Esta ruta se asoma a magnificas vistas hacia los Picos de Europa y la cuenca del Sella. Fotos: Mara Llamedo
Rutas de montaña en Asturias

Por la ruta de Favila hasta el picu L'Arbolín: un recorrido con historia y muy buenas vistas

He aquí una de esas rutas sencillas, sin complicación, que te lleva a contemplar paisajes alucinantes y conocer la historia de la monarquía asturiana

Jueves, 13 de febrero 2025, 14:27

La ruta propuesta para esta semana no asciende a grandes alturas ni es muy complicada: apenas 600 metros sobre el nivel del mar y un recorrido circular sencillo, de esos para toda la familia, por senderos boscosos y pistas forestales.

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Vistas hacia los Picos de Europa desde la cumbre del Picu Arbolín

En cambio, puede afirmarse rotundamente que todo lo que tiene de sencilla lo tiene también de interesante: combina un pequeño paseo por la historia del rey Favila (hijo del rey Pelayo) con una jornada de senderismo agradable que concluye en un alto (el picu l´Arbolín) de imponentes panorámicas hacia los Picos de Europa, la sierra del Sueve, la costa riosellana, la Cordillera Cantábrica, la Cuenca del Sella…

Datos de la ruta

  • Tipo de ruta: Circular

  • Dificultad: Fácil

  • Distancia aproximada: 18,40 km

  • Tiempo aproximado: 5 horas

  • Desnivel aproximado: 527 m

Además, la ruta comienza y termina en el mismo casco urbano de Cangas de Onís, siguiendo una interesante propuesta denominada «Senderos de la Reconquista» que da a escoger entre 3 trazados de distinto kilometraje y dificultad. Cada uno de ellos, discurre por espacios vinculados a la historia de Cangas de Onís, de la Reconquista y de los inicios de la Monarquía Asturiana. El que sigue esta ruta es el R2, «ruta del Rey Favila», que traza un recorrido de unos 16 kilómetros avanzando por la orilla del Sella hasta el Monasterio de Villanueva (hoy reconvertido a Parador Nacional de Turismo) construido en honor de Favila tras su muerte.

Desde ahí, la ruta comienza a ascender, plantándose primero en Llueves (lugar en el que –según la leyenda- un oso dio muerte al rey Favila) y coronando luego el Picu L´Arbolín para disfrutar de las impresionantes vistas que ofrece su modesta –pero bien ubicada- cumbrera.

Mirando hacia la sierra del Sueve y hacia Parres desde los altos del Arbolín

En definitiva, un circuito senderista sin complicación ninguna que no sólo se recrea en el buen paisaje alrededor sino que también disfruta de la etnografía, la historia de Asturias, los bosques autóctonos, los valles profundos y la naturaleza ribereña que envuelve al Sella.

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Vistas hacia el Mofrechu llegando al Arbolín/ Molino en la orilla del Sella/ Monasterio de San Pedro, en Villanueva

Para seguir la ruta de Favila y engolarse en el picu L´Arbolín se empieza a caminar en pleno centro urbano de Cangas de Onís, muy cerca de la capilla Santa Cruz, ermita construida sobre un primitivo dolmen. Este templo se construyó en el año 737, por orden del Rey Favila, que quería un lugar sacro para resguardar la Cruz de madera que Pelayo enarboló en la Batalla de Covadonga. Siguiendo la acera desde la capilla, se llega rápidamente hasta el Área Deportiva del concejo, en la que encontramos los carteles informativos con los trazados de los «senderos de la Reconquista».

Panel informativo de los Senderos de la Reconquista en la zona deportiva de Cangas de Onís

Siguiendo las indicaciones del trazado llamado «R2», se continúa por circuito urbano un tramo más hasta encontrar un cruce, en el que hay que girar a la izquierda y pasar por un túnel antes de encontrar una senda (alejada ya del ruido urbano) que avanza por la vera del Sella.

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El ambiente cambia drásticamente: el aire es fresco, la vegetación frondosa y la compañía del río Sella –con su caudal imponente y verde- es todo un lujo. La senda, sin complicaciones, avanza de manera llana siguiendo el curso y los saltos del río, adornada por algunas muestras etnográficas y por la banda sonora de las muchas aves que rondan estas aguas.

El ambiente de la senda desde Cangas de Onís a Villanueva es de ribera, tranquilo y sencillo se seguir, bien adornado por cantos de aves y otros detalles muy bellos como este molino

Y así, sin complicaciones, la primera parte de esta ruta recala en Villanueva, un pequeño pueblo a la orilla misma del Sella en el que se encuentra el Monasterio de San Pedro (hoy Parador Nacional de Turismo). Un lugar envuelto en una atmosfera bucólica y antigua en el que da gusto entretenerse y en el que encontramos otro de los rastros relacionados con el rey Favila: se dice que él mismo mandó que a su muerte se construyera este edificio, en su memoria. Los capiteles de su capilla cuentan con representaciones escultóricas de su vida e historia, muy corta pero intensa.

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Monasterio de San Pedro, en Villanueva

Tras la obligada (y agradable) visita al Monasterio, la senda continúa su avance untramo más por la orilla del Sella antes de escorarse a mano derecha y empezar a subir por una pista. En este punto, es importante fijarse muy bien en las marcas, pues hay diversos cruces que pueden conducir a confusión durante el camino. Se trata de alcanzar la zona del cementerio de Villanueva para desde él, por pista hormigonada, buscar la parte alta del pueblo y seguir las señales que conducen a cruzar una pequeña riega. Luego, hay que girar a mano izquierda y poner rumbo hacia Llueves superando un tramo de constante subida.

Encaramado a media ladera y con estupendas vistas hacia el valle y hacia los Picos de Europa, tras una subida encontramos el pueblo de Llueves, un lugar por el que merece la pena dar un paseo para disfrutar de las muchas muestras de arquitectura rural que lo pueblan: horreos, fuentes y bebederos, ermita, tenadas… También se dice que oculto, en un rincón tras alguna casa, existe un grabado de piedra que conmemora la muerte del rey Favila, que según la leyenda fue abatido aquí mismo, en este lugar, por un oso enorme y fiero.

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Tras la oportuna visita al lugar, cruzando el pueblo se encuentran señales de indicación para continuar hasta el picu L´Arbolín: con fabulosas vistas hacia Cangas de Onís y los Picos de Europa la senda avanza ahora por una cómoda pista a media ladera que –tras dar alguna revuelta- se topa con un cruce

Los Picos de Europa, muy cercanos e imponentes, están presentes durante todo el paseo

Siguiendo las señales, se gira ahora a mano derecha por un camino que sube directo hacia la falda del pico, en la que hay una caseta y antenas. En este punto, hay que tomar otro camino más (ya el último) que en constante pendiente nos eleva, sin complicación ninguna, hasta la cima del Arbolín, un pico de grandes vistas desde el que no sólo relucen los Picos de Europa sino también la sierra del Sueve o míticos montes como el Carriá, Peña Ten, Pierzu, Tiatordos, La Llambria, Mofrechu…

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Mirando hacia la zona de Ponga desde los altos del Arbolin, con gigantes como el Carriá, Ten, el Tiatordos... reinando sobre el mar de nubes

Una vez llevado a cabo el oportuno parón en cumbre para disfrutar de las vistas, toca regresar: está la opción de repetir los pasos de la subida, volviendo hasta Llueves y Villanueva para regresar a Cangas de Onís por la orilla del Sella. O bien, si se quiere hacer la ruta circular, se puede continuar, bajando por la misma cresta hasta otra pequeña cumbre y luego a una pista, que baja a mano derecha.

Tras descender del Arbolín por la cresta hay que girar a mano derecha para tomar una pista forestal

A partir de aquí, los cruces son numerosos y hay que prestar mucha atención a las señales: la senda se dirige primero a Celango y luego –pasando por el entorno de la Cueva del Buxu- sale a la carretera de Cardes y al cruce del camino a Covadonga. Por ese camino, a mano derecha, se regresa a Cangas, pasando por la zona de la estación de autobuses antes de regresar a la zona deportiva y a la capilla Santa Cruz para poner punto final a esta entretenida ruta de grandes vistas por el concejo de Cangas de Onís.

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