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R. AGUDÍN
OVIEDO.
Viernes, 10 de diciembre 2021, 00:58
A la ovetense Isabel Argüelles su pasión por la montaña le viene de familia. Su padre, Pepe Argüelles, es cazador y a ella siempre le gustó la naturaleza, hacía muchas rutas, pero no fue hasta hace tres años y medio cuando comenzó a entrenar ... más en serio. Se trasladó a vivir a Dubai y se apuntó a «grupos de montaña». Un entrenamiento que culminó en julio con una escalada al pico más alto de Europa, Elbrús, y hace una semana coronó el Kilimanjaro, en Tanzania, con una elevación de 5.895 metros.
Emocionada, ya desde su casa de Dubai, esta joven de 33 años cuenta que la experiencia arrancó el 26 de noviembre. El primer día lo dedicaron a aclimatarse y durante seis jornadas no cesó en su empeño: llegar a lo más alto. No fue fácil, tomó desde el principio unas pastillas para prevenir «el mal de altura», pero «aún así lo noté mucho». Su cuerpo se quedaba sin oxígeno mientras ascendía a lo más alto en una jornada que comenzó muy temprano. «El día de cima cenamos en el campo base. Estuvimos sin luz porque hubo una tormenta bastante gorda y utilizamos unas lámparas. A las once de la noche nos levantamos para tomar un té caliente». Sesenta minutos más tarde comenzó la ascensión y durante «seis horas y un desnivel de 1.200 metros» caminaron en la oscuridad. Vio el amanecer pisando la nieve y así alcanzaron la cumbre final que consta de tres picos. «Al primero llegamos a las 5.30 de la mañana y yo pensé que habíamos llegado a la cima. Estaba emocionada, pero había dos más». Tocó seguir caminando.
Fueron «otras dos horas» hasta que un cartel le dio la enhorabuena. «Lo más increíble son los colores, la gente y el paisaje porque cambia cada día. Pasas de un paisaje de selva tropical a otro seco, de desierto a volcánico».
La nieve solo la pisó en lo más alto y durante toda la ruta estuvo acompañado con un guía y porteadores. «En mi mochila solo llevaba agua y snacks». En los refugios dormían y en los campos base «hay cocineros» que les preparaban la comida.
Allí compartió todo tipo de experiencias con las seis personas de su grupo, aunque dos de ellas no llegaron al final. «Fuimos cuatro los que hicimos cima y durante el camino coincidimos con un grupo de rusos».
Esta montañera ovetense ya tiene marcados sus próximos objetivos. Por navidades viajará a Oviedo para estar con su familia y para el año que viene quiere ascender al Aconcagua, en Argentina, siendo el Everest su objetivo más ambicioso.
«Quiero hacer un ocho mil y estoy buscando la manera de hacerlo para 2024». Son «dos meses de viaje y es muy caro por los permisos». A ello hay que sumar las comidas, máscaras de oxígeno y el personal que te acompaña». Isabel Argüelles está decidida y lo conseguirá.
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