«Les Piragües es uno de los mejores días. ¡Viva siempre el Sella!»

Las dos capitales del Descenso Internacional del Sella, Arriondas y Ribadesella, vivieron ayer su día grande de la Fiesta de les Piragües, una cita deportivo-folixera que este primer sábado de agosto cumplía su 86 edición confirmando la asistencia al alza de público de los últimos años, a pesar del cielo gris que prevaleció hasta bien pasado el mediodía. Una circunstancia que lejos de ensombrecer la celebración era unánimemente bienvenida entre los grupos y peñas que llenan de colorista alegría el tradicional desfile previo a la salida de la prueba deportiva bajo el puente de la villa parraguesa.

La llegada del tren fluvial, con el ruidoso desembarco de sus pasajeros más jaraneros, Los Tritones de Infiesto, calentaba los motores del arranque del desfile por el centro de Arriondas, abarrotado de selleros desde las horas más tempranas de la jornada. La peña más veterana se abrió pronto camino entre la multitud alzando sus tridentes para ocupar el lugar que le correspondía en la comitiva festiva, no sin antes llevarse una cariñosa reprimenda de su capitán, Kevin Menéndez, por los excesos de efusividad en los vagones de los más jóvenes durante el trayecto. Tomada nota, él mismo explicaba que «la juventud no acaba de cogé-y el puntín y mira que-yos lo digo: 'En el desfile marcha, en el tren calma', tienen que aprender». Por lo demás Menéndez ensalzaba un Sella «precioso, pa nosotros da igual que esté nublao, que haga sol, llueva, nieve, granice o xele. Vamos de fiesta y danos igual todo».

Otros históricos piloñeses, Los de Coya, acudían un año más con su cabezudo de Dionisio de la Huerta a bordo de una camioneta llena de sidra y sus piraguas especiales para tierra y baile: «Siendo del pueblu de Dionisio no podemos faltar», afirmaba su portavoz Aurora Hevia. De más cerca aún, Silvia Veigas levantaba los ánimos de sus convecinos de Llames de Parres: «Esti añu está precioso, ta nublao pero fai calor, venimos juntos a pasalo bien y eso é lo qu'importa», aseguraba. Tras ellos debutaba la Asociación San Bartolomé de Nava con su presidente al frente, Nisén Díaz: «Traemos tres autobuses y 150 vecinos, el añu que vien seremos más», vaticinaba.

«Siero, mucha comedia», proclamaban los Rabiones de La Pola: «Venimos con camión, furgoneta y una piragua encima, mucha sidra y muchas ganas de fiesta», expresaba a su frente Cupi Riestra. Y no faltaban los clásicos: Entaína, de Ribadesella, con batallón musical animando a los habituales gigantes de Pinón y Telva: «Está estupendo el Sella nublao, lo agradecemos y nos queda mucho día por delante», apuntaba Alba Quesada. Tampoco andaban a la zaga en ánimos y ganas de disfrutar Los Botijos de Cangas de Onís, en esta ocasión con una desmelenada imitadora de Nebulossa de artista invitada. Las hermanas Marta y Teresa Pérez evocaban orgullosas que «nuestros padres vinieron con Botijos el primer añu que se hizo y mi madre de hecho estaba embarazada de mí», desvelaba la primera y para ambas: «Les Piragües es uno de los mejores días, somos una familia gigante: ¡Viva siempre el Sella!».

Los ritmos de las charangas y las gaitas animaban la juerga en un desfile que contaba también con los anfitriones Selleros, Los Ponguetos y los Ultras de Madrid: «Llevamos 19 años viniendo, al principio éramos quince y ahora somos cien. El Sella es un sentimiento, si no vienes, no lo coges», proclamaba su fundador. No se podía decir mejor para la gran fiesta de Asturias que luego seguiría río abajo por las calles de Ribadesella.

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