«Es una senda para disfrutar del día y del paisaje»

«En la travesía Costa Naviega, caminas con el mar Cantábrico a un lado y con el verde del occidente de Asturias al otro», presume José Santos, el presidente del grupo de montaña Peña Furada, que organiza cada año esta salida, desde 1988. Este colectivo de montañeros surgió poco antes que esta ruta y es el encargado de ponerla en marcha ya desde el principio. «Esta travesía, Fiesta de Interés Turístico Regional, nació de un grupo de senderistas que empezó haciendo salidas esporádicas y que se le ocurrió hacer un camino, junto a la costa, porque era un sitio precioso», explica Pablo Feito, el vicepresidente de Peña Furada. Y, ya aquella primera vez, reunieron «a más de mil personas», según señala Víctor Villar Pis, otro de los promotores de esta cita.

Esta nueva edición, la número treinta y cinco, tendrá lugar el próximo domingo 19 de junio y será una ocasión perfecta, como siempre, «para disfrutar del día y del paisaje de la zona», como señala Villar Pis. Más de 1.500 personas ya están inscritas y ese dato les hace presagiar que «superaremos los 2.000 participantes», como apuesta ilusionado Pablo Feito.

Hasta el viernes 17 está abierto el plazo de inscripción y prometen que merece la pena unirse a esta marcha de unos 20 kilómetros de recorrido. «Salimos del prau del Bao y llegamos hasta la dársena del Muelle de Navia. Por el camino, vamos viendo todas las playas, calas y acantilados que hay en este concejo», explican.

Además, los participantes deben saber que, ni mucho menos, esta travesía es una competición. Todo lo contrario: el objetivo es disfrutar del camino e ir parando, a darse un baño, a contemplar las vistas y a comer. Sobre todo, a esto último, porque hay unos cuantos puntos de avituallamiento por el recorrido, empezando por el de la salida, donde los caminantes podrán empezar la jornada con una chocolatada.

Más adelante, en La Tornil, les entregarán mermeladas, quesitos y agua. Con ellos, resistirán hasta llegar a la playa de Frejulfe, donde recibirán una bolsa de comida completa. La podrán regar con la sangría que estarán repartiendo un poco más adelante, en la playa de Coedo. Todo eso será si el tiempo los respeta. Los organizadores, de momento confían, porque «solemos tener suerte con el sol», aseguran. Y, si no, ya saben lo que les toca hacer: «Poner huevos a Santa Clara y esperar a que mejore».