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«El virus no frenará la lucha contra la violencia»
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Las alcaldesas reafirman su compromiso contra una lacra que, en los concejos, es más que una cifra. Tiene el rostro de las vecinas que la sufrenLUCÍA RAMOS | GLORIA POMARADA
Miércoles, 25 de noviembre 2020, 11:36
De los 78 concejos asturianos, 22 están gobernados por una mujer. Son en su mayoría las primeras alcaldesas de sus municipios, donde cada día dan un paso más hacia la igualdad. Reconocen, no osbtante, que el de la política es aún un «mundo de hombres», al igual que ciertos departamentos de sus administraciones, como servicios sociales o limpieza, siguen integrados exclusivamente por mujeres. Pero la cara más amarga de lo que aún queda por hacer está en una lista de víctimas de violencia machista que no deja de aumentar. Por eso, coinciden, esa lacra no debe quedar «silenciada» por la pandemia.
«Hay mujeres que en su casa corren un peligro de muerte, de maltrato brutal», reconoce la alcaldesa de Gijón. E indica que por eso, además de hacer un discreto seguimiento en los casos conocidos por el Ayuntamiento, se puso en marcha una campaña de concienciación ciudadana. «Instamos a los vecinos a avisar ante cualquier sospecha de maltrato, debemos hacer un esfuerzo como comunidad para proteger a estas mujeres, que no se sientan solas», recalca Ana González.
Para quien fue ponente de la Ley Integral contra la violencia de género, esta lucha «necesita la implicación, el compromiso y la complicidad de los hombres, más aún si tienen puestos de responsabilidad». Las administraciones, agrega, tienen «un papel importantísimo» en el combate de la violencia de género, «sobre todo los ayuntamientos, que somos los que más cerca estamos de la ciudadanía». Preocupada, indica que durante el confinamiento se constató que «hubo mujeres que aguantaron más la situación» de maltrato que estaban sufriendo y, justo cuando terminó el encierro, «crecieron las denuncias».
En la zona rural, explica la alcaldesa de Belmonte de Miranda, «uno de los principales problemas son las dificultades que pueden tener las mujeres para denunciar, empezando por la falta de un medio en el que desplazarse». Por ello, «dirigimos las acciones a que conozcan los recursos a su disposición». Este año, ante la imposibilidad de organizar actos, el concejo convoca un concurso fotográfico para «poner en valor el papel de la mujer».
En un concejo «tranquilo» como Candamo, los esfuerzos se centran, indica la alcaldesa, en la educación de sus vecinos más jóvenes. «Vemos micromachismos a diario y otros comportamientos mucho más graves que se deben erradicar desde la escuela», señala. Y agrega que «ya son más de veinte años inculcando a los pequeños la igualdad como estado natural». Lo hacen, explica, a través de actividades en las que los niños aprenden a compartir tareas o trabajan con personas mayores.
Ante las exigencias de la pandemia, la labor se ha centrado en atender a «las personas y el bienestar general», una «cuestión de valores y de enseñanza». «Me crié en igualdad», cuenta la alcaldesa, firme defensora de inculcar a los más jóvenes ese tipo educación. En los meses de confinamiento, reflexiona, «estar más horas en casa» repercutió en las víctimas, a quienes lanza un mensaje: «Tenemos la puerta abierta para ayudar».
«La sociedad patriarcal hizo mella en muchas generaciones y es triste ver cómo entre los más jóvenes, con un mayor acceso a la información, se sigan reproduciendo los mismos patrones», lamenta la alcaldesa de Carreño. Y advierte de que «las tecnologías están propiciando nuevas formas de control», así como del peligro que supone «el consumo de pornografía, con la imagen que da de la mujer». La crisis sanitaria, reconoce, «es un reto, pero no podemos olvidarnos de trabajar tanto en la asistencia como en la prevención porque nos jugamos el futuro».
Desde Castrillón, Yasmina Triguero hace hincapié en la importancia de que «existan marcos colectivos a nivel institucional, pero también entre las propias mujeres, pues lo que hacen es protegernos». «Nos sentimos más seguras cuando estamos juntas», insiste. E indica que, en la actual pandemia, «el ámbito que nos puede parecer más seguro, el doméstico, es el más inseguro para muchas mujeres». De ahí que el Ayuntamiento vaya a lanzar una aplicación, 'Agrestop', que permitirá a las mujeres pedir ayuda ante una situación de peligro. «Lo interesante es no cesar en la disposición de medios para no dar un paso atrás», apostilla la primera edil de Castrillón.
Para la regidora de Coaña «la solidaridad y el apoyo entre mujeres, la sororidad, son fundamentales, claves para proteger la igualdad y plantar cara a la problemática» del machismo. Y asegura, convencida, que «la covid-19 no puede frenar nuestra lucha contra la violencia de género».
Convencida de que la violencia de género «se fundamenta en la desigualdad», apuesta por «la formación, la prevención, la sensibilización, la inversión de recursos y mejoras en las leyes» para hacer frente a esta lacra. «Está tan arraigada que es endémica y silenciosa», lamenta. En las zonas rurales, es además «especialmente duro por el aislamiento de las víctimas». La regidora recuerda asimismo que con el confinamiento, se «avivan esas desigualdades» y las situaciones de riesgo.
La regidora de El Franco pone el ojo en «la violencia económica, la falta de recursos que lleva a muchas mujeres a depender del hombre». Desde los ayuntamientos, indica, «buscamos actividades y espacios que puedan ser un desahogo para ellas, pero aún así hay situaciones que están tan enquistadas que no las detectamos hasta que es tarde». Por eso, «es básico que sepan que no están solas, sobre todo ahora con la pandemia, cuando muchas están sufriendo aun más».
La regidora recuerda que en materia de violencia machista, a pesar de «no tener ningún caso denunciado», contiñúan en coordinación con las fuerzas de seguridad y desde el propio Consistorio siguen «de cerca» la situación.
«El Ayuntamiento está muy implicado y la importancia que le damos es máxima», recuerda la alcaldesa. Considera que por una cuestión como la violencia machista «no se debe dejar de trabajar ni un segundo». Recalca además la necesidad de «concienciar» y «estar todos a una» para «erradicar esa violencia machista que tanto daño hace»
La gestión de la pandemia ha recaído en buena medida en las mujeres. «Las empleadas de servicios sociales siguen siendo mujeres, cuando no había forma humana de tener mascarillas coordinamos una red de modistas voluntarias y parece que las madres son las que tienen que ir para casa», relata. El camino hacia la igualdad avanza, pero recuerda que aún se debe apostar más por la educación para combatir el maltrato. «Lo de la escuela lo llevas el resto de tu vida».
La pandemia está siendo «una situación muy complicada y tratamos de no dejar a nadie sin atención», relata. En materia de violencia machista «hay veces que la administración no funciona», lamenta. En su concejo, cuentan con un centro asesor de la mujer y tratan de concienciar a los más jóvenes a través de iniciativas como los puntos lila. «Hay quien tiene todavía miedo a denunciar y más en la zona rural», indica.
En la medida de las posibilidades del Consistorio hacen frente a la lacra de la violencia machista, en la que ha influido la pandemia por «estar muchas horas en casa» y la «situación económica actual», explica. «Se hace mucho seguimiento, pero desgraciadamente a veces piensas que no es suficiente. La violencia de género es un dolor», denuncia la alcaldesa de Muros del Nalón.
Desde Noreña lazan una pregunta «¿Por qué golpeas a una mujer? Una se ellas te dio la vida y te vio crecer». La edil Ana González, que sustituye temporalmente a la alcadesa Amparo Antuña, recuerda reflexiones anónimas que destacan cómo «la mayor demostración de amor es la libertad» o cómo «al otro lado del teléfono de emergencias no está solo el fin de los malos tratos, está la vida que has dejado de vivir».
Su concejo, de apenas 600 habitantes, está volcado en la lucha contra la violencia sobre la mujer y fue de hecho el primero de Asturias en adherirse al pacto social del Principado. Jornadas para jóvenes y mayores y la propuesta de destinar vivienda municipal a mujeres víctima de maltrato conforman la respuesta articulada desde el Ayuntamiento. «Con el tema del covid creo que se está dejando un poco de lado la violencia de género, que es un problema tan grande o incluso mayor, porque para esto no hay vacuna», afirma Marta Alonso.
La crisis del coronavirus ha situado a la violencia machista «en un segundo plano», asume la regidora de Riosa. «No se erradicó con la covid, solo se dejó de hablar de ello, se silenció. Hay situaciones que no se deben dejar atrás y debemos estar muy atentos», insta. Para ello, apuesta por mantener actos, aunque sea en el plano simbólico. Ana Isabel Díaz lamenta además que en la sociedad actual sigan presentes ciertos comentarios contra la mujer «cuando se quiere ofender».
En materia de violencia machista, explica que no consta ningún caso en el concejo, si bien reconoce que en la «zona rural la labor por delante es aún amplia». «Queda gente mayor aún con miedo», recuerda.
«Contra la violencia hay que estar el 25N, pero también los 365 días del año», afirma Ana Vigón, quien recuerda que esta lacra «no se para con la pandemia». «Hay formas de violencia oculta y hay que hacer que afloren y se reconozcan como tal. El maltrato es la punta del iceberg», indica la regidora.
Un «tema muy delicado» como es la violencia machista se ve también afectado por la pandemia, que impone «unas condiciones de vida más duras» a nivel económico. Ello, reflexiona Amor Álvarez, acaba derivando en «una situación de mayor riesgo» para las mujeres. «Afortunadamente», precisa, en Teverga existen «pocos casos». «Tenemos los mismos derechos y capacidades, pero aún queda por hacer. Por ejemplo, en los altos cargos, las mujeres ocupamos pocos», recuerda.
Aunque «el medio rural también se modernizó», la alcaldesa reconoce que «muchas veces se sigue pensando que la violencia de género es un problema que debe quedar de puertas para adentro», Por ello, desde el Ayuntamiento se incide en medidas y actividades «que sirvan de acercamiento a las mujeres, que nos vean como algo cercano y de confianza y, a la vez, que los hombres entiendan que ellas van a tener respaldo y no hay carta blanca». En plena crisis, apunta, «todo queda en un segundo plano, pero hay que seguir acompañando a las mujeres que sean víctimas».
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
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