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Alberto Ferreras
Sábado, 27 de febrero 2016, 07:44
Las tres plantas del vetusto Palacio de Cristal de la Casa de Campo madrileña acogen, hasta el domingo 28, la principal exposición estática que los aficionados al mundo del motor clásico esperan anualmente por estas frías fechas de finales de febrero.
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El visitante medio suele ser incondicional, y cámara en mano y bolsa de compras en la otra, recorre con cierto desorden los casi 20.000 metros cuadrados de superficie habilitada, donde los clubes, asociaciones, entidades de distinta naturaleza, empresas, puestos de recambios, almonedas y un cada vez más largo etcétera, conviven con mejor o peor fortuna, dependiendo de la ubicación y por lo tanto visibilidad de cada stand.
Evidentemente, en esa marcha errática que puede repetirse una y otra vez durante todo el día, el aficionado se topa con los espacios reservados para las grandes marcas automovilísticas, como SEAT, que ha vuelto a traer una más que interesante representación de vehículos procedentes de la ya mítica nave A-122 de Martorell, donde el fabricante tiene preservado un vehículo de cada modelo lanzado a la venta.
Entre las islas expositoras destacables se encuentra, en su planta superior, la destinada al concurso de elegancia y a los vehículos que compiten en esta categoría. Hispano-Suiza, Delahaye, Rolls-Royce son marcas míticas que habitualmente suelen encontrarse en este selecto espacio. Frente a él, el Club Nacional Seat 1430-124-124 Sport, que siempre acude con una buena representación de vehículos, originales y preparados para competición. Cerca, en un ambiente más tranquilo, el Club Español de Amigos del 4/4, dedicado a este emblemático modelo de Renault que tantos viajes protagonizó por la geografía nacional en las décadas de los 40, 50 y 60.
ClassicAuto abrirá sus puertas los días 26 y 27 de 10,00 a 20,00 horas y el domingo, 28 de febrero, de 10,00 a 19,00 horas. El precio de la entrada es de 15 euros,
Toda la información actualizada sobre este evento está en
http //www.classicautomadrid.com
Próximo a estos históricos vehículos aparece el stand que dedica la editorial Altaya a la Montesa Impala. Y aquí comienzan a aparecer las joyas ocultas entre las grandes y evidentes conocidas por la mayoría. Una motocicleta Montesa Diablo, versión de la Impala Cross fabricada para el mercado norteamericano, de la que hay muy pocas unidades en orden de marcha. Los que la reconoce, enseguida se abalanzan sobre ella con evidentes ganas de llevársela puesta.
Si el visitante buscador de tesoros es capaz de abstraerse de los Chevrolet Corvette Stingray, Ferrari F-40, Mercedes 300 SL alas de gaviota, Porsche 911, etc, etc, encontrará un Jaguar de color verde, fabricado en 1957, de aspecto similar a un D-Type, denominado XKSS. Su especial fisonomía de carreras le hace único y es que, no en vano, sólo se fabricaron 25 unidades, ya que fueron adaptados como vehículo de calle partiendo de los míticos D-Type, cuyo primer destino eran los circuitos de competición. El actor estadounidense Steve McQueen fue propietario de un Jaguar XKSS para su uso personal. Ahora, Juan Lumbreras lo muestra junto a otras joyas sobre ruedas, aunque en este caso, el Jaguar es el que tiene más quilates.
Y si el aficionado tiene la cámara a mano, se recomienda que la conecte de inmediato. Marvic Sport está restaurando uno de los vehículos únicos en la historia de nuestro automovilismo: el Alpinche de Estanislao Reverter, considerado éste como uno de los padres del automovilismo en Galicia. Reverter reconvirtió un Renault Alpine A-110 en un prototipo con motor Porsche, al que modificó artesanalmente prácticamente en su totalidad. Más corto que un Alpine de fábrica, y más ancho, el apodado como Alpinche era inconducible, y sólo Estanislao era capaz de dominar. De ahí que el propietario, de gran generosidad, prestara su vehículo en perfectas condiciones a otros pilotos para competición, y éstos le devolvieran el automóvil maltrecho después de haber tenido el inevitable accidente. Y precisamente fue uno de esos percances en carrera el que terminó con la trayectoria del Alpinche. Casi destruido en su totalidad en 1975, quedó apartado y olvidado hasta hace pocos años. Afortunadamente está siendo ya recuperado, no sin grandes esfuerzos, ya que del vehículo no existen planos que se puedan consultar para su reconstrucción. Tan sólo las fotografías de la época, y las medidas del bastidor, están permitiendo una restauración lo más fiel posible al original. Imprescindible acercarse a él y disfrutarlo frente a frente.
Este año, ClassicAuto se ha decantado por aumentar el número de expositores de piezas de recambio, libros, revistas y miniaturas. La planta intermedia está dedicada casi en su totalidad a este tipo de actividad, mientras que la baja alterna la compra-venta de vehículos para todos los bolsillos y preferencias, mercado que se extiende de manera esporádica al exterior del Pabellón de Cristal, donde las concentraciones de clubes y asociaciones se suceden durante las tres jornadas de duración de la feria.
Pero esto ya es otra historia.
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