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El destino de esta ruta de senderismo no es una cumbre sino una vieja majada de pastores. Aunque su altitud (a 1550 metros) y su ubicación (en el corazón palpitante mismo de los Puertos de Agüeria) tiene muchos aires cimeros y observa –desde muy ... cerca- moles calizas de verticalidades y formas caprichosas portentosas.
Tipo de ruta: Ida y vuelta
Dificultad: Moderada (salva un fuerte desnivel de algo más de 800m)
Distancia aproximada: 13,73 km
Tiempo aproximado: 4-5 horas
Desnivel aproximado: 616 metros
El destino de esta ruta es la Cardosina, una braña conformada por dos parejas de cabañas y una cuadra construidas en un lugar estratégico, apestado de magia, aroma a montaña y vistas espectaculares. Y es que La Cardosina no está en cualquier parte: situada en la vertiente de los Puertos de Agüeria que cae hacia el sur, este fértil rincón está rodeado por un circo glaciar impresionante, en pleno parque Natural de Las Ubiñas- La Mesa.
Y, a pesar de no ser cima, resulta un cómodo y mullido aposento llegar hasta la Cardosina para admirar un trozo del ondulante y kárstico esqueleto de Ubiña, con Peña Rueda en primer plano y otros señores de las alturas ( como el Fariñentu y el Fontán) destacando en las distancias cortas mientras que, hacia abajo, se extiende un húmedo y verde valle.
Además, el camino para llegar a la Cardosina resulta sumamente agradable: bosques con hayas, acebos y robles; fuentes, cabañas, tejos y esencia de braña por doquier; estrechas foces bajo las paredes de Peña Rueda y peña Arpín, el rumor de un río bajando por el valle, laderas ondulantes, verdes vegas y valles… este paseo por los Puertos de Agüeria es para disfrutarlo. Para dejarse arrullar por el ambiente de este rincón natural protegido y para emocionarse ante la cercanía de esas enormes montañas, blancas y sacras, que son las de Ubiña. Una maravilla.
Una ruta no muy larga que, más allá del desnivel que supera, puede calificarse de cómoda y sencilla. Muy recomendable para cualquier senderista pero, sobre todo, para todos aquellos que, amando caminar y las montañas, no conocen todavía el embrujo y los contrastes de ese lugar -inmenso, vibrante, especial y bello- que son los puertos de Agüeria.
Para llegar a la Cardosina se parte de Lindes, una pequeña parroquia del concejo de Quirós que se sitúa a 900 metros de altitud y está plantada a los pies de Peña Rueda, inmensa mole caliza famosa por su belleza, sus alturas y su gran porte de señora montaña.
El punto de partida es junto a la iglesia de Santo Tomás de Lindes. Justo enfrente de una gran casona asturiana. Un panel informativo hace las veces de presentador, contando que la ruta que se va a seguir traza un semicírculo hasta Ricabo. Como para eso haría falta un coche de apoyo, en esta ocasión la ruta sólo va a ir en busca de la braña La Cardosina, ubicada en el alma misma de los Puertos de Agüeria.
Enseguida, tras pocos pasos, se va a dar con un camino en el que el tránsito de vehículos está prohibido: es por ahí. No resulta un inicio muy sencillo, puesto que la vía carretera que se sigue asciende de modo continuo y bastante brusco, dejando atrás cuadras, fuentes, praderías y manchas boscosas.
Tras un breve tramo de caminata aparece un cruce: invita a ir hacia Peña Rueda y a Manin (a mano derecha) o a la izquierda para meterse en los puertos de Agüeria. Siguiendo el tramo de la izquierda, un camino empinado y embarrado va salvando metros hasta recalar en la collada Candona.
Tras llegar a la collada, rodeada por bello hayedo y mirando a Peña Arpín, después de unos 3 kilómetros de subida constante, toca un tramo de breve y acusado descenso: el sendero se lanza ahora en busca de las orillas del río Lindes.
Con el rumor del río ya muy presente, la visión de los paredones retorcidos del Fontán y del Prau dominan el paisaje. El lugar parece cambiar de traje lentamente, vistiéndose de piedra y dejando muy claro que este lugar es hogar de montes de más de dos mil metros y que eso no es cualquiera cosa.
Al encontrar el cauce, toca cambiar de orilla, cruzando a la margen derecha para penetrar en un camino encañonado entre Peña Rueda y Peña Arpín: la Foz Grande. Este ajustado pasadizo es otra de las maravillas de esta ruta. Un tramo para hacer con calma deleitándose en los contrastes afilados de la caliza y los verdes, así como con la inmensidad rocosa y las anchuras que componen Peña Rueda, colosal desde esta perspectiva.
Tras traspasar la foz, se vuelve a cruzar la corriente del río, pasando a la orilla. Luego, se coge un sendero que discurre por pedregosas laderas, bajo las faldas de Peña Rueda. De nuevo, la subida se vuelve pronunciada durante un buen trecho y culmina en una amplia campera (la vega de la Foz) desde la que se atisba una pequeña majada. Toca subir un trecho más, dejando ya a un lado la corriente del agua para, en suave ascenso, llegar a la braña Los Cuadros, a 1480 metros, que yace separada de la base de Peña Rueda por un bosque de acebos y mira privilegiada a cumbres como Colines, la Cigacha, el Panchón y el Ranchón.
El sendero escora desde aquí rumbo oeste, cruzando ahora entre bosque, camperas y conjuntos de cabañas hasta dar con el amplio claro en el que se planta la braña La Cardosina, que espera tranquila protegida por un ejército de majestuosas cumbres y una paleta de colores inmensa, difícil de describir con palabras. Sin duda, un lugar sumamente especial.
Cuando se haya reposado y la vista esté colmada, todo lo que hay que hacer es darse la vuelta y reanudar el recorrido ya andado, volviendo por él hasta Lindes para concluir esta pequeña gran ruta por Quirós, Agüeria y Ubiñas: una excursión de las que nunca se olvidan
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