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Victoria al esprint.Los dos piragüistas galos celebran su victoria bajo el puente de Ribadesella. FOTOS: DAMIÁN ARIENZA Y ARNALDO GARCÍA
Descenso del Sella

El Sella ye mundial

Triunfo foráneo 25 años después. Los franceses Urban y Candy, campeones del mundo, rompen la hegemonía española y se llevan un Descenso espectacular, «el más multitudinario en los últimos diez años»

JOSÉ ANGÉL GARCÍA

Domingo, 7 de agosto 2022, 00:29

Por si alguien tenía dudas el Sella es único. Tres años esperando por el Descenso eran demasiados. No es extraño que ayer se desbordase la emoción y aflorasen los sentimientos. El Descenso Internacional volvió y lo hizo exhibiendo toda su magnitud: una fiesta irremplazable y una competición deportiva de un nivel extraordinario. Los franceses Quentin Urban y Jeremy Candy, actuales campeones del mundo, lograron la victoria debajo del puente de Ribadesella después de una lucha titánica con Bouzán y Fiuza, la pareja más exitosa, pues sumó ocho triunfos consecutivos entre 2010 y 2017. A escasos metros, la dupla formada por Emilio Llamedo y el eterno Julio Martínez que, a los 52 años, sigue siendo competitivo. En K-1 hubo lugar para la sorpresa y el joven de Soto del Barco Javi López arrebató la corona al danés Mads Pedersen.

Si dos años sin Descenso del Sella han parecido una eternidad, es fácil imaginar lo larga que se les ha hecho la espera a los palistas extranjeros que acuden para participar en la prueba. Desde 1997, entonces con triunfo sudafricano, no se producía una victoria foránea en la meta de Ribadesella. Ayer se rompió la hegemonía nacional de una prueba que será recordada como la de la vuelta a la normalidad. Cientos de miles de personas siguieron la prueba en directo, «la más multitudinaria de los últimos diez años», calculaba el presidente del CODIS, Juan Manuel Feliz. Nadie quería perderse detalle de una cita castigada por la pandemia los dos últimos años. No es extraño que la afición acudiera desatada, con los sentimientos a flor de piel, y que la fiesta fuese la más multitudinaria de los últimos años celebrados. Dio fe de ello un Raúl Entrerríos, emocionado, durante el pregón posterior al desfile.

Imagen. El Sella se llena de piraguas en un masivo Descenso

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Imagen. El Sella se llena de piraguas en un masivo Descenso

Himno de Asturias y piraguas al agua, después de algún susto como el que se llevaron Bouzán y Fiuza, que colisionaron con Plaza y Llorens, «que les puso mirando para Arriondas», como aseguró el gallego, indignado sin embargo con la actuación de los hermanos Balboa. Los argentinos les golpearon posteriormente y eso obligó a los campeones a desgastarse en una remontada que les llevaría hasta el grupo de cabeza, compuesto por seis embarcaciones. Los primeros en quedar rezagados fueron los últimos ganadores. Castañón y Becerra no pudieron seguir el ritmo de la cabeza y vieron escaparse sus opciones antes incluso de que la prueba alcanzara su ecuador. Los hermanos Balboa fueron los siguientes en perder la ola de Llorens y Plaza, que se alternaban en cabeza con Quentin Urban y Jeremy Candy. Las dos embarcaciones llegaban en un estado de forma óptimo tras el Europeo de hace solo una semana, donde ambas pelearon por el oro.

Julio Martínez y Llamedo cambiaron de estrategia y se mantuvieron en un segundo plano, siguiendo la ola de Bouzán y Fiuza, que guardaban fuerzas pensando en La Boticaria. Ahí, en el último kilómetro se decidió la prueba. Ninguna de las cuatro embarcaciones optó por hacer porteo, dado que había suficiente agua para remar. Eso si, cada piragua siguió un trazado diferente para entrar en la recta definitiva con ventaja.

Imagen. Multitudinario regreso del Sella

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Imagen. Multitudinario regreso del Sella D. Arienza | A. García

Los ocho veces campeones del Sella soltaron su ataque, pero descuidaron el flanco derecho. Por ahí, a rebufo, como si se tratara de una moto, vieron como la pareja gala les superaba para encarar el tramo decisivo del esprint en cabeza. Urban y Candy administraron bien los metros de renta que tenían para dejar atrás a Bouzán y Fiuza. Por detrás, Julio Martínez, eterno a pesar del paso de los años, conseguía un meritorio tercer puesto junto a Llamedo, doblegando por centésimas a Plaza y Llorens, que acusaron el cansancio en el esprint final. Primer triunfo francés en el Sella y fin a una sequía de un cuarto de siglo sin victorias extranjeras en el Sella.

Sorpresa asturiana en K-1

Dicen que los pronósticos están para romperlos. Nadie tenía dudas de que Mads Pedersen tenía todas las papeletas para reeditar el oro conseguido hace tres años. Sin embargo, el danés se encontró con un duro rival que no desaprovechó su oportunidad en la primera ocasión que bajaba en K-1. Javi López, un joven aspirante a bombero de Soto del Barco (tiene el martes la oposición) hizo un descenso muy inteligente gestionando muy bien la ventaja adquirida en la segunda parte de la carrera. El podio lo completó el argentino afincado en Ribadesella Roberto Geringer, que aprovechó el desfallecimiento de Milín Llamedo. El Descenso del Sella volvió y lo hizo demostrando que es una cita irremplazable, en lo deportivo y en lo festivo.

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