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PABLO CUETO
madrid.
Miércoles, 11 de marzo 2020, 02:21
Muchos de los estudiantes asturianos en Madrid vuelven a casa porque desde hoy no tienen clase presencial. Una medida que se prolongará durante los próximos catorce días. El objetivo: frenar la expansión del Covid-19 en la capital. Prácticas hospitalarias suspendidas, exámenes pospuestos y seminarios cancelados son algunas de las consecuencias que deja tras de sí la decisión. «Da la impresión de que los profesores están tan confusos como nosotros», aprecia Begoña Álvarez, estudiante de la Autónoma. Esta ovetense regresa esta misma semana a Asturias, donde cree que «la situación va a estar más calmada». Asimismo, Begoña se muestra sorprendida por que se haya «permitido celebrar una manifestación y un mitin político dos días antes».
Más relacionada con el ámbito sanitario está Patricia de Diego, natural de Colombres, que está estudiando Enfermería. Patricia estaba realizando sus prácticas hospitalarias cuando «desde la consejería las cancelaron el pasado jueves», apunta. Lo que ahora preocupa a la colombrina es cuándo recuperará esas prácticas. Y de Colombres a Porrúa. En este pueblo llanisco se crió Nora Gutiérrez Vallina, que estudia en la Complutense. «Siento incertidumbre y nerviosismo», comenta Nora, mientras pasea por la mítica calle de Alcalá al mismo tiempo que otros viandantes lo hacen con mascarillas azules.
«Mis hábitos siguen siendo los mismos, aunque quizás me lavo las manos con más frecuencia y trato de informarme constantemente», reconoce la estudiante porruana. En su casa de Asturias pasará los próximos quince días.
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Del oriente asturiano es también Jimena Orejas Bueno, de Celoriu. Esta llanisca, que estudia en la Rey Juan Carlos, reconoce que su abuela está bastante preocupada: «Me dice que me lave mucho las manos». En el entorno universitario, a Jimena y a sus compañeros solo les han enviado un «comunicado con las medidas generales», pero no con las relacionadas a su carrera.
Por otro lado, hay estudiantes que ya tienen planeado lo que harán los próximos días. Como Ángela Fernández de Diego, de Ribadedeva, que estudia una máster en la Universidad Carlos III y que aprovechará las jornadas sin actividad lectiva para avanzar en la producción de su trabajo final, un cortometraje documental.
María Morales y Sandra Bárcena, de Llanera y Gijón, respectivamente, estudian Derecho y ambas están a la «espera de más información» de sus universidades. A su vez, muestran su preocupación porque no saben «cuándo terminará el curso este año y qué pasará con las clases prácticas», apostillan, sin querer caer en alarmismos.
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