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Jueves, 12 de marzo 2015, 15:13
Han pasado a la historia por acciones execrables. Todos, autoritarios y crueles, guardaban aficiones ocultas que se han ido descubriendo para sorpresa y asombro de todos. Parece antinatural e inadmisible, pero, ¿es posible imaginar a alguien como Hitler acariciando a su mascota?
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Aquí presentamos algunos de los pasatiempos más sorprendentes de algunos de los líderes más sanguinarios, entretenimientos que rozan el ridículo.
Al Capone escribía canciones de amor
Uno de los jefes de la mafia más reputados, el temible y salvaje Al Capone, cultivó en sus ratos de ocio el ejercicio la composición musical popular en su variante amorosa. Capone dedicó a su mujer una de sus muchas canciones escritas para voz y banjo.
Hitler dibujaba personajes de Disney
En 2008 William Hakvaag, entonces director de un museo noruego, afirmó haber descubierto dibujos hechos por Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial pero, contrario a lo que se esperaba, no se trataba de bocetos que exaltaran la cultura aria o el imaginario alemán, sino de personajes que protagonizaban películas de Walt Disney, concretamente dos de los siete enanitos y un dibujo de Pinocho.
Hitler tenía una copia de Blanca Nieves (de la que aseguraba que era una de las mejores películas nunca realizadas) y guardaba objetos relacionados con Mickey Mouse entregados por Joseph Goebbels.
Bin Laden, enamorado del voleibol
Bin Laden practicaba con sumo placer y habilidad el voleibol, según asegura su antiguo guardaespaldas Nasser al-Bahri, al que no se le permitió jugar en el mismo equipo que Osama.
Saddam Hussein escribía novelas románticas
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Como una especie de Corín Tellado del mundo árabe, Saddam Hussein escribió una novelilla rosa, ' Zabibah y el Rey', en donde narra en clave alegórica el enamoramiento de un gobernante por su nación, es decir, el Rey por Zabibah, es decir, Hussein por Irak. Hay quienes afirman, sin embargo, que Saddam no es, estrictamente, el autor de la novela, sino que tuvo un pequeño ejército de 'negros' que la redactaron.
Kim Jong II y su pasión por Michael Jordan
Kim Jong Il, el fallecido dictador norcoreano, tuvo gustos excéntricos, pero quizá ninguno tanto como su afición por el baloncesto, pero mucho más por Michael Jordan, uno de los íconos de los noventa. Su pasión por Jordan llegó al extremo de tener una colección en formato VHS de todos y cada uno de los partidos en que participó Jordan con los legendarios Bulls de Chicago, e incluso invitó al jugador a Corea del Norte para que ofreciera un par de partidos de exhibición. En el año 2000 la entonces Secretaria de Estado del gobierno estadounidense Madeleine Albright vistió el país de Kim Jong Il y entregó como regalo un balón de baloncesto firmado por Jordan, el mismo que el dirigente entregó al Museo del Entendimiento Internacional para su exposición permanente.
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Stalin comentaba dibujos de hombres desnudos
Stalin era un hombre muy culto, interesado en las más diversas disciplinas científicas y artísticas y fue esa misma inquietud la que lo llevó a analizar minuciosamenre dibujos de hombres desnudos realizados por artistas rusos del siglo XIX y XX y autografiarlos. Al parecer, a los trazos realizados por los artistas rusos Stalin añadía comentarios mordaces sobre las personas dibujadas. El hecho de que Stalin firmara con su nombre estos retratos hizo que se confundiera su autoría. Una exposición del hobby de los retratos desnudos de Stalin se realizó en Moscú hace dos años.
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