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Por empezar apuntando curiosidades, conviene decir que la ruta que aquí se cuenta discurre –en parte- por dos populares recorridos senderistas que, antes de ser rebautizados con nombres de fauna y mitología fueron caminos de comunicación. Tal es así: la Senda del Oso fluye completa por el trazado de un ferrocarril minero que, durante 80 años, fue un eje básico para los intercambios económicos, sociales y empresariales de la Comarca. Y, a su vez, la ruta de las Xanas, es un camino ganado a la roca misma que se comenzó a construir a mediados del siglo XX con el fin de comunicar Dosango (en Santo Adriano) y Pedroveya (en Quirós) con el valle de Trubia.
El caso es que ambos proyectos se abandonaron: el primero cerró, y el segundo se dejó por imposible. Y de sus huellas, que avanzan por paisajes espectaculares, surgieron los dos recorridos senderistas que hoy transitaremos durante trechos y que llevan en su nombre dos de los emblemas de Asturias: los osos y las xanas.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Moderada
Distancia: 15 km
Tiempo aproximado: 5 horas
Altitud máxima: 966m
Desnivel aproximado: 815m
La excursión que aquí se cuenta es una circular de 15 kilómetros que va a buscar una collada a casi 1000 metros de altura y que combina -en un recorrido de unas 5 horas- bosques, praderías, vistas a las sierras centrales de Asturias, aldeas con alma y la siempre espectacularidad del desfiladero de las Xanas, un camino por un precipicio de 100 metros de altura en el que la roca, los verdes y el agua dirigen la orquesta. A su vez, la cercanía con las instalaciones oseras construidas para albergar a Paca y a Tola en los años 90, proporcionan la oportunidad de aprender más sobre el oso cantábrico y de avistar a los dos ejemplares (Tola y Molina) que viven en el lugar.
Este trayecto no asciende a ninguna cumbre; su punto más alto es un collado. Concretamente, el collado de la Canal Seca, ubicado a 966 metros de altura y con estupendas vistas hacia la sierra del Áramo. Para alcanzarlo, se parte del área recreativa de Buyera, una zona de descanso muy próxima a las instalaciones y al cercado osero de la Senda del Oso.
Desde Buyera, caminamos dirección al cercado y, nada más pasarlo, tomamos un desvío que se inicia a mano izquierda para luego seguir las señales que marcan la dirección hacia la Canal Seca.
El sendero, amplio y bien marcado, avanza sin prisa mientras nos adentra en una garganta pequeña pero muy galana, vestida de bosque y del murmullo de las aguas que van en busca del río Trubia. Y así, casi sin darnos cuenta, se da a la vista Serandi, preciosa población cargada de casas y de hórreos bien cuidados. Para continuar, debemos cruzar el pueblo hacia su parte alta y allí buscar la pequeña iglesia de San Antonio, donde conectaremos con un camino que asciende.
La senda avanza desde aquí cómodamente, transitando entre los pastos del lugar y ganando metros de manera ligera. Abundan los verdes y las vistas amplias hasta que damos al encuentro con una portilla. Tras dejarla atrás, tomamos ahora un sendero a mano derecha, asomado a espectaculares vistas de la sierra de Caranga.
Poco a poco y en moderada pendiente, la pendiente constante nos saca a las laderas del monte, por las que el sendero se pierde, culebreando y escorándose a mano derecha hasta coronar el buscado Collado de la Canal Seca, donde se abren vistas estupendas y repentinas de la sierra del Áramo y de la Mostayal.
Para continuar, comenzamos ya a descender haciendo un «campo a través» de manera brusca por praderas, siempre con la mirada puesta en una pista que destaca en el horizonte cercano. La alcanzamos y caminamos: pasa primero por la pequeña aldea de la Rebollá, para proseguir marcha y terminar en la Ermita de San Antonio, en Pedroveya, puerta de entrada de la ruta de las Xanas.
Siguiendo las señales, cruzamos arroyos por puentes de madera y avanzamos un trecho hasta que nos metemos, de pleno, en el impresionante desfiladero tallado en la piedra que recorre esta garganta. El río Viescas (rebautizado como «arroyo de las xanas») canta ruidoso unos 100 metros abajo, haciendo rebotar su melodía acuática por las verticales paredes, copando el ambiente de humedad y corriente constante. Los árboles escalan, y juegan a descolgar raíces que se pierden entre el verde que todo lo copa, mezclado con la imponente presencia de la piedra caliza.
Este intrincado camino, precioso y sorprendente, nos dejará tras una preciosa bajada en la localidad de Villanueva.
Ya en Villanueva, y para terminar, cogemos uno de los ramales de la Senda del Oso que atraviesa el pueblo bordeando la iglesia de San Romano, cruza un puente y, rápidamente, vuelve al área recreativa de Buyera, lugar en el que ponemos fin a esta interesante y alternativa circular por rutas de Xanas y osos.
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