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En el bosque de Beyu Pen hay paz y silencio y se recorre sin problemas, por una vieja calzada de piedra y junto al rumor constante del agua clara M.LL
Una ruta por el Beyu Pen y el «caminín» de la Reina
Rutas de senderismo por Asturias

Una ruta por el Beyu Pen y el «caminín» de la Reina

Esta es una ruta sencilla, de las que dejan buenísimas sensaciones. Un paseo sin complicaciones y cien por cien restaurativo por un bello recodo boscoso de Amieva conocido como Beyu Pen

Viernes, 7 de febrero 2025, 11:35

En el lejano Japón, a unos 11.000 kilómetros de distancia de Asturias, existe una práctica denominada Shinrin-Yoku. Sus beneficios están ampliamente comprobados: mejora el estado de ánimo, la calidad del sueño, disminuye el estrés, aumenta la capacidad de concentración… Son tantas las ventajas para la salud de esta herramienta, que en la medicina preventiva nipona se ha convertido en algo esencial y ampliamente prescrito. Pero lo mejor es que se trata de una práctica asequible, al alcance de cualquiera y -además- completamente gratuita, ya que literalmente consiste en «darse un baño de bosque»; o, lo que es igual, caminar por el bosque.

M.LL

Pues bien, que quede claro: esta ruta rezuma Shinrin-Yoku por sus cuatro costados, ya que este sencillo periplo se adentra –sin complicaciones, desnivel ni dificultad ninguna- por un profundo y bellísimo bosque ubicado en el concejo de Amieva: el Beyu Pen, idílico y salvaje recodo lleno de robles y otros árboles autóctonos que ha ido medrando a lo largo de una estrecha garganta de piedra en la que los saltos de agua son abundantes y constantes.

La verdad (medicina japonesa aparte) entrar en el Beyu Pen es como abrir un paréntesis. Como apretar el botón de pausa para sumergirse en un remanso de tranquilidad protegido de mundanales ruidos. Ahí adentro, domina el ruido del agua, la humedad brillante, la abundante floresta, los múltiples trinos… y todo lo que hay que hacer es caminar sin prisa, dejándose llevar por el sendero empedrado –muy viejo- que recorre el trayecto entero.

M.LL

Luego, cuando concluye la garganta y el bosque empieza a dispersarse, la ruta recala en Pen, guapo pueblo lleno de casas tradicionales, hórreos y buenas vistas a la redonda. Desde aquí, en lugar de voltearse, este periplo avanza un trecho más poniendo rumbo a Argolibiu, buscando una traza del Camín de la Reina que progresa a la vera del Sella con agradables vistas hacia las montañas.

En total, unos 10 kilómetros de marcha, con menos de 400 metros de desnivel acumulado, para un recorrido circular que además de recrearse con el bosque también disfruta de la etnografía y del ruido constante del agua clara.

Si a todo esto le añadimos unas panorámicas perfectas hacia los Picos de Europa (muy presentes y enormes en el horizonte cercano) o la imponente presencia del Picu Pierzu (muy cerca, en territorios de Ponga) puede asegurarse (sin miedo a que haya quién lo contradiga) que esta ruta por Amieva podría ser perfectamente prescrita como «medicinal» por cualquier médico nipón de esos que (sabiamente) recetan Shinrin-Yoku.

Imagen principal - Una ruta por el Beyu Pen y el «caminín» de la Reina
Imagen secundaria 1 - Una ruta por el Beyu Pen y el «caminín» de la Reina
Imagen secundaria 2 - Una ruta por el Beyu Pen y el «caminín» de la Reina

Datos de la ruta

  • Tipo de ruta: Circular

  • Dificultad: Fáci

  • Distancia: 10 km

  • Tiempo aproximado: 3 horas

  • Desnivel aproximado: 362 m

La ruta para disfrutar del Beyu Pen es tan sencilla, que contarla no lleva demasiadas palabras: lo primero, hay que acercase a Santillán (pueblo de Amieva al que se llega por la N-625 desde Cangas de Onís). Una vez allí, desde el aparcamiento central del pueblo, se comienza a andar cruzando una pasarela sobre el río y siguiendo las indicaciones claras que señalan hacia el Beyu Pen.

Carteles indicativos para encontrar el Beyu Pen

Sin pérdida ninguna, casi nada más comenzar a andar encontraremos una bifurcación con cartel indicativo de la ruta: por la derecha subimos hacia el desfiladero. Por el ramal de la izquierda será por dónde regresemos.

Yendo, pues, a mano derecha, se comienza a subir de forma ligera por una senda sencilla de seguir y todo lo que hay que hacer (aparte de poner un pie delante y luego el otro) es disfrutar del ambiente mágico que regala el bosque a cada nuevo paso, lleno de rincones con saltos de agua, arboles con formas retorcidas y detalles salvajes que hacen al lugar grandioso.

Senda de piedra por el Beyu Pen

Además, hace más de diez años el Ayuntamiento de Amieva rehabilitó esta senda y la dotó de carácter gracias a la ayuda de un artista local que utilizó los distintos elementos naturales del espacio del bosque (maderas podridas, conjuntos de piedras, pequeñas cuevas…) para recrear a los distintos personajes de la mitología asturiana. Hoy, sin que se hayan conservado esas pinturas, el paso del tiempo ha ido borrando esos detalles mitológicos que adornaban el sendero; sin embargo, aunque no se vean bien, en el Beyu Pen no es complicado sentir que una xana, un diminuto trasgu o un descomunal busgosu están observando tus pasos.

Tras deambular por la senda empedrada y pasar por numerosos saltos de agua, zonas estrechas de camino o tramos de bosque cerrado, se llega a la altura de un puente de madera: hay que cruzarlo. A partir de ahí, la senda se empina un poco más, alejándose del río moderadamente para poner por delante un tramo de moderada pendiente que recala, con maravillosas vistas, en Pen.

Pen es un pueblo maravillosamente cuidado de Amieva. En él, aparte de buenísimas vistas al Pierzu, encontramos numerosas casas tradicionales y ese ambiente acogedor de aldea, que tanto arropa. Además, explorándolo un poco descubriremos auténticas alhajas: como la casa Peri (casona con buen porte del siglo XVII) o la casa Fondón, que luce un corredor tallado y tiene una panera con 15 pegollos que se considera una de las más grandes de Asturias.

El paseo por el lugar es altamente agradable: se trata de cruzar el pueblo y salir a la carretera local (AM-1) para seguirla hasta alcanzar Villaverde, otro pueblo que también se cruza para-desde él- tomar dirección Argolibiu, también por carretera.

Sin embargo, no hay que llegar a Argolibiu: cuando la carretera comienza a subir, en una curva, hay que salirse a mano izquierda para cruzar una portilla que nos sitúa en una nueva senda: el Camín de la Reina. Un pasaje que nos otorga un nuevo paisaje, diferente del bosque pero igual de encantador, con fuerte ruido de corriente acuática muy viva y vistas a los montes circundantes.

Es un tramo corto de este PR, por eso en esta zona lo conocen como el «caminín» de la reina. En realidad, no deja de ser un atajo agradable libre de zona de carreteras; un viejo sendero cargado de historia que regresa hacia Santillán por la vera del Sella. Todo lo que hay que hacer tras cruzar la portilla es seguir las indicaciones, cruzando primero un puente y luego avanzando en la dirección del río, dejándose llevar un rato más por ese ambiente natural tan puro antes de regresar, sin dificultades, de nuevo a Santillán.

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