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Las presiones ecológicas en el Mediterráneo van a peor

Un informe elaborado por WWF prevé que la explotación petrolera, el turismo o la acuicultura aumenten durante las próximas décadas. Solo la pesca está en declive

Borja Robert

Martes, 19 de enero 2016, 14:32

El Mediterráneo está bajo más presión que nunca y no va a ser fácil reducirla, según un informe elaborado por WWF sobre los retos ecológicos a los que se enfrenta este mar y su tendencia durante los próximos años. La ONG ha estudiado los diez principales sectores económicos que intervienen en sus aguas y estiman que nueve de ellos crecerán entre 2020 y 2030. Y con ellos, salvo que se establezcan medidas, también aumentará la destrucción de la biodiversidad.

Al ser un mar semicerrado, las presiones que se ejercen sobre él, que pueden ser comunes al resto de mares, se perciben con más intensidad, ha explicado José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF durante la presentación del trabajo. El 90% de los stocks pesqueros están sobreexplotados, existe un alto impacto de especies invasoras, mucha contaminación, degradación de ecosistemas pero aunque se estudian por separado, nadie ha mirado cuáles son sus efectos acumulativos. En ocasiones, recalca, zonas de especial protección se solapan con caladeros de pesca, zonas de tránsito del transporte marítimo o lugares de interés para las industrias del petróleo o el establecimiento de granjas de acuicultura.

Desde WWF consideran que el Mediterráneo aporta una riqueza en los alrededores de los 100.000 millones de euros y que genera unos 7 millones de empleo. Es necesario el desarrollo económico en el mar, pero hay que ser conscientes de que éste tiene límites y que hace falta mantener su biodiversidad, ha asegurado García Vara. Uno de los principales retos reside en que 28 países distintos chocan con él, lo que hace especialmente complejo pactar políticas comunes. Ninguno de los organismos dedicados a ello, ha explicado, ha sido capaz de cumplir con un cometido así.

El trabajo pretende elaborar una fotografía del Mediterráneo en la actualidad y los principales retos a los que se enfrenta hasta 2030. De los diez estudiados, han destacado cinco. La industria del petróleo, que ya está presente en casi una quinta parte del total de la superficie, podría expandirse hasta afectar a más del 40%. Pedimos que no se acepten más proyectos de gas y petróleo en el Mediterráneo, ha señalado García Vara. Las conclusiones de París son las que son. En 2014, un equipo de investigadores aclaró que, si se quiere cumplir el objetivo de no aumentar la temperatura del planeta más allá de los dos grados, no debería quemarse más petróleo que el que ya está identificado y en proceso de extracción o explotación.

El tráfico marítimo, que ya representa un mercado de unos 70.000 millones de euros anuales, es otro de los que prevén que siga al alza. En la última década, ha crecido a un ritmo de un 4% anual. Y es necesario establecer medidas para que el sector desarrolle tecnología que reduzca su impacto, ha reclamado Óscar Esparza, coordinador del trabajo, denominado MedTrends (Tendencias del Mediterráneo). Los barcos, ha explicado, cada vez son más grandes, lo que a su vez provoca que se necesiten infraestructuras mayores en la costa para poder acogerlos. Además, se calcula que más de la mitad del tonelaje que cruza las aguas de este mar son sustancias peligrosas como gas, petróleo u otros elementos tóxicos.

La pesca, sin embargo, sí está en decadencia en el Mediterráneo. Una mala señal de la salud del mar, según los expertos de WWF. Es el sector primario, el más tradicional, y aunque tiene un impacto económico pequeño comparado con otros, tiene un fuerte peso cultural y social, ha afirmado Esparza. Desde la ONG creen que hace falta un plan urgente que revitalice el sector, pero que logre reconducir sus prácticas para revitalizar los caladeros y no sobreexplotarlos. Si crece el sector significa que los peces se están recuperando, ha explicado el coordinador del trabajo.

También se espera que el turismo crezca todavía más durante las próximas décadas en el Mediterráneo. Ahora llegan unos 343 millones de turistas al año, y sus estimaciones prevén que llegue a unos 500 millones en 2030. Este afecta mucho al terreno costero por la edificación. Como solución, proponen la restauración de espacios naturales en entornos ya afectados para reducir su artificialización y el desarrollo de otros desde una perspectiva sostenible.

Frente a estos retos, desde WWF reclaman que se aumenten las áreas de especial protección del Mediterráneo desde el 5% actual hasta un 10%, que se busquen mecanismos que permitan integrar políticas sectoriales para la protección y la conservación del mar, la restauración de las pesquerías y la restauración de los ecosistemas pesqueros. Y que, por ser los principales responsables de su degradación, Europa debe ser la responsable de la iniciativa.

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