La duda razonable permanece instalada en la cabeza de los miles de aficionados que, como un clavo, volverán a apostarse el próximo sábado en los márgenes del río o en los cómodos sofás delante del televisor. ¿Qué Descenso Internacional del Sella se van encontrar en esta ocasión? ¿El de la indominable pareja francesa formada por Quentin Urban y Jeremy Candy, que suman las dos últimas victorias? ¿El del regreso de la K2 de Milín Llamedo y Julio Martínez o el de la pujanza de Walter Bouzán y Adrián Martín? ¿El de la picaresca de la edición del polémico porteo en la isla de La Boticaria? ¿La mezcla de todas las incógnitas aderezada con la pujanza de algún, digamos, 'tapado'?
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Una nube de cuestiones flotará en el ambiente festivo de Arriondas y Ribadesella que unos –palistas– y otros –aficionados– tendrán la urgencia de resolver. El Descenso Internacional del Sella, cita deportiva cada día más festiva y emblemática del verano asturiano, el proyecto y dedicación del recordado Dionisio de la Huerta, que este año hermanará sus aguas con las del río Segura, se ha convertido en un ser octogenario que volverá, en menos de una semana, a lucir sus mejores galas –chaleco, montera picona y collar de flores– como manda la ocasión.
El piragüismo se rige por una idea: el palista es más importante que la piragua en cuestión de porcentajes, aunque ésta puede hundir cualquier sueño. Siempre ha sido así. Aunque en esta tesitura dos y dos no siempre suman cuatro, el ganador será aquel que cruce en primer lugar por el puente riosellano y, generalmente, éste suele ser el que acude en mejor forma, tanto física como mental. No será tarea sencilla, en cualquier caso. Los números asustan: 1.287 piragüistas, repartidos en 886 piraguas, de 25 países.
«Será un Descenso muy bonito de ver, sobre todo con las K2, porque, sobre el papel, puede ser la edición con más nivel de la historia, aunque luego estas cosas cambian en carrera... Nunca se sabe», explica una voz autorizada como la de Milín Llamedo. «Habrá agua, mucha agua, por lo que ha llovido estos meses. Otros años ya habíamos estropeado la piragua, pero este año, si además llueve el sábado y sueltan agua...», añade el parragués. «El río está bien de caudal. No llovió mucho en julio, pero no paró. Hay un ramillete de K2 que nos va a hacer las delicias», afirma, por su parte, el riosellano Walter Bouzán.
Por el camino, un río que ha aumentado sensiblemente su caudal y una ría de Ribadesella que recibirá a sus palistas con la bajamar (será a las 11.30 horas). Por lo que, por mucho que suba el nivel, no se notará. «¿La Boticaria? Se lo digo este viernes... (risas). Yo creo que no. No. Ni por asomo», hace hincapié Milín. Discrepa Walter. «Habrá incertidumbre. Es una opción dudosa. No está claro. Va a estar muy apretado».
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La pareja francesa formada por Quentin Urban y Jeremy Candy superaron en el último esfuerzo en la edición de 2023 a los húngaros Adrian Boros y Bruno Kilozsvari y a los asturianos Miguel Llorense y Alberto Plaza. Subieron a lo más alto del podio por segunda vez consecutiva. Se han acostumbrado a la langosta. Y posiblemente no quieren nada peor.
Cuelgan el cartel de favoritos a cuestas, pero muchos otros piragüistas han preparado el Sella como ningún otro. Río abajo, río arriba. Hasta más de veinte veces estas últimas semanas. Entre ellos, el cántabro Julio Martínez, con once victorias en su palmarés, y el parragués Milín Llamedo, vencedor en una ocasión. Y eso pese a un percance doméstico de Julio que les tuvo en dique seco un par de semanas. Ya compitieron juntos en 2015, cuando quedaron segundos por detrás de Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza. Nueve años después repiten.
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«Somos amigos, los dos estábamos sin compañero y decidimos remar juntos. Pero en todo momento tuvimos claro que debíamos ser competitivos. Desde que empezamos, hemos mejorado y nos plantaremos en la salida con las ganas de disputar la victoria», hace hincapié Milín, que, al contrario que la última vez, será el encargado de marcar, mientras su compañero tendrá la responsabilidad del 'motor'.
Viendo la lista de participación, habrá lugar para la estrategia y también para el remo. El triunfo se luchará en el agua y no fuera de ella. Porque en esta ocasión ganará el más fuerte. En esa lista aparece marcada con fosforito la embarcación encabezada por el riosellano Walter Bouzán, once veces vencedor en la fiesta de las piraguas, que volverá a aspirar a lo máximo, pero cambiando de categoría. Ganó en 2023 en K1 y, en esta ocasión, da el salto a la K2 de la mano del madrileño Adrián Martín, que ya conoce la victoria en el Sella (K2 mixto) y que, a día de hoy, marca las diferencias en la media y larga distancia. «Surgió a última hora. Nos conocemos, probamos e íbamos derecho», dice Walter. «Quien gana en K2 en quien realmente gana y se lleva las portadas. Es casi mi última oportunidad y me calenté más de la cuenta», explica no sin cierta ironía.
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Quizás sean estas tres embarcaciones las referentes de esta edición, pero candidatas, por calidad, hay muchas más. Nacionales como las K2 de Pelayo Roza y Roberto Geringer, Javi López y Diego Fernández, Miguel Llorens y Alberto Plaza, Pedro Vázquez e Iñigo Peña, Iván Alonso y Miguel Fernández Castañón... E internacionales como las formadas por Adrian Boros y Tamas Erdelyi, Mads Brandt Pedersen y Thorbjorn Rask, José Ramalho y Alfredo Faría, Philip Knudsen y Soren Maretti, Matthew Fenn y Joshua Fenn, Franco y Dardo Balboa... «Con constancia y aprendizaje, los extranjeros, como los franceses, se ven competitivos, se animan y se ven posibles ganadores», apunta Walter.
El 86 Descenso Internacional del Sella tendrá también en la línea de salida a las vigentes campeonas del K2 femenino. Tania Fernández y Tania Álvarez pelearán por imponerse en Ribadesella por segundo año consecutivo.
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Si los dos primeros clasificados del K1 masculino del año pasado, Walter Bouzán y Javi López, se cambian de categoría, no por ello el K1 baja de nivel. Al contrario, la nómina de palistas extranjeros. Algunos ya conocidos como la leyenda sudafricana Hank McGregor, el alemán Claas Gebhardt, el danés Johan Vedel, el sueco Joakim Lindberg y el argentino Julián Salinas.
No sólo hay cambios de categoría en el ámbito masculino. También en el femenino. Irati Osa, la vencedora el año pasado en K1 femenino, participará el próximo 3 de agosto en K2. Compartirá piragua con Arantza Toledo. La checa Katerina Milova, vigente campeona de Europa de maratón en K1 en categoría sub 23, debutará, por su parte, este año. Y la húngara Zsofia Czellai, en su cuarta participación, la primera en solitario, buscará el triunfo.
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