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MELCHOR SÁIZ-PARDO
Sábado, 19 de noviembre 2016, 11:25
¿Existieron graves fallos de seguridad durante la proclamación de Felipe VI el 19 de junio de 2014 y en otros actos oficiales a los que asistieron la Familia Real y las más altas instituciones del Estado? Una serie de vídeos colgados en internet por un aficionado a los juegos de guerra, Santiago Sánchez Ramírez (que esta semana ha sido juzgado en la Audiencia Nacional por tenencia de armas y que se enfrenta a nueve años de cárcel) han puesto en entredicho los dispositivos de protección del jefe del Estado y del Gobierno. Los vídeos, en los que se graba con una mira de francotirador a los posibles objetivos, son reales y, en ellos, según los informes policiales y la propia Fiscalía, se simuló un rifle o, incluso, se portó armamento verdadero (inutilizado o no).
La versión oficial de la Dirección General de la Policía ayer es que, efectivamente, el falso francotirador, que asegura que hizo esas grabaciones para alertar de los fallos de seguridad, estuvo en puntos privilegiados (ventanas de habitaciones de hoteles) durante la ceremonia de proclamación, en los actos de la Fiesta Nacional de 2012, 2013 y 2014, o en el día de las Fuerzas Armadas de 2014. Pero que, según la Policía, nunca portó un arma real o simulada y solo se dedicó a hacer grabaciones como cualquier ciudadano con una cámara. Básicamente, el Ministerio del Interior sostuvo ayer que Sánchez es un fanfarrón y que todo es un montaje o un 'fake' de los tantos que circulan por las redes.
Sin embargo, los informes de la Policía colisionan con la versión oficial. Los atestados enviados a la Audiencia Nacional, donde Sánchez llegó a estar acusado de provocación al homicidio del Rey y enaltecimiento del terrorismo, son mucho más alarmantes. Afirman que el día en que Felipe de Borbón se convirtió en Rey el falso francotirador alquiló la habitación 412 del hotel Villa Real de Madrid, a solo 30 metros de la Puerta de los Leones del Congreso. En la ventana -señalan los informes entregados a la Audiencia Nacional- montó un trípode simulando un «arma de fuego de largo alcance con mira telescópica». Nadie le molestó. Le bastó enseñar su DNI para entrar y salir del hotel en pleno epicentro de la zona de seguridad. Por su mira telescópica pasaron los Reyes, las infantas, Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba...
En aquella ocasión solo simuló un arma, pero otras veces había sido más audaz, hasta el punto de usar armamento real. Su operación más relevante fue la del 12 de octubre de 2012. Ese día Sánchez, «y quizás otras personas más», alquilaron la habitación 432 del hotel Palace, que da a la plaza de Neptuno, justo frente a la tribuna en la que don Juan Carlos pasaba revista a las tropas. En las imágenes que distribuyó sobre su falso magnicidio ese día aparece en la habitación del lujoso hotel con un fusil, tres rifles y dos pistolas, que la Policía cree que son verdaderos, aunque desconoce si podían estar inutilizados.
Rifles y pistolas reales
Ese día, según comprobaron los investigadores, Sánchez se alojó en esa habitación. Y, de acuerdo con el análisis de los expertos policiales, el tiro de cámara de la mira telescópica confirma que la grabación se hizo desde la habitación 432 del Palace. En las grabaciones, por el punto de mira del francotirador pasa la Familia Real y la práctica totalidad del Gobierno. Según la Fiscalía, en los diversos vídeos que colgó sobre sus atentados imaginarios llegó a manejar hasta cinco rifles y tres pistolas reales.
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