no entiendo cómo no se ponen límites a la publicidad.
-Sí, de hecho en cuestión de dos años hemos tenido que duplicar las salas.
-Hasta hace cinco años te podría decir que era una persona casada, de unos 45 años, desestructurada económicamente y que normalmente era un hombre acompañado de su pareja. Hoy, el 50% es un chico acompañado de los padres. Estaríamos hablando de gente de entre 20 y 30 años como mucho en el que su problema principal no es su desestructuración laboral, sino las deudas. Tenemos chavales de 25 años que te vienen con una deuda de 30.000 euros. No tienen nómina, pero acumulan a base de microcréditos, de familiares, de amigos de familiares... No tienen esa percepción de peligro al no haber desestructuración laboral y familiar. El único problema es económico y, como tienen toda la vida por delante, creen que podrán pagarlo.
-Hay mayoría de chicos, pero sí que es cierto que están entrando más chicas de las que entraban. No es que no haya mujeres con problemas de juego, es que hay pocas mujeres con problemas de juego en tratamiento.
-Por desgracia, creo que sí. Hay que hacer una regulación parecida al tabaco. El primer paso sería el publicitario, pero hay que regular más cosas. No puede crecer el nivel de implantación de establecimientos de juego un 300% en una comunidad, porque hablamos de una actividad que produce daño a la salud.
-Sí. Con cifras menores de prevalencia en cualquier otra enfermedad habrían tomado medidas urgentes. Entre los afectados directos por el juego y los posibles afectados estamos hablando de un 4% de población susceptible de llegar a la patología. Son personas que deberían tener algún tipo de medida de prevención.
-El último estudio que hizo el Plan Nacional en Asturias dice que hay un 26% de menores de 17 años que han jugado con dinero alguna vez, cuando no debería haber ninguno porque no pueden.
-El juego online y la velocidad a la que va el juego online. Antes, el periodo de latencia (tiempo que va desde que se empieza a jugar hasta que se tiene un problema de ludopatía) estaba entre seis y ocho años en el juego presencial. Hace dos años detectamos que había bajado a año y medio. Los últimos estudios confirman que ya en seis u ocho meses los muchachos jóvenes han desarrollado plenamente la ludopatía. Eso es una burrada y mucho tiene que ver con el juego online.
-Se están vinculando mucho. Ahora ya no es solo ver el fútbol con los amigos, es ver el fútbol y apostar. No ven los partidos en un bar, sino en un local de apuestas. Y quedan ahí, con el peligro que tiene para las personas que han detectado un problema. Deciden que van a dejar de jugar y vienen aquí y les decimos que no pueden pisar esos locales. «Ya, es que es donde quedan todos los amigos», nos dicen.
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