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MARIO ÁLVAREZ
Lunes, 28 de marzo 2022, 01:44
Educar o castigar. A esa dicotomía se enfrenta el Comité de Seguridad de la Federación Española de Escalada y Montaña para prevenir los accidentes que se producen en las cumbres asturianas. Y la elección la tienen clara: «Dar pautas a los más pequeños para evitar los comportamientos negligentes». Con este fin, han creado una guía ilustrada para niños en la que, adaptando el lenguaje, les transmiten las principales recomendaciones. «Esto es mucho más eficaz que el cobro por rescate en caso de imprudencia», opina el máximo responsable del Comité, Manolo Taibo que se remite a las estadísticas. «Desde que entró en vigor esta ley, el número de rescates no ha hecho más que incrementar», argumenta para criticar una medida cuya aplicación depende del criterio de cada comunidad autónoma, siendo Asturias partidaria de la misma.
Sin embargo, para Taibo esta decisión genera una discriminación respecto a otras actividades. Además, entiende que la penalización económica por negligencia es contraproducente «porque atenta contra la seguridad de todos los involucrados en el mismo». El problema radica en que, precisamente, para evitar la supuesta sanción, quien está en apuros tarda en pedir auxilio por lo que hay menos luz para el rescate y las condiciones son peores.
La guía publicada sintetiza su argumentario en cinco puntos: preparar el itinerario, equiparse adecuadamente, revisar la meteorología, conocerse a si mismo y dejar dicho a donde se va. Sobre este último punto, Taibo insiste en que sea una información detallada y precisa, «porque el conocer únicamente el nombre de la ruta no sirve». Además, tal y como indica en ese manual, «muchas veces la desgracia ocurre porque no somos conscientes de nuestras limitaciones».
Por esta razón, resulta frecuente la mala elección de las rutas. De tal modo, se seleccionan trayectos para los que no están preparados ya sea por el nivel técnico de dificultad que conlleva o por carecer de una forma física adecuada. En cualquier caso, hay una sobreestimación de posibilidades que, en ocasiones, desembocan en una tragedia.
Parte de la explicación a este fenómeno se encuentra en que muchas personas que deciden pasar el fin de semana en la montaña no están federados. «Se trata de familias que realizan la práctica deportiva a un nivel amateur y que no tiene tanto interés por el aprendizaje». El propio Taibo indica que en torno a tres de cada cuatro personas que van a la montaña están sin federar y, justamente, «son los que más rescates precisan». Por ello, considera necesario que se les proporcionen cierta información. «Quizás, con esta guía infantil, sean los propios niños los que puedan acabar educando a sus padres», desea. Eso sí, lo fundamental, es que procesos como este contribuyen a que las generaciones futuras disfruten de la montaña sin ponerse en peligro ni a ellos mismos, ni a quienes les rodean.
El Comité de Seguridad de la Federación Española de Escalada y Montaña exige una mayor implicación al Principado para prevenir tragedias. Si bien no responsabiliza al Gobierno regional del incremento de los accidentes durante los últimos años, cree que el Ejecutivo tiene capacidad para frenar la sangría. Y por ello, Manolo Taibo pide que se use la misma herramienta que ellos emplean en la guía: la pedagogía. Así pues, defiende la importancia de que se destine dinero público a campañas de concienciación. «Cuando desde las instituciones se detecta un problema, se crean vídeos en los que se trata de persuadir al receptor de qué riesgos no deben asumir. Se ha hecho con la covid, y se viene haciendo con los accidentes de tráfico desde hace mucho tiempo. No entiendo por qué no se hace lo propio con la montaña», insiste.
Asimismo, reclama la creación de un Observatorio de Seguridad en Montaña. Esta herramienta, según explica, permitiría un análisis detallado de los rescates producidos y permitiría la adopción de decisiones políticas. Eso sí, este ejercicio acarrearía «una mayor transparencia a la actual». Añade que se deberían ofrecer los datos con mayor regularidad porque, solo así, «podemos actuar con precisión».
Aunque se trata de una antigua reivindicación del Comité de Seguridad, lo cierto es que las cifras más recientes hacen que cobre especial relevancia. A falta de conocer los datos oficiales que facilita cada año el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias, según fuentes consultadas por EL COMERCIO, los rescates en 2021 habrían aumentado en casi un 30% respecto al año anterior.
Esto se debe a que cada vez más personas apuestan por el montañismo. En concreto, en España, son siete millones de personas los que hacen dicha práctica al haberse producido un notable incremento tras el confinamiento domiciliario, en parte por la recomendación de desarrollar el ocio al aire libre.
Terminado el último verano, se habían contabilizado 79 rescates en montaña. Además, los números también evidencian «que las zonas con más visitantes, al tener menos experiencia, sean las de siniestralidad más elevada». Por ejemplo, Cabrales normalmente es el concejo con peores datos. Solo en agosto de 2020, representó el 40% de las intervenciones. Cangas de Onís y Amieva le siguen de cerca. Aun así, el problema afecta a toda la región «y se necesita una estrategia conjunta para hacerle frente». De momento, la guía infantil es un primer paso.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Carlos G. Fernández y Lidia Carvajal
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