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El picu Pienzu, techo de la sierra del Sueve, se vislumbra cercano desde la cumbre del Mirueñu, segunda cota en altura de estos territorios M.LL
Ruta a los picos Mua y Mirueñu desde el Altu la Llama-Sueve
PILOÑA

Al Mua y al Mirueñu: un paseo y dos cumbres por la zona occidental del Sueve

Con 1136 y 1020 metros de altura, el Mirueñu y la Mua son dos cimas perfectas para encumbrar, crestear y rastrear los mágicos aposentos de la sierra del Sueve. Desde sus altos, el mar cantábrico y los Picos de Europa dominan los horizontes

Viernes, 27 de enero 2023

Mirándolo desde el norte, la mole rocosa que es el Sueve recuerda un poco a un vigía: un gigante recostado a la orilla del mar que parece estirar un costado hasta acariciar con los dedos la tierra, los pueblos, la arena, los puertos y las frías aguas del cantábrico oriental asturiano.

Mirándola desde el sur, la silueta de la sierra del Sueve dibuja una enorme «m» minúscula de trazo alargado hacia la izquierda, como de caligrafía descuidada. Una serpiente de tres jorobas destacadas que impide la visión de la costa pero deja pasar aromas a salitre, nubes, humedades y nieblas. Una enorme silla con tres asientos redondeados a más de 1000 metros de altura desde la que observar, sin muros y cercano, un paisaje de valles plagados de vida y agua que termina a los pies mismos del Torrecerredo.

Vistas hacia los Picos de Europa desde los pies de las laderas del pico Mua M.LL

Se mire como se mire, en la sierra del Sueve el rey es el picu Pienzu, techo de estas piedras: una cima alzada a 1150 metros y jalonada por una enorme cruz herrumbrosa que observa con admiración y afecto los tres macizos de los Picos de Europa, extasiada por el flujo de las estaciones que los moldean. Tras el Pienzu, los príncipes de este territorio de relieves kársticos son el Mirueñu y la Mua, dos crestas de roca picudas ubicadas a muy poca distancia de él. Tan poca, que parecen un apéndice sinuoso e intrincado de este pico, unidas a él con orgullo e imitándolo en altura, tono, terreno y visiones.

Mirando la cresta de la sierra del Sueve, desde la cima del pico Mua, con el Mirueñu en el centro y el Pienzu y su cruz al fondo M.LL

Y aunque bien es cierto que hay muchas excursiones para subirse al Mua y al Mirueñu, la que recorre las laderas occidentales del Sueve (saliendo del altu la Llama y pasando por la majada de Espineres) dibuja un sendero relativamente sencillo pero de importante desnivel acumulado que -siempre aderezado de panorámicas variadas y placenteras- se adentra sin miramientos en las tripas de esta bella sierra, tatuada al tiempo, desde hace siglos, por las brisas de una costa de color verde y los aires helados de las cumbres más abruptas de Asturias.

RUTA A LOS PICOS MUA Y MIRUEÑU DESDE ALTU LA LLAMA (SIERRA DEL SUEVE)

  • Tipo de ruta: Lineal (ida y vuelta por el mismo trayecto)

  • Distancia: 14 kilómetros (aprox)

  • Tiempo aproximado: 5 horas

  • Dificultad: Moderada

  • Altura máxima: 1136m (aprox)

  • Desnivel aproximado: 900m (aprox)

Descripción de la ruta:

El recorrido para visitar los altos cimeros menos conocidos de la Sierra del Sueve parte de la zona conocida como «Altu la Llama», un lugar que es límite de los concejos de Colunga y Piloña al que se llega cómodamente por una carretera secundaria plagada de curvas y adornada por numerosos ejemplos de casas indianas. Ya allí, comenzamos a adentrarnos en el Sueve por una pista ancha que primero cruza un pequeño tramo boscoso y luego asciende, sin tregua, hacia lo alto de la sierra.

Inicio de la pista ganadera que parte desde el Alto la Llama y muere poco antes de alcanzar la majada Espineres M.LL

Este primer tramo de ruta es sumamente sencillo: lo único que hay que hacer es seguir el trazado de la pista que, poco a poco, serpenteando como culebra, va elevándonos y acercándonos a la majada de Espineres, lugar en el que muere. Antes, el sendero nos regala hasta un tramo de descenso. Y ya llegando a ella, la visión del pico Mua –al que nos dirigimos- escorándose al norte en el horizonte cercano.

Sin complicaciones, se llega a Espineres, lugar en el que se asienta la Braña Requexu, un rincón montuno muy especial: ubicado en un «cráter» de este terreno calizo, con forma redondeada y adornada de cuidadas cabañas que hablan bien del respeto de las gentes por los lugares altos de pasto y del apego de la cultura a una raza autóctona, la del caballo asturcón, en honor a la cual se celebra aquí una fiesta todos los meses de agosto.

Cabañas y altar en la majada de Espineres, sitio en el que se celebra cada año la Fiesta del Asturcón el tercer sábado de agosto y lugar en el que muere definitivamente la pista que seguimos M.LL

Desde la acogedora majada, pisando ya un terreno de pastos que asciende delimitado entre piedras dispersas, se coge un sendero que se pierde a tramos y va acercando, sin prisa, hasta la Mua, primera de las cumbres del día.

Hacia atrás, la vista de Espineres y de las vegas que la rodean se amplía, mientras que al frente, marcando el punto en el que se ubica el sur, las afiladas y picudas siluetas de los Picos de Europa emergen majestuosas.

Desde las camperas y las laderas altas del Sueve, la visión de los Picos de Europa parece cambiar, moverse y mutar los tonos, al ritmo de nubes, aires, rayos y azules M.LL

Tras superar un pequeño collado, el alargado contorno del pico La Mua se muestra ya muy cercano. Sólo resta avanzar, cortando con los pasos el pico por su base, dirección izquierda, prestando mucho atención al pisar ya que el camino asciende por zonas de profundos hoyos, excavados a base de años y años de acuática paciencia natural.

Enseguida, por un terreno cada vez más rocoso e intrincado, siguiendo marcas de jitos y un sendero desdibujado hecho por pasos humanos, se abraza la cumbre de La Mua, marcada con un montículo de piedras.

Desde sus altos, se contempla de un vistazo la cresta de la sierra, que parte desde esta pica modesta y termina unos kilómetros más allá, en la cruz de Pienzu. A la izquierda, se abre enorme el mar cantábrico y los perfiles costeros de los pueblos marineros. A la derecha, los Picos de Europa asoman reinantes sobre un circo de valles verdes y montes bajos que se extiende hasta el Cuera y, de nuevo, el mar.

Vistas hacia los tres macizos de los Picos de Europa desde el montículo jitado que señala la cima de la peña Mua, a 1020 metros de altitud M.LL

Desde la Mua, descendemos avanzando en dirección izquierda para empezar a recorrer una zona más enterrada y metida entre piedras que se cuelga de la vertiente norte del terreno y que enseguida alcanza el lugar conocido como Hoyu Forcau, con una solitaria cabaña apoyada en una roca, durmiendo bajo la sombra de unas hayas centenarias.

Extensas manadas de gamos habitan estas zonas y observan a los caminantes, regalando cercanía a los que van en silencio así como estampidas desacompasadas a los que gustan de charlas, carcajadas o aspavientos.

Pasando por delante de la cabaña y, con el Mirueñu a la vista haciendo de faro, se continúa avanzando entre rocas de formas irregulares y por un pavimento cada vez más calizo e incómodo, hasta encontrar otra cabaña más desde la que parte un sendero.

El camino de ascenso, aunque incomodo al principio, va abriéndose paso ladera arriba entre los montículos de roca y, poco a poco, acaba por coronar la cima del Mirueñu, segunda cota más alta de la sierra del Sueve y preciosa balconada para otear los horizontes.

Vistas desde el Mirueñu hacia las playas y los pueblos costeros del concejo de Colunga M.LL

Un poco más allá, tan cerca que casi parece separarse por un centenar de pasos, la cumbre del Pienzu cierra la línea cumbrera de esta sierra, que baja desde allí por los bosques y laderas orientales hasta encontrar el alto del Fitu, límite de los concejos de Parres y Colunga.

Mirando a la cruz de Pienzu desde los altos del pico Mirueñu M.LL

Aunque la ruta podría extenderse para alcanzar la cima del Pienzu, alargándose considerablemente (para ello se necesita un vehículo de apoyo), hoy este es su punto más alto. Para emprender el regreso, desde la pica más alta del Mirueñu retomamos el camino que nos trajo, sorteando la cumbre del pico Mua por sus laderas bajas para alcanzar, de nuevo, Espineres; y una vez allí, coger la pista que nos devuelve hasta el Altu la Llama, lugar en el que concluye esta preciosa vuelta para conocer el segundo y tercer techo de la mágica Sierra del Sueve.

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