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El invierno que llega este viernes 22 no dejará ningún premio Gordo en forma de frío polar y abundantes lluvias y nevadas. Será más cálido de lo normal en toda España y con lluvias superiores a las habituales, pero solo en el cuadrante noroeste peninsular ( ... Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y parte de Castilla y León). Así lo ha avanzado este martes la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que, de momento, no maneja una predicción clara de precipitaciones para el resto de España, donde «existe la misma probabilidad de que sea un invierno seco a que sea más lluvioso de lo habitual», según su portavoz Rubén del Campo. El invierno astronómico que, comienza este viernes 22, tampoco arrancará con la perspectiva de unas Navidades blancas, salvo algunas precipitaciones este miércoles y jueves en el Pirineo aragonés. «Parece que serán unas Navidades con tiempo estable y poca lluvia».
La Agencia también ha hecho balance del otoño 2023, que ha sido el segundo más cálido de la serie histórica, solo superado por el de 2022, y que ha registrado más lluvias de lo normal. Se trató del quinto otoño más húmedo del siglo XXI, aunque con una importante disparidad geográfica entre el noroeste y la zona centro (con abundantes precipitaciones) y la fachada mediterránea, el sur de Andalucía y los dos archipiélagos, donde ha llovido menos de lo normal.
En este trimestre se han recogido 243,6 litros por metro cuadrado, un 21% por encima de la cantidad normal. Pero ha habido grandes diferencias por zonas geográficas. Así, el otoño ha sido extremadamente húmedo en gran parte de Galicia, puntos de Castilla y León, de Madrid, de Navarra, y norte de Castilla-La Mancha. Y seco en el Levante peninsular, mitad oriental de Aragón, Castilla-La Mancha y Andalucía. En puntos de Cataluña y en zonas de Málaga fue extremadamente seco. En el archipiélago balear tuvo carácter extremadamente seco en general, mientras que en Canarias el otoño fue entre normal y seco.
Según la Aemet, el otoño de 2023 (entre el 1 de septiembre y el 30 de noviembre de 2023) fue «extremadamente cálido», con una temperatura media en la España peninsular de 16,3 °C, 1,9 °C por encima de la media de esta estación (periodo de referencia 1991-2020), una décima inferior al otoño de 2022, el más cálido desde que hay registros.
En una de cada tres estaciones de la red principal de la Aemet, la temperatura media del otoño fue la más alta de las respectivas series de otoño. En cambio, los episodios fríos fueron escasos y de poca intensidad. Según Del Campo, habría que remontarse a 2010 para anotar el último otoño frío (con temperaturas por debajo de lo normal) que hubo en España.
Algo similar al trimestre ha sucedido a lo largo de todo el año 2023, en el que se han producido 42 récords de días cálidos por ningún récord de día frío, cuando lo normal son cinco récords al año de cada, lo que significa que los récords de días cálidos se han multiplicado por ocho.
La Aemet prevé que 2023 se cerrará con una temperatura media de 15,3ºC (en 2022 fue de 15,4ºC). Ese dato lo convierte en el segundo año más cálido de la serie histórica, solo superado por 2022. Del Campo atribuyó esta sucesión de episodios cálidos al calentamiento global provocado por el cambio climático, a lo que también ha contribuido el fenómeno de El Niño, asociado a temperaturas más altas.
Con las precipitaciones registradas a lo largo de 2023 y los pronósticos disponibles hasta finales de año, es posible que el año termine con unas precipitaciones en torno al 15% por debajo de lo normal, «tratándose del año más seco desde 2017», apuntó el portavoz de la Aemet.
Las precipitaciones del otoño ayudaron a paliar, en parte, la situación de sequía meteorológica que sufre España, especialmente en áreas del noroeste y del centro de la Península. Por el contrario, se agudizó todavía más en Cataluña, donde se está padeciendo la sequía más intensa desde el inicio de la serie, en 1961. Esta comunidad tiene activada la preemergencia por sequía y activará la fase de emergencia (con restricciones aún más duras) cuando los embalses lleguen al 16% de su capacidad (ahora están en el 17,5%).
En las cuencas del Guadiana y Guadalquivir y en el sur de Andalucía, la sequía actual es ya la más larga desde que hay registros, pues comenzó en marzo de 2016 y se ha mantenido desde entonces.
En cuanto al invierno astronómico (el trimestre enero, febrero y marzo), tiene una probabilidad del 50% de ser más cálido de lo normal en la mayor parte de la Península. En Andalucía y los archipiélagos, la probabilidad del carácter cálido asciende al 60% y la del carácter frío se queda únicamente en el 10%. Con todo, Del Campo no descartó que se produzcan olas de frío. «Van a predominar los episodios de temperatura por encima de lo normal, pero puede haber una ola de frío, aunque ahora sean más cortas y menos intensas».
En lo referido a las precipitaciones, existe la misma probabilidad de que sea un invierno seco a que sea más lluvioso de lo habitual en la mayor parte de España, excepto en el cuadrante noroeste peninsular, donde la probabilidad de que las lluvias estén por encima de la media es del 50%, frente a un 20 % de que queden por debajo. En este sentido, tampoco parece que vayan a ser unas Navidades blancas. Salvo una borrasca que dejará algunas precipitaciones de nieve en el Pirineo aragonés este miércoles y jueves, «no parece que vaya a llover mucho más en lo que resta del año», dijo Rafael Requena, responsable de la Aemet para las predicciones de montaña.
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