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Urban y Candy celebran victoriosos su segundo triunfo en el Sella. D. A.
Urban y Candy conservan la corona

Urban y Candy conservan la corona

Espectacular. Los galos repiten el triunfo del año pasado tras una gran remontada y después de superar al esprint a seis embarcaciones

JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

Domingo, 6 de agosto 2023, 01:25

El Sella es un espectáculo. La fiesta de las piraguas se supera año tras año, dentro y fuera del río. Bajo un sol radiante y con una fiesta interminable a su alrededor, la LXXXV edición del Descenso Internacional ofreció un nivel deportivo de primer nivel, con un grupo de piragüas que lucharon codo con codo por levantar los brazos debajo del puente de Ribadesella. El triunfo fue para Jeremy Candy y Quentin Urban, que repiten así el triunfo del año pasado. El K-2 francés, con una carrera de menos a más, se impuso en un espectacular esprint a otras seis embarcaciones que llegaron a la ría de Ribadesella con opciones de victoria. Los galos hicieron valer su mejor final y relegaron a los húngaros Kolozsvari y Boros y a los asturianos Llorens y Plaza a los otros dos cajones del podio.

La salida no decepcionó. Fulgurante fue la puesta en escena de los magiares Runo Kolozsvari y Adrian Boros. A los pocos metros se formó un pelotón en el que figuraban todas las embarcaciones favoritas. Alberto Plaza y Llorens medían cada metro para vigilar a sus adversarios. Cerca, Álvaro Fernández Fiuza y Guillermo Fidalgo, seguían a los líderes, montados sobre su ola al paso de la Remolina.

Al paso por Triongo, Plaza y Llorens intentaron romper la unidad del grupo y descartar rivales. Después de la decepción del pasado año, la pareja canguesa-riosellana quería evitar cualquier sorpresa y optó por distanciarse. Decía Juan Manuel Feliz esta semana que para él eran los grandes favoritos. Así trataron de demostrarlo desde las primeras paladas. Al grupo de cabeza se unieron Bertín Llera y Roberto Geringer, que ya habían mandado un aviso en la crono, en la que finalizaron segundos.

Cuatro embarcaciones negociaron por delante el Puente de Arcu, aunque no muy lejos estaban el resto de favoritos, entre ellos Urban y Candy, ganadores de la pasada edición, relegados en la salida y que tuvieron que emplerse a fondo para conectar con el grupo de cabeza.

Debajo del puente de Toraño, Miguel Llorens y Alberto Plaza mantenían un ritmo alto, que solo seguían Llera y Geringer y un poco más atrás la dupla magiar, con una estrategia más conservadora. Unos metros más atrás se quedaban Fiuza y Fidalgo, mientras que, por atrás, daba la impresión de que aumentaba la distancia con el resto de aspirantes. Sin embargo, éstos no habían dicho su última palabra.

El Sella es una carrera de eliminación. La pareja de la Sociedad Cultural y Deportiva de Ribadesella intentó minar uno por uno a sus adversarios. A la altura del Rabión del Diablo, daba la impresión de que el ritmo de Plaza y Llorens dejaba víctimas. Solo los húngaros se agarraban a la estela de los líderes, que cada vez veían más cerca la posibilidad de cumplir su deseo: subir por primera vez a un podio en su casa, en Ribadesella.

Un pulso que continuó al paso por la Requexada, con apenas diez segundos de ventaja sobre un grupo de perseguidores en el que empezaban a enseñar la proa Urban y Candy, desaparecidos hasta entonces. Los galos, atascados en los primeros kilómetros después de sufrir los rigores del escaso cauce en la salida, engancharon con la cabeza y se llevaron con ellos al resto de favoritos.

En Fríes empezó otro Sella. Hasta siete embarcaciones mantenían opciones de triunfo. Los siguientes metros fueron de marcaje. Los piragüistas se miraban, esperando un demarraje de alguna embarcación. Nadie quería gastar un gramo de energía de más a sabiendas de que podía hacer falta para una llegada al esprint. Los campos de Ova fue el escenario elegido por Llorens y Plaza para agitar el árbol (otra vez) y tratar de soltar a alguna embarcación.

Las piraguas navegaban en fila de uno. Cuatro kilómetros para el desenlace y todo estaba en el aire. Llorens y Plaza repitieron la estrategia en Norniella. Su ataque lo contuvieron sin problemas los galos, con los húngaros y la pareja formada por Luis Amado y Castañón a la expectativa, sin perder la cara a la prueba. El resto de aspirantes veían la escena unos metros más atrás, asomando la ría en el horizonte. Poca agua y la sensación cada vez más evidente de que el título se iba a jugar en un esprint. Urban y Candy, con la experiencia del pasado año, se pusieron al frente de la prueba al comienzo de la ría. Los últimos metros fueron un espectáculo. Siete embarcaciones llegaron con posibilidades de triunfo. Sin embargo, los vigentes campeones, Urban y Candy, aguantaron las embestidas de todos y se impusieron por escaso margen debajo del puente de Ribadesella. Kolozsvari y Boros fueron segundos mientras que Llorens y Plaza, que comandaron durante casi todo el recorrido la prueba, se tuvieron que conformar con el tercer cajón del podio. Cuartos fueron Luis Amado y Castañón.

Unos minutos después llegó victorioso Walter Bouzán como primer K-1, superando la dura oposición de Javi López, con el que mantuvo un bonito pulso durante casi toda la prueba. El de Llovio firmó su undécimo triunfo en casa, veinte años después del primero. Entre las féminas, clara victoria de las gallegas Tania Álvarez y Tania Fernández, que mandan un aviso para el Mundial, y de Irati Osa en K-1.

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