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La ruta de hoy comienza ya en un lugar de considerable altura y belleza: el puerto de San Lorenzo, un precioso paso de montaña que comunica los concejos de Teverga y Somiedo. En el alto de este puerto, a 1352 m de altitud, empieza nuestra caminata, bien señalada por carteles que indican que estamos en el Camín Real de la Mesa (antiguo trazado romano que unía Asturias y León) y en el valioso y rico Parque Natural de Somiedo, un tesoro natural que hoy presumirá de hermosura.
Distancia: 15 kilómetros
Altitud máxima: 1765 metros
Desnivel: 413 metros
Tipo de recorrido: circular
Dificultad: Fácil
Siguiendo las indicaciones del Camín Real y comenzando con un paseo cómodo, sin dificultades, llegaremos pronto hasta el lugar conocido como Piedraxueves, un espacioso puerto de montaña desde el que ya distinguimos nuestro destino de altura de hoy: el Michu, mirando de frente a Peña Manteca, que queda a nuestras espaldas.
El ganado, las extensas praderías, las cabañas y las fuentes- abrevaderos nos ayudarán a distinguir Piedraxueves de manera sencilla, un lugar que fue punto estratégico en época romana, por el que aún sobreviven trazados de la calzada que lo atravesaba y que lleva el nombre del dios Júpiter, padre de todos los dioses y los hombres según la mitología romana y, sin duda, señal de la importancia que este lugar tenía en épocas pasadas, hasta que el protagonismo portuario se movió a Pajares.
Con el Michu a la vista, seguimos caminata hasta alcanzar la divisoria entre Teverga y Somiedo, donde es fácil distinguir los caminos posibles para alcanzar nuestra cima de hoy: nosotros vamos a hacerlo arrimándonos a la derecha, casi siguiendo los postes de esta divisoria, hasta alcanzar un camino que asciende, ganando altura, dejando el pico a nuestra izquierda y regalándonos, rápido, un cresteo desde el que contemplamos a vista de pájaro toda la riqueza y guapura que caracteriza Somiedo, plagado de bosques extensos y verdes variados. A lo lejos, el Cornón destaca, señalando en la distancia su primer puesto en altura sobre todas las montañas circundantes (2194m) y casi iluminado por la cuarcita blanca que lo constituye, tapizada por una ingente cantidad de especies de líquenes que hacen que sus colores sean hipnóticamente cambiantes. También destaca en nuestra visión, lejana, Peña Ubiña, la más alta del macizo de las Ubiñas y una de las más altas de la Cordillera Cantábrica.
Con estas preciosas vistas acompañando, alcanzamos un camino que asciende a la Collada Fuexa, lugar donde se asienta la braña de la Estaca, desde donde ya nos aupamos de forma definitiva a la crestería de este cordal, con espectaculares vistas a ambos lados y desde dónde no resulta difícil avistar rebecos, habitantes de estos montes y audaces y veloces escaladores de montaña.
Para llegar a nuestra cumbre de hoy, la del Michu, solo resta andar un poco más: sin apenas esfuerzo ni cansancio, conquistamos la cima (de 1765 m), desde donde se contempla una vista maravillosa del Tibleus, con sus hayedos, sus canales y sus rocas bien protegidos y cuidados.
Todas las cumbres de Somiedo, el puerto la Mesa y las Ubiñas, el cordal de Sobia y el Aramo… y el camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí, con el valle del río Bayo, por el que descenderemos, se abren ante nosotros desde esta cumbre de altura tan accesible y única.
Ahora toca regresar. Y vamos a hacerlo descendiendo suavemente hasta el Xuegu la bola, precioso paso de montaña que nos acerca de nuevo al trazado del Camín Real de la Mesa, Y que nos lleva de forma sencilla y rápida hasta la Braña Los Corros, a los pies del Peña Negra y con preciosos ejemplares de cabañas de teito salpicando el lugar: una pequeña y antigua aldea de temporada en la que podemos disfrutar de ejemplares bien conservados de estas singulares cabañas- refugio, muy utilizadas por los pastores y bien distinguibles por sus caracteristicos techos vegetales.
Este es un buen lugar para descansar, y también para admirar la enorme riqueza etnográfica que acumula la tierra asturiana. Finalizado el descanso, seguimos rumbo volviendo –de nuevo- sobre nuestros pasos hasta el Xuegu la bola y recorriendo mullidos y verdes pastos en dirección a Piedraxueves, pero sin llegar allí: a medio camino vamos a descender hacia el río Bayo, llegando hasta su nacimiento y buscando un camino que sale a la derecha del cauce (si seguimos por el camino de la izquierda, otra opción, el sendero desaparecerá, adentrándose en el cauce del río y obligándonos a meter los pies en agua) y que se encuentra unos metros elevado, en la loma de la vertiente derecha del río.
Siguiendo el camino de la derecha del río, llegamos pronto a una zona de matorral con marcas indicadoras y un pequeño sendero que nos adentra en un pequeño bosque de hayas y abedules que vamos a cruzar hasta hallar un camino fuera de él que asciende, ligeramente, de frente, por una zona húmeda, paralela al río, por la ladera que baja desde el pico Cuervo y desde la que contemplamos una braña más: la de Chamaraxil, escoltada por los cuernos de los picos que le dan sombra y adornada, de nuevo, por las singulares cabañas de teito y corros perfectamente conservados.
Desde este lugar, partimos ya hacia la collada (bien distinguible por un corral para el ganado y un poste indicador de la ruta de las Brañas vaqueiras). Sólo nos queda seguir la ladera, hacia el puerto de san Lorenzo (que se ve perfectamente) y hasta volver a alcanzar la pista del Camín Real de la Mesa que cogimos en el inicio de ruta y que, de nuevo, nos lleva a nuestro punto de partida y al punto final de esta ruta
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