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LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Jueves, 26 de marzo 2020, 00:53
La Consejería de Salud habilitó ayer el teléfono 900 925 112 para atención psicológica a profesionales y población general durante la pandemia del COVID-19. El número estará atendido por especialistas en psicología clínica y psicólogos internos residentes del Servicio de Salud del Principado ( ... Sespa) y estará disponible las 24 horas del día los siete días de la semana. Precisamente para conocer qué efectos psicológicos puede tener en la población la pandemia del COVID-19 y el confinamiento en las casas, un equipo de profesionales del Servicio de Salud Mental de Oviedo, de la Universidad y del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) ha puesto en marcha una investigación de ámbito nacional que, en los próximos días, se extenderá también a otros países, como Italia, Rusia o Gran Bretaña. Lo que se han propuesto es evaluar «cuál es el impacto que la sospecha de infección por SARS-CoV-2» está teniendo en la sociedad. Los promotores de la investigación -26 profesionales de la enfermería, la psicología y la psiquiatría e investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA), liderados por el jefe de Psiquiatría del HUCA, Julio Bobes- parten de la idea de que la situación de pandemia favorece la aparición temprana de respuestas de miedo, soledad, ira, ansiedad y estigmatización que pueden evolucionar con el tiempo a problemas de salud mental.
Desde el lunes están contactando por teléfono con las personas que se sometieron en Asturias a una prueba de detección del nuevo coronavirus. Quienes acceden a participar en la investigación -anónima- deben, al mes y a los seis meses, acudir a un centro de salud mental del Sespa para someterse a una batería de pruebas más específicas. Por otro lado, y hasta mañana, se está realizando una encuesta on line al resto de la población. Ya superan las 20.000 respuestas. «Los resultados proporcionarán información relativa al estrés ocasionado por la expansión de la pandemia y sus posibles efectos psicológicos a largo plazo. El objetivo será elaborar un protocolo que permita crear una 'vacuna psicológica' con la que los profesionales de la salud mental puedan afrontar futuras epidemias».
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El grupo de investigación de Educación, Actividad Física, Deporte y Salud de la Universidad también está ya encuestando a la población para evaluar los efectos psicológicos y sociales del confinamiento. Con las respuestas al cuestionario -que se recomienda cumplimentar al menos una vez a la semana- tratarán de entender «cómo esta situación está afectando a la población». Por su parte, el grupo de Intervenciones traslacionales para la salud del ISPA ha iniciado un estudio sobre el efecto que el confinamiento tiene sobre la alimentación y el estilo de vida de la población.
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