He aquí una ruta sencilla, sin grandes alturas ni enormes repechos. Un camino apto para todo tipo de excursionistas, estupendo para hacer con niños, a muy pocos minutos de las principales ciudades asturianas. Un sendero, amplio y fácil de seguir, que semeja un oasis natural perfecto para huir de la urbe y que discurre, colándose por zonas de arboleda, hasta una cumbre modesta pero de largas vistas.
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Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Fácil
Distancia: 7 km
Tiempo: 2 horas
Desnivel aproximado: 200m
En realidad, puede decirse que la excursión a Santufirme es un comodín senderista: con muy poco esfuerzo, se puede recorrer andando, en bici o corriendo; genial para llevar un buen picnic(o todo lo necesario para hacer una barbacoa) y disfrutar, cerrando la caminata con una comida al aire libre en el área recreativa cercana… Genial para un paseo tranquilo por la naturaleza; y para asomarse a buenos paisajes y muchos trozos de Historia.
La ubicación y altura del Santufirme, a pesar de no levantar más de los 500 metros, es privilegiada: bajo sus altos los terrenos llanos se extienden como un mar en calma, dejando ver un horizonte lejano que abarca mucho terreno, montes, ciudades, pueblos… y –en días claros- llega a mirar el mar.
Además, el camino que se sigue tiene un pellizco de historia, puesto que es la única muestra que queda de una mina de carbón (La Minona) que fue abandonada y tapada. Muy cerca, discurre la ruta de los Palacios, un GR de 40 kilómetros (también tiene una versión corta, de media jornada y muy sencilla) que recorre el concejo en busca de castillos, casonas, fuentes, lavaderos y pequeñas iglesias plagadas de leyenda y memoria; también cerca, Lucus Asturum, antigua ciudad romana y germen de la actual Llanera.
Por si fuera poco, se sabe que Santufirme fue un punto clave allende hacia atrás en la historia: en sus faldas sureñas se hallaron centenares de piezas procedentes del Paleolítico más temprano; en sus recatadas laderas aún quedan piedras dispersas, desprendidas de antiguas ermitas que desaparecieron; está íntimamente ligado al Camino de Santiago, y muy cerca de su punto de más altura (al que asciende esta excursión) se cree que existió una torre, un punto estratégico para otear las lejanías.
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En definitiva, que aunque no sea una enorme montaña ni represente ningún desafío, el humilde pico Santufirme es un destino senderista muy «comodín» y bello, en el mismo centro de Asturias, que permite pasar una jornada entretenida y tiene muchas cosas para mostrar. Un lugar montañoso, en medio de la mayor llanura asturiana, lleno de historia y paisaje.
No hay ninguna complicación ni pérdida: en suave ascensión por carretera hay que llegar hasta la zona conocida como Alto de la Miranda, con sitio para aparcar a ambos lados de la calzada. Ya aquí, en este lugar, se encuentra un panel informativo: es del GR200, Ruta de los Palacios, y hay que seguirlo durante el primer trecho de la ruta. A su lado, un pequeño cartel indica también que Santufirme es el monte perfecto para el senderismo y las bicis.
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Se empieza a caminar tomando dirección hacia la derecha: primero por estrecha carretera, entre algunas casas, y luego ya por pista; durante estos primeros pasos se sigue el rumbo propuesto por las marcas azules de la ruta de los Palacios.
A la altura de las casas de la Minona, la pista comienza a adentrarse por tramos de bosque, faldeando por debajo del monte Santufirme para comenzar a subir lentamente. El repecho, aunque sencillo, se pone algo pindio al principio y luego juega al sube y baja durante un rato antes de llegar a un cruce: a mano derecha está el área recreativa de Santufirme, muy cuidada y con buenas vistas hacia Oviedo y sus montes y sierras cercanos.
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Volviendo al cruce que llevaba al área recreativa, ignorando el desvío hacia la zona de descanso se sigue de frente, caminando por la pista entre árboles hasta encontrar un depósito de agua: a su altura, hay que girar a la izquierda, siguiendo ya –sin salirse del camino y sin apenas esfuerzo- hasta el vértice geodésico que señala la altura máxima de estos lares: el picu Santufirme, de 430 metros.
Desde arriba, toca imaginar aquel torreón que un día estuvo en este punto, alzado sobre la inmensa llanura que se abre alrededor, controlando todos los pasos y sitios de importancia cercanos: Oviedo, La Gamonal, La Mostayal, Peña Mea, la Sierra de Peñamayor, Gijón…
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Para bajar, retomamos por el mismo camino hasta el cruce del depósito, donde se puede girar a la izquierda para seguir bajando, sin salirse de la pista principal, directo hasta el Alto de la Miranda.
Por supuesto, también está la opción de regresar al área recreativa (a comer, descansar u otear el panorama) e incluso alargar la caminata, recorriendo alguna parte de la ruta de los Palacios con sólo seguir las señales oportunas. Eso sí, siempre teniendo en mente que el punto de inicio y final está en el Alto de la Miranda, base de acceso a un monte discreto lleno de posibilidades senderistas.
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