Secciones
Servicios
Destacamos
Hay rutas que sirven para bucear los territorios y esta es una de ellas. Una opción estupenda para zambullirse de lleno en el siempre mágico Parque Natural de Redes y contemplar una buena representación de todo lo que lo hace especial y único. Un recorrido circular que puede mirarse como un soberano espectáculo, tal y como se contempla una ópera o cualquier obra de arte fascinante. Una ruta que avanza entre robles, hayas, piedras viejas, arroyos y montañas, bañada por una luz cromada que multiplica por tres todas las lindezas del camino, aderezada también de ese silencio sacro y profundo que dan los trayectos solitarios.
Tipo de ruta: Circular
Dificultad: moderada
Distancia aproximada: 11 km (sin ascensión al pico)-16,29 km (con ascensión)
Tiempo aproximado: 5-6 horas (menos si se esquiva la dura subida a la cima Cabeza del Arco)
Desnivel aproximado: 948 metros (sólo la ascensión a la cumbre ya son 250 metros de desnivel en unos 600 metros de distancia)
Además, es una ruta adaptable: apta para los senderistas menos entrenados porque sigue el curso del PR AS 124 –ruta Cabeza del Arco- sin ninguna dificultad técnica y sin posibilidad de pérdida, avanzando durante 11 km por las profundidades de Redes; y apta también para los caminantes más preparados, que tienen la opción de elevarse sobre los bosques hasta una cumbre de roca desnuda, a 1565 metros. Eso sí, el pico Cabeza del Arco no lo pone fácil: requiere desviarse del PR por laderas helechosas jitadas y salvar 250 metros de desnivel en un recorrido de apenas 600 metros con una fuerte (y muy dura) pendiente.
De cualquier manera, con ascensión al Cabeza del Arco o sin ella, este sendero proporciona muchas alegrías en forma de buenas sensaciones, buenos paisajes y un entorno acogedor que huele a naturaleza pura, que envuelve como mantra, que es un placer de andar y que no deja de pisar sitios míticos de la zona pero prefiere-casi todo el tiempo-las soledades de camperas, senderos y bosques más ermitaños.
El primer paso para realizar la ruta Cabeza del Arco es acercarse hasta Caleao, una guapa población casina a la orilla del río de los Arrudos. Una vez en ella, el siguiente paso será buscar una pequeña plaza en la que hacen guardia dos paneles informativos: uno ofrece un paseo por Caleao, entre sus aguas, y el otro anuncia la Ruta Cabeza del Arco (PR AS-124) invitando a seguir unas marcas que –tras un giro- encuentran un puente. Tras cruzarlo, una cómoda pista se lanza hacia los adentros del valle de Xulio, marcado por las revueltas de un delgado río que nace a los pies del Retriñón y viaja, entre bosques, a la búsqueda del de los Arrudos.
Durante estos primeros kilómetros, el camino va fluyendo, mimetizándose con el bosque, escogiendo veredas entre castaños y hayas. Parece que el discurrir de la ruta invita a ir sin prisa, a detenerse de vez en cuando para admirar el espectáculo, para inhalar los aromas, y capturar los colores y sonidos profundos.
Y así, despacio y por camino cómodo, siempre con la presencia del agua rodeando el conjunto arbolado, el sendero cruza a la margen derecha del arroyo y asciende entre viejas hayas, concluyendo en una zona alta en la que hay unas cabañas adosadas a una gran roca.
Lo que antes era pista, ancha y bien marcada, se convierte aquí en un sendero mucho más fino pero bien señalizado que, entre vegetación abundante, vuelve a encontrarse con el arroyo de Xulio, cruzándolo varias veces.
Se abre ahora un tramo de bastante pendiente que discurre por un barranco vigilado y bien adornado por hayas, a la orilla de un arroyo que aquí ya es mucho más caudaloso. El contraste de los árboles, la luz y el espejo que parecen las piedras es como un juego de luz, vibrante, que hace inmensamente más agradable la pronunciada subida, que concluye en la majada Xulio, ya a más de 1000 metros de altura.
Desde la majada, el sendero se dirige ahora hacia el sur, con la vista puesta en la Peña de la Muesca que emerge al fondo. Por una traza perfectamente marcada, la ruta se lanza de nuevo a subir, cabrioleando entre vegetación copiosa, hayas y acebos para engolarse en la Collada del Arco, a 1345 metros y con privilegiadas vistas hacia el Retriñón.
Este es el punto más alto de la ruta que sigue el PR sin salirse, la alternativa recomendada para gente con menos experiencia montuna. E, igualmente, es el punto en el que aquellos que estén más preparados pueden desviarse del camino para coronar el pico que da nombre a esta collada, que ya se ve claro, pétreo, vertical y orgulloso, muy cercano.
Para los que si se atrevan a desafiar las verticales laderas del Cabeza del Arco, desde la collada hay que coger un sendero que lleva a la base misma del pico, debajo de su cara oeste. Una vez a sus pies, siguiendo la vereda que van marcando los jitos de piedra, se van salvando metros con paciencia y esfuerzo hasta culminar en la cima, en la que una figura de cabra marca el punto más elevado, a casi 1600 metros.
Con el Retriñón en primer plano, las vistas se abren hacia los cuatro costados ofreciendo una estampa maravillosa que compensa la dura ascensión. El Trigueiro, la Xamoca,el Tiatordos, Los Picos de Europa,el Torres, la Peña del Viento, el Vizcares, la sierra del Sueve… son una pequeña parte de todo lo que alcanza a admirar la vista desde los altos del Cabeza del Arco. Abajo, cual hormiguero colorido colgado de verdes laderas, se ve como en hemiciclo Caleao, el lugar en el que empezó el camino y dónde hay que regresar para terminarlo.
Para regresar, toca reandar el sendero por la empinada ladera y regresar a la collada Cabeza del Arco. Desde esta, se vuelve a coger el PR, que ahora marcha dirección sur, un poco perdido entre vegetación baja, y que en muy poco tramo conduce hasta la majada del Arco. En esta zona hay que ir al encuentro del arroyo de la Pandiellina, que brota muy cerca de la Peña la Muesca y desciende por una estrecha foz en busca de los Arrudos, río padre de esta zona.
El curso del río hará de guía para este tramo de bajada, que avanza culebreando por la margen derecha de las aguas, siguiendo un marcado camino que acaba por encontrarse con un cruce de la Ruta de los Arrudos, famosa senda de esta zona que hay que recorrer durante un trecho a partir de ahora y que resulta un último tramo de ruta espectacular que se alarga 3 kilómetros, entre agua y rocas, para alcanzar de nuevo Caleao y finalizar esta profunda y bella inmersión por un pequeño trozo del Parque Natural de Redes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.