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La Xamoca, el Cuyargayos, el Retriñón, Peña Mea y Peñas Negras… todo el cordal de Ponga y Caso, los Picos de Europa e incluso ahí, en el horizonte, levemente difuminadas por la distancia, Las Ubiñas: ciertamente, es un gusto encaramarse en la sierra del Crespón; un placer el poder llevar guardado en la mochila un pedazo de tiempo —el que cada uno requiera— para tomar asiento, respirar profundo y —simplemente—contemplar.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Moderada
Distancia aproximada: 13,3 km
Tiempo aproximado: 5h30 horas
Desnivel aproximado: 755 m
Esta caminata puede definirse como un lujo, asequible y apto para cualquiera: una ruta que transita los entornos y contornos del Parque Natural de Redes ganando pasos por sus laderas, sus bosques y sus senderos estrechos…Y sí, es un lujo su silencio, su paz, sus paisajes, su firme de hierba esponjosa, el ambiente salvaje y fértil; una autentica gloria (sencilla pero grandiosa) que un PR bien marcado conduzca por lugares acogedores hasta una cima tan amplia.
Estamos en el Fueyu (una cumbre a poco más de 1.000 metros alzada en el cordal divisorio entre Sobrescobio y Laviana) y, si tenemos en cuenta el panorama que se divisa sumado a los paisajes transitados para contemplarlo, no queda otra que afirmar que la excursión hasta esta cima es toda una delicia.
La ruta, una circular de unos 12 kilómetros y 700 metros de desnivel positivo, puede calificarse como sencilla. Además, sigue el curso del PR AS121, bien marcada y sin pérdida (abandonándolo sólo para coronar el Fueyu) y vaga por los alrededores de La Ruta del Alba, contemplando majadas, etnografía, naturaleza y quietud en un paseo completo –de los buenos- por el Parque Natural de Redes.
La ruta parte de la localidad de Villamorey, hasta donde se llega desde Rioseco por la carretera que va a Soto de Agües. En Villamorey, hay que localizar la ermita de San Roque porque justo delante de ella hay un cartel informativo del PR AS121 Sierra del Crespón: siguiendo sus marcas se cruza un tramo de pueblo y se toma una buena pista.
El camino comienza a ascender, de forma ligera y cómoda, adentrándose por tramos que avanzan a la sombra de robles y castaños mientras que en los claros contempla, inmerso en un juego de luces, el embalse de Rioseco desde las alturas, presidiendo las vistas.
Tras aproximadamente kilómetro y medio de caminata con este ambiente, un mirador y un desvío a mano derecha invitan a conocer el antiguo Palacio de Villamorey, un torreón vigía cosido al pico Torrexón que data de tiempos romanos pero lleva abandonado desde el siglo XV.
A pocos metros del mirador concluye la pista iniciada en Villamorey, que ahora muta en sendero y gira a la izquierda, dibujando zigzags por zona de bosque y empezando a ascender de forma más brusca en busca de la majada Fresneu, pintada de verdes y con buenas vistas a modo pájaro sobre el enorme embalse y el bello paisaje.
Desde Fresnéu, la senda vuelve a virar hacia la izquierda para ponerse a cruzar una zona de frondosa vegetación, colocando su discurrir muy cerca y en paralelo a la divisoria de la sierra del Crespón, límite del Parque Natural de Redes y el concejo de Laviana.
Siguiendo esa traza y salvando tramos de ladera se alcanza Arganosa, bellísima majada rodeada de árboles y paredes caliza, con muy buenas vistas hacia la Xamoca y el Triguiero: un lugar bellísimo que invita a un descanso del camino
Dejado atrás Arganosa, el sendero avanza levemente y se encuentra con una canalización de agua: va desde la zona de los Arrudos hasta la ciudad de Gijón y a partir de este punto hay que seguirla un trecho, salvando cómodos repechos sin dificultades hasta encontrar la majada Llampeces, que mira al Retriñón encandilada
En este punto, para encontrar el Fueyu, hay que abandonar durante un rato la traza del PR para coger un buen camino marcado que –con bastante pendiente- sube al cordal y corona la collada Enrayá, en la que hay que girar a mano derecha para seguir toda la cumbrera y así alcanzar la cima del pico Fueyu, a 1145 metros, adornada de vértice geodésico y buzón de cumbres
Para regresar, volvemos a la Majada Llampeces retomando el PR para encontrar de nuevo la canal de aguas a Gijón, que hace de guía por la falda de la sierra. En este tramo hay que poner precaución, ya que hay algunas zonas muy expuestas (provistas de cuerdas metálicas en las que agarrarse). Con este rumbo, el sendero alcanza primero la collada la Escrita, abandonando la guía de la tubería para poner rumbo a Collada Cabera.
Desde aquí comienza el descenso: primero hasta la Majada Prieya, en la que hay una fuente dónde se debe girar a la izquierda para coger una pista ancha por la que se sigue bajando hasta encontrar el empalme con la Ruta del Alba. Por ella, se sigue descendiendo durante 1 kilómetro y se llega hasta Soto de Agües. A partir de ahí, ya por carretera, sólo restan dos kilómetros de caminata para volver a Villamorey y cerrar esta bella ruta por Redes.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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