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Los recovecos montunos y las cresterías cimeras del concejo de Sobrescobio son los protagonistas de esta sencilla ruta circular con llegada y salida en Rioseco; una excursión que salva unos 700 metros de desnivel para un total de 12 kilómetros recorriendo los vestigios de una calzada romana sobre las verticales hoces del Nalón, uno de los caminos por los que las invasoras legiones de Roma penetraron en Asturias hace casi 2.000 años.
Además, durante el trayecto también se pisan tramos del llamado Camín d'Acéu, un sendero milenario que durante siglos sirvió para el tránsito comercial con tierras leonesas e incluso como ruta jacobea para los peregrinos que, en la Edad Media, atravesaban Tarna para ir a rendir culto a San Salvador.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: Fácil-moderada
Distancia aproximada: 12 km
Tiempo aproximado: 5-6 horas
Desnivel aproximado: 717 m
Si a estos dos caminos empedrados (que ascienden con buenas vistas y bien señalizados) le sumamos tramos de bosques autóctonos (con robles y castaños en las partes más bajas y profundos hayedos en las alturas) y añadimos también el paso por majadas con aura mágica, colladas con vistas cimeras y una peña, Gamonal, de altura sencilla pero inmensas y preciosas vistas, el resultado que obtenemos es una ruta circular perfecta para una caminata de media jornada; una excursión sencilla que, por senderos tranquilos, recorre y atisba una buena porción del bello paisaje de Sobrescobio y del parque Natural de Redes mientras contempla, privilegiada, el perfil de titanes -como los de Ubiñas o los Picos de Europa-lucirse en la lejanía.
Para comenzar a andar, lo mejor es dejar el vehículo en un amplio aparcamiento ubicado en el barrio del Pedrosu, a la salida de Rioseco, junto a la carretera que discurre hacia Casu. La ruta comienza cruzando la carretera, junto al cartel del PR-AS122 ruta de la calzada romana
Las marcas amarillas y blancas del PR van mostrando el rumbo, que merodea por un camino boscoso cuesta arriba hasta encontrar una portilla metálica. Cruzándola, comienza a pisar ya el camino empedrado romano que va a ser senda principal de esta agradable ruta, que aquí comienza a subir de manera suave, sin prisa ni dificultad ninguna
La senda, enseguida se topa con un mirador a las montañas.Es en este punto en el que la ruta se ensambla con el Camín d´Aceu, un importante ramal del Camín Real que conectaba también con el Camín Real del Sellón, otra importante vía de comunicación, comercio y paso hacia la Meseta. A lo largo del recorrido hay carteles que hablan de este milenario sendero y que muestran también lo que se alcanza a ver desde sus lindes: montes como el Retriñón destacan en el horizonte
Dejando el mirador atrás, un pequeño tramo más conduce a otra zona importante, el Peñón del Caspiu, con placas en homenaje a las víctimas de la represión franquista. Desde ahí, las marcas del PR y la calzada romana continúan trayecto monte arriba, transitando por tranquilos bosques de hayas y llegando sin casi esfuerzo a la altura de Casaplinos, alargada y guapa cabaña a la orilla del camino.
Un poco más allá de la cabaña aparece un desvío: a mano derecha baja, rumbo a Anzó. A mano izquierda sube, ganando metros por la espesura y ampliando las vistas: es por ahí. La panorámica hacia el embalse de Tanes resulta bucólica desde esta perspectiva y el camino no tiene complicación ninguna: sólo avanzar, sin perder nunca la marca, pasando por las praderas de Gamonalín y la majada de la Gamonal, amplio pastizal con guapas vistas.
Para abandonar la majada, hay que poner rumbo a las cabañas que se ven arriba y –antes de llegar a ellas, en una curva- desviarse a mano izquierda por una senda que asciende primero a una collada (La Faya), a la izquierda de la cresta rocosa. Luego, desde ahí, la senda prosigue y –tras pasar un tramo ligeramente aéreo justo antes de la cima- culmina sin problema en la Peña Gamonal, con guapas y singulares vistas hacia los Picos de Europa, las Ubiñas, el embalse de Tanes, La Llambria, el Campigüeños, el Tiatordos, La Senda, Peña Ten…
Para regresar, es sencillo: primero hay que bajar de la Peña volviendo al sendero usado para ascender, hasta llegar a la collada la Faya. Desde ahí, se avanza por las camperas y se llega a la Collada Unqueru, lugar en el que comienza el descenso con muy buenas vistas.
Al principio, se baja por una senda de tierra que va a mejor según se avanza y acaba por meterse en un bosque. Tras un buen trecho por la espesura, la senda se encuentra con una pista de hormigón que –a mano izquierda- va hacia Rioseco.
Recorriéndola, en agradable paseo, cerraremos el círculo de esta ruta y encontraremos el lugar en el que comenzó la caminata, poniendo punto final a este interesante periplo, cargado de buenos paisajes, por el concejo de Sobrescobio.
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Samantha Acosta | Gijón
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