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Teverga y el Parque Natural de Las Ubiñas- La Mesa, a vista de pájaro: con largas panorámicas de verdes enroscados en caliza sobre un terreno caprichoso de elevaciones irregulares, ocres, brillo de bosque añejo y fértiles valles. Al fondo, cortando el cielo con su porte ... imponente, la bella Peña Rueda, los descarados Fontanes y la blanca Peña Ubiña, vestida con un centelleo como de diamantes. Mientras, el Ferreirua muestra sus rasgos más afilados y la sierra de la Manteca, como un telón larguísimo, se extiende tranquila sobre terrenos verdosos verticales.
Este es un sitio único para asomarse: la punta más alta de un pico llamado Siella, a algo más de 1500 metros de altura. Una atalaya de las buenas que contempla panorámicas perfectas, alzada como un globo aerostático sobre los confines de los concejos de Teverga, Quirós y Proaza.
Para llegar hasta aquí, hay tres posibles caminos. El que sigue el track que acompaña a estas letras es el más complicado de los tres: supera primero la impresionante, dura y bella Canal de la Faya para contemplar un gran ojo de Buey y, después, entretenerse subiendo al pico Sobia antes de ir a buscar la cima del pico la Siella.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Moderado-Dificil
Distancia: 11,94 km
Tiempo: 7 horas
Desnivel: 776 metros
No obstante, la excursión hasta esta cumbre tiene variantes: puede hacerse por terreno más cómodo, ascendiendo –desde Sobrevilla- por la zona de Valdepozu y la pista de Les Envueltes hasta casi la crestería, evitando la dura canal pedregosa de la Fueya. O, también, puede llevarse a cabo cogiendo la canal de la Fueya como escalera y, al llegar arriba, evitar la agreste y complicada subida a la Sobia tirando directamente en busca de la Siella (una opción muy recomendada, puesto que la ascensión a la Sobia no es sencilla ni muy segura).
De todas formas, en cualquiera de las opciones el camino que parte de Sobrevilla en busca de la cumbre de la Siella es un carrusel, constante, de buenos y largos paisajes. Una ruta que, sin presumir ni darse importancia, va robando el corazón del caminante a base de belleza, terreno montañero y amplias vistas.
Desde el bonito pueblo de Sobrevilla, se comienza a andar. Hay que atravesar todo el pueblo en sentido ascendente, dejando a los lados cuidadas casas. Al llegar a la zona de las últimas viviendas, se sigue avanzando por pista hasta encontrar un paso canadiense. Aquí termina la pista de hormigón y comienza el camino de tierra. En el frente, bien claras, se ve asomar el pico Siella y, antes, la larga y empinada canal de la Faya, escorándose a la izquierda por una vertical peña hasta acabar en sus altos.
El sendero, sin pérdida, conduce a la parte baja de la canal: un pedrero suelto que hace de alfombra antes de empezar a subir, sin tregua, por la bella y peliaguda canal de la Faya. En ella, aunque algunos pasos se vuelven más lentos e, incluso, hay tramos que pueden obligar a apoyar las manos, la dirección a seguir es clara. Además, una rústica cuerda (a la que no está recomendado agarrarse) va marcando el rumbo, que no se cansa de tirar hacia arriba.
Paso a paso, por este intrincado sendero entre piedras, se va ganando altura. La sensación es la de subir una vertiginosa escalera; y, con cada paso, enormes y nuevas vistas que contemplar. Luego, tras un paso lateral a mano derecha, la canal da una tregua y se transforma en un terreno más cómodo, aunque igual de empinado. Una gran piedra triangular, allá en los altos, es la referencia perfecta para usar de guía. Sólo resta subir y subir e dirección a ese enorme jito.
En el camino, espera un regalo natural estupendo: una gran mole de piedra luce un inmenso ojo de buey que deja pasar la luz y el paisaje al otro lado. Lo llaman Boquerón de Cuetu Cantu y su enormidad y porte impresionan. Desde él, la canal de la Faya aun se estira un poco más, acabando en el gran jito de piedra que hacía de referencia y que ahora es puerta a una llana campera, con aromas a aires puros y sensación de cumbre montañera.
Ya con la canal superada, el siguiente paso es cruzar la campera que se abre. Para evitar Peña Sobia (cuya subida es complicada, dura y hasta un poco peligrosa si no se tiene experiencia o no se va acompañado de un guía profesional) aquí lo más oportuno es cruzar la pradería rumbo a la derecha, para así coger el camino al pico la Siella, bien marcado y sencillo de andar, que lleva sin problemas hasta la cumbre.
Para regresar, evitando volver por la empinadísima canal y haciendo así el circuito más completo, se desciende de la Siella con tendencia a buscar la ladera de la derecha. Así, se encuentra un buen sendero que lleva hasta la Laguna de Sobia. Una vez allí, se da vista a Les Envueltes: zigzagueante pista asfaltada que baja sin pérdida ni obstáculos hasta la zona de las Lastras. Luego (a la altura de una cuadra con el techo metálico) hay que desviarse a mano derecha por un ramal bien marcado que, cómodamente, lleva de vuelta hasta Sobrevilla, en la que finaliza esta intensa y preciosa excursión por el concejo de Teverga.
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