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Esta ruta tiene dos propósitos: conocer el precioso pueblo casino de Caleao, una acogedora aldea de casas de piedra y callejuelas estrechas que se cuelga de las laderas a más de 700 metros de altitud, en plano Parque Natural de Redes; la otra, caminar hasta los altos de este sitio, concretamente hasta una enorme peña caliza que se levanta a la espalda de Caleao. La llaman Peña Riegos, se alza a más de 1.300 metros de altura y desde ella se abarcan vistas hermosísimas.
La excursión, sencilla y sin pérdida, conlleva una caminata de aproximadamente media jornada (ida y vuelta) y discurre casi entera por caminos ganaderos hasta alcanzar la collada Isorno, punto en el que abandona la pista. Esta guapa collada está situada entre el pico la Frayada y la peña Riegos y es zona de paso habitual de caminantes ya que comunica la ruta del Alba con Caleao.
Tipo de ruta: Lineal (ida y vuelta mismo trayecto)
Dificultad: Fácil
Distancia: 9,66 km
Tiempo: 4 horas
Desnivel: 735 m
A partir de ahí, la ruta avanza por ladera, ganado metros cuesta arriba y asomada cada vez a más terreno verde intenso, de bosques, montaña, agua y praderías fértiles, hasta encontrar una preciosa cima sobre la que es un placer sentarse a otear los paisajes.
Por lo demás, salvando los largos repechos cuesta arriba que toca ganar para llegar a la collada de Isorno (eso sí: cómodos, por buen camino y con buenas sombras y vistas) es una excursión sencilla, bonita, solitaria y accesible que puede recorrerse entera en menos de 5 horas y deja ese buen sabor de boca que siempre deja el andar por el Parque Natural de Redes.
En la margen izquierda del río de los Arrudos (justo en el lugar del que parte la famosa ruta de los Arrudos) se encuentra Caleao, un pueblo con encanto y carácter acogedor en el que predominan las casas cuidadas y las calles estrechas.
A fin de pasear el pueblo e incluirlo como primera parte de la ruta, se recomienda dejar el coche en el aparcamiento habilitado para comenzar la ruta de los Arrudos e internarse en Caleao andando: es un pueblo escalonado y hay que subir a su punto más alto siguiendo las señales que llevan hasta Tierra del Agua, hotel ecológico justo al lado del cual se encuentra una primera señal que marca rumbo a la Peña Riegos.
Es hacia arriba: andando todavía un tramo más de pueblo por pequeñas calles que zigzaguean hasta encontrar una pista ganadera, que hay que tomar: se extiende durante aproximadamente 3 kilómetros cuesta arriba, alternando tramos de hormigón con tramos de tierra. La collada de Isorno, primer destino de la caminata, destaca en las alturas desde los primeros pasos, bien resguardada al norte por las paredes calizas de peña Riegos.
Este primer tramo, aunque muy sencillo de seguir, salva el desnivel más fuerte de la jornada y va avanzando lentamente, cuesta arriba todo el tiempo, a la sombra de hayas, robles, castaños y avellanos. Atrás van quedando cabañas de piedra, pequeñas fuentes y arroyos finos mientras que alrededor –cada vez más amplio- se abre un paisaje verde intenso en el que reina el bosque, el silencio y la tranquilidad absoluta.
Tras la intensa subida inicial, la pista concluye en la misma collada de Isorno, bien distinguible por el gran peñón que la adorna, así como por una valla con portilla metálica que la parte en dos: hay que cruzar la portilla (muy importante volver a cerrarla después) y, dejando la valla metálica a mano derecha, comenzar a subir buscando un camino fino -marcado por algunos jitos- que se pierde entre la maleza de la ladera.
La mejor manera de orientarse es tomar como referencia el gran peñasco que hay plantado en la collada, el cual hay que bordear por la izquierda, pasándolo por detrás. Una vez se esté a la altura de su espalda, un sendero zigzagueante sigue subiendo hacia la izquierda entre peñascos para –enseguida- pisar la cresta de la sierra y encontrar en pocos pasos la cruz que marca la cumbre de Peña Riegos.
A pesar de ser un monte modesto, la cima de Peña Riegos es un balcón privilegiado: una de esas cumbres que recuerda a un trono, alzado sobre territorios verdísimos y como esponjosos, jalonados por cumbres de renombre en todas direcciones: el Cullargayos, cercano; la sierra de Peñamayor, con el guapo pico Trigueros destacado; el cordal del Retriñón, el pico Torres, la sierra de la Canalina, el cordal de Ponga y Caso, el macizo occidental de Picos de Europa…
Muy abajo, Caleao –punto de partida y lugar al que hay que volver- se distingue borrosa, encajada entre bosques: para regresar hasta allí sólo hay que reandar el camino, volviendo a la collada de Isorno para cruzar de nuevo la portilla metálica y retomar la pista que, sin pérdida, desciende rápidamente, rematando de forma agradable una ruta preciosa, solitaria y bastante sencilla por los mágicos terrenos del Parque Natural de Redes.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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