Ignacio Cadenaba, José Allende, Santiago de la Vega y Víctor Sánchez. X. C.

«Si no llego a salir del paso de la montaña por mí mismo, me hubiese muerto en media hora»

La Semana de la Montaña de Cangas de Onís comienza con la ponencia del escalador Víctor Sánchez, que llegó a descubrir 50 nuevas vías

LAURA FIDALGO

CANGAS DE ONÍS.

Sábado, 5 de marzo 2022, 01:21

La XXIV Semana de la Montaña de Cangas de Onís dio el pistoletazo de salida durante la jornada de ayer de la mano de Víctor Sánchez, Santiago de la Vega, Ignacio Cadenaba y José Allende. La finca Villa María se llenó de lágrimas de emoción, ... pues, la ponencia de la que Sánchez fue protagonista, fue «de lo más humana y conmovedora». Sánchez trató de mostrar la realidad de la «escalada en solitario», ya que, a pesar de la experiencia que le ampara como montañero, su verdadero reconocimiento lo encuentra en la apertura de las cincuenta nuevas vías que descubrió por su cuenta.

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Su historia no es simplemente la de un escalador de montaña, sino que se trata de una historia de superación, de valentía, y, sobre todo, de resiliencia. Con sus pros y sus contras, hace más de veinte años que Sánchez comenzó en el mundo del montañismo. No lo tuvo fácil, e incluso hubo ocasiones en las que parecía que la vida no le daba una segunda oportunidad, «pero continué al pie de cañón sin mirar abajo ni rendirme». Tanto es así que, en el documental que él mismo bautizó como 'Resiliencia' explicó las causas que le habían llevado hasta convertirse en «un auténtico Cristóbal Colón de la montaña».

Según contó, en el año 2012 consiguió salir de lo que muchos consideraban su tumba: «Si no salía del paso de la montaña por mí mismo, me hubiese muerto en menos de media hora». A pesar del logro, su pronóstico también resultó un obstáculo para el escalador, ya que «el mejor presagio era una amputación de pierna y no volver a caminar más».

La palabra «rendirse» no entra en el vocabulario del de Benia de Onís, por ello «me rebelé y decidí hacer la recuperación por mi cuenta en contra de lo que decía la ciencia». Así es como Sánchez salió ileso de aquella aventura y pronto volvió a las andadas y a la montaña, la que él califica como «mi segunda casa».

Pero la vida tenía otro «infortunio» para él. El fallecimiento de su padre y de su compañero de escalada marcaron «un antes y un después» para Sánchez. Se convirtió en alguien más «sentimental», y comenzó a dedicar todo su tiempo a la montaña. Esas horas le permitieron descubrir nuevas vías «que hoy por hoy otros escaladores como yo pueden recorrer». Para concluir, Sánchez plasmó en el documental 'El arte de la libertad', el punto de vista «especialmente ético» en el que explicó cómo consiguió abrir las diferentes vías.

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