Tiatordos, Maciédome y Campigüeños. Son las tres montañas más altas del Parque Natural de Redes. Los tres mejores balcones desde los que asomarse a contemplar, con vista de pájaro privilegiada, todas las virtudes, bellezas y contrastes de este territorio protegido, tan verde y fértil, repleto ... de matices salvajes, encantadores y naturales, que abarca más de 300 kilómetros.
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Tipo de ruta: ida y vuelta
Dificultad: Moderada-Difícil
Distancia: 19,71 km
Tiempo aproximado: 8 horas
Desnivel: 1.197 metros
Esta excursión asciende hasta el tercero en altura de estos colosos de Redes: el Campigüeños, un monte de 1800 metros de altura que, según se mire desde la lejanía, puede parecer inaccesible –por afilado y arisco- y que, sin embargo, oculta caminos que no entrañan dificultades para conquistarlo; caminos que –tras ser recorridos- es imposible no amar ni guardar para siempre en la memoria, en el hueco destinado a las cosas placenteras.
Desde los altos del Campigüeños hay mucho que mirar, muchas montañas que presumen –con razones- de perfil y belleza: el Pierzu, los Picos de Europa, el Tiatordos, Pileñes, Ten, Maciedome, Carrasca, La Senda, Requexón de Valdunes, Los Tornos, el Maoñu, el Vizcares…
Pero, no obstante, lo bonito de esta ruta no reside sólo en la cumbre que se busca, icónica, importante y alta: el trayecto hasta ella es embriagador, entre bosque, por majadas y caminos viejos, cruzando una empinada foz llena de magia… un paseo de jornada completa (intenso y con un desnivel importante, eso sí) que a cada paso justifica y merece el esfuerzo empleado para recorrerlo, agasajando con vistas, un hábitat natural único y rincones calizos preciosos desde los primeros pasos.
Esta ruta sube al Campigüeños y lo hace por un cañón sumamente especial: la foz de Melordaña; un camino empinado y calizo, entre arrogantes paredes verticales, que en muchas ocasiones se funde con el cauce del río. Pero, para llegar ahí, primero hay que partir de Orlé, pequeño pueblo de casas escalonadas muy cercano a Campu Casu.
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Desde la parte baja del pueblo de Orlé, siguiendo las marcas del PR-AS 64, se comienza a andar junto al Río Orlé para, poco a poco, adentrarse en el Valle de Los Tornos y empezar a subir, entre una espesa manta boscosa que emite arrullos encantadores.
Tras algo más de tres kilómetros de andadura, bajo la mirada de blancas hayas y por una pista que –a ratos- se viste de piedras añejas, se remonta la conocida como cuesta del Acebal, que acaba en una majada, en medio del bosque, ataviada con algunas cabañas. Muy seguida a ésta, se encuentra otra majada más, la de Conforcos, con cabañas y un refugio de cazadores.
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Pocos metros más allá de Conforcos, se abandona el PR a la altura de un puente para girar a mano izquierda, desembocando en un collado que es la puerta de entrada de uno de los tramos más apasionantes e inolvidables de esta ruta: la foz de Melordoña, por la que el camino se interna, entre piedras verticales, a través del profundo cañón, agarrándose a la roca para avanzar hacia arriba por una pendiente fuerte e irregular que, no obstante, acaba enseguida.
Es importante remarcar que en época de lluvias o con el cauce del río crecido hay que evitar este tramo por seguridad: prácticamente el avance se funde con el cauce del río, avanzando por el estrecho pasillo conformado por piedras gigantes, empotradas y removidas por aguas que hace ya mucho que se perdieron en el mar. Con riesgo, mejor seguir por la collada Melordaña. Eso sí, sin riesgos, sin crecidas de agua presentes o a la vista, este tramo es imprescindible, impresionante y cautivador. Uno de esos senderos que ya nunca se olvidan.
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Nada más salir de la Foz aparece la majada Melordaña, un extenso pastizal rodeado de un circo de montañas que pone la guinda perfecta a la belleza de la subida. Hay que cruzar la majada, para alcanzar la vaguada que da paso a otra foz, la de Valloseru (también preciosa), la cual se gana dibujando un zigzag, por sendero bien marcado y vigilado por hayas. Al final de la foz, se pisa la majada Valloseru, punto desde el que ya se ve, claramente, el Collado Campigüeños.
Desde aquí, a cumbre buscada ya está muy cerca. Ahora toca cruzar la alargada majada para, al final de la misma, coger un camino que enfila hacia lo alto de la loma y, después, gira a la izquierda pasando a los pies de la Carrasca para salir a un Collado.
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Siguiendo a la izquierda, por un sendero bien marcado, enseguida se alcanza otro collado más, muy pequeño, desde el que ya se observan de forma clara los últimos repechos para alcanzar la cima del Campigüeños. Todo lo que resta es seguir las marcas de pintura amarilla que van marcando el sen más cómodo y, sin perderlas, alcanzar por fin la cúspide de la tercera montaña más alta de Redes.
El regreso lo hacemos por el mismo itinerario hasta llegar a la Majada de Melordaña. Desde ahí, para completar la circular, hay que coger una pista que sale a la derecha y lleva primero a la collada de Melordaña y luego a Conforcos. Este sería el camino alternativo a coger en la subida si se quiere (o se debe) evitar las foces.
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Ya desde Conforcos, todo lo que queda es enlazar con la pista del PR-AS64 que, cómodamente y entre cánticos de bosque y río, va a parar al pueblo de Orlé para poner fin así a una ruta, inolvidable y única, por el Parque Natural de Redes.
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