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Todo montañero que lleve tiempo caminando Asturias conoce perfectamente la tradición: subir a una cumbre, los días previos a nochebuena (o los días cercanos al solsticio invernal) y en ella, escondido en algún recoveco de piedra resguardado, plantar un nacimiento.
Y aunque en realidad no se conoce muy bien el significado tras esta costumbre, sí que se sabe que se inició durante los años 40 del siglo pasado, en la zona de Pirineos, donde los habitantes de los pueblos de montaña más aislados comenzaron a realizarla. Aunque su apariencia tenga tintes religiosos, y mucho más navideños y tradicionales, también se trata de una costumbre que acerca a las personas y celebra las montañas, subiendo un símbolo a sus altas cimas para bendecirlo cerca del cielo.
A Asturias la tradición del belén montañero llegó en los años 60, de la mano del fundador del Grupo de Montaña San Claudio, José Manuel Suárez. Él había estado en los Pirineos en la juventud e importó esta costumbre, organizando una subida a Peña Ubiña junto con más colegas de otros grupos montañeros en el año 1963. Allí plantaron el primer belén de cumbre asturiano, bendecido con villancicos y hasta con plegarias de un cura. Días después (ya en 1964 y con una gran nevada) subieron a quitarlo. Y desde entonces hasta hoy la tradición se extendió y generalizó, amparada por todos los aficionados y grupos montañeros de Asturias.
Bien como un ritual, bien como una tradición o simplemente una forma de quedar en grupo y hacer una excursión navideña, la costumbre del belén de cumbres no deja de ser un emblema de los grupos de montaña y un signo de cariño hacia las cimas.
Y aunque lo más común es quedar en grandes grupos para realizar este ritual montuno, también puede utilizarse a un nivel más familiar para hacer una ruta bonita: como la excusa perfecta para una excursión familiar (o en pandilla) prenavideña.
Así que, para los que estén buscando un plan de ruta senderista para estas fechas prenavideñas, aquí van 3 rutas sencillas perfectas para estos días (y para plantar, si se quiere, un belén de cumbres en ellas).
1
El Mofrechu no levanta por encima de los 1.000 metros (se queda en algo menos de 900) y, aun así, nadie lo diría. Este picu presume de vistas de espectáculo, rotundas y muy especiales: al mar cantábrico, a la costa, a la desembocadura del río Sella (es el techo del concejo de Ribadesella y la mar, desde sus altos, tiene constante presencia); a los Picos de Europa, a la sierra del Sueve, a los montes de Ponga, a los valles que se extienden hacia la montaña abrupta desde la costa oriental…
Otra cosa buena del Mofrechu es que es una cumbre accesible: desde la collada de Igena se abre un camino por pista que sube bien señalizado hasta un punto con laguna en el que la pista concluye y se abre un sendero más montañero. Igualmente, el desnivel a superar no llega a los 500 metros, en un total de 10 kilómetros de caminata sin escollos.
Como anécdota, cabe decir que a este pico suben muchas personas con la tradición del belén de cumbres: es sencillo encontrar en los huecos de sus piedras grupos de figuritas por las que nunca nadie volvió. Aunque desde luego lo más singular de esta cumbre es el piolet que hace de cruz de cima, así como las largas, bellas y panorámicas vistas que se alcanzan a contemplar desde esta guapa atalaya de altura riosellana.
2
La Mua es una montaña preciosa, hermana de sangre y de sierra del picu Pienzu, inserta en una de las alas de la sierra del Sueve y con preciosas vistas a la mar y los Picos de Europa. Alcanzarla no tiene excesiva ciencia: puede subirse caminando desde el Altu la Llama (límite de los concejos de Colunga y Piloña) alcanzando por pista bien marcada la famosa majada de Espineres (Braña Requexu), un lugar acogedor lleno de cabañas en el que se celebra la fiesta del Asturcón: como dato,los organizadores de esta fiesta colocan aquí cada navidad un belén de cumbres. Si no nos vemos seguros de alcanzar la cima del Mua, este entorno es ya ideal para plantar un belén montañero o para simplemente declararlo cumbre del día.
Desde Espineres, llegar a la Mua es sencillo, aunque ligeramente empinado: a través de los pastos, escorándose a mano izquierda y siguiendo una estela de jitos que va llevando a la zona alta, se va llegando a un terreno en el que predomina la roca. Un jito resaltado en un alto marca el punto más elevado.
Una vez en la Mua, toca disfrutar: la visión hacia el Pienzu y hacia la costa oriental es sublime, pero no menos que la visión hacia el norte: con amplios y profundos valles ondulantes que mueren a los pies mismos de los Picos de Europa, que se ven desde aquí completos, con sus tres macizos y sus cumbres insignia.
En total, desde el Altu la Llama hasta la Mua (ida y vuelta) son unas 5 horas y unos 900 metros de desnivel. Aunque (con el vehículo adecuado y con precaución al ascender la pista) también se puede acortar distancia empezando a caminar más cerca de Espineres.
3
Esta ruta al Pico Polio (cima a más de 1.000 metros de altura) conduce nada menos que hasta el punto más elevado de la Sierra de Carraspientes, en el concejo de Mieres.
El pico Polio es un guapo balcón sobre el Valle de Turón que ofrece magníficas vistas a la Cordillera, los Picos de Europa, parte de la costa, a la sierra del Aramo, a las Ubiñas, Peña Mea…un balcón estupendo, en todas las direcciones, de la Asturias Central.
Y aunque para llegar a su cima existen varios caminos, el que aquí se propone es uno de los más sencillos y directos: parte del área recreativa de Rozamayor, un lugar al que se llega de manera fácil en coche y que se sitúa en la falda misma del pico Polio.
El camino, bien marcado y fácil, así como adornado de un particular paisaje, concluye en unos altos con vistas que no defraudan. Además, durante el trayecto se pueden contemplar los restos de la antigua Mina Mariana, que se situaba en la ladera oeste del macizo Polio.
En total, hacer la ruta completa no lleva más de 3 o 4 horas (ida y vuelta) y salvar un recorrido lineal sin complicaciones que asciende poco más de 400 metros durante 8 kilómetros para asomarse, con satisfacción, a mirar el centro de Asturias.
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Samantha Acosta | Gijón
Fernando Morales y Sara I. Belled
Jessica M. Puga | Gijón y Samantha Acosta
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