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El ultrarunner y alpinista Kilian Jornet volverá al Everest (8.849 m) esta primavera para afrontar la que sería su cuarta expedición en la montaña más alta del mundo, según ha informado TV3. Un nuevo reto en la montaña que todavía el ... catalán no habría confirmado pero para el que según la televisión autonómica catalana el deportista ya cuenta con los permisos necesarios aprobados para esta nueva ascensión, que incluiría una subida por la cara más difícil de la montaña más alta del planeta y la travesía al Lhotse (8.511 m).
Aunque por el momento se desconocen los planes reales de Jornet, todo apunta a que se trataría de una ascensión por la arista oeste sin oxígeno. Un reto que hasta el momento nadie ha logrado en esta vía abierta en 1963 con los norteamericanos Tom Hornbein y Willi Unsoeld. Ascensión que el catalán quiere encadenar además con el Lhotse también sin oxígeno. Una travesía Everest-Lhotse que continúa siendo uno de los sueños largamente perseguidos por el ochomilismo.
Este reto implicaría estar en la conocida como zona de la muerte (por encima de los 7.500 metros) durante al menos 24 horas y subir al Everest por esa arista Oeste, una de las rutas más complicadas y también menos masificadas en esta época del año. La travesía implicaría después descender hasta el Collado Sur y de ahí encadenar la ascensión a la cumbre del Lhotse antes de regresar al campo base.
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Alba Llano Olay
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De confirmarse estos nuevos planes de Kilian Jornet, se trataría de su cuarta ascensión en el techo del mundo, el cual coronó por partida doble en 2017 cuando en sólo una semana ascendió y descendió del Everest en 26 horas el 22 de mayo desde 5.100 m y el 27 de mayo en 17 horas desde 6.500 m respectivamente. Su primer intento fue en verano de 2016 por la vertiente norte y dentro del proyecto 'Summits of my Life', pero la mala meteorología le obligó a abandonar antes de alcanzar cumbre. Algo similar a lo que le ocurrió cuando volvió después de su doble ascensión en 2019 para atacar su vertiente sur, cuando la lluvia, nieve y viento le obligaron a dar la vuelta después de superar los 8.300 m.
Aún así, parece que la cima más alta del mundo no tiene secretos para el catalán, una montaña que, de confirmarse esta nueva ascensión, podría ser testigo esta primavera de otro de sus retos extremos y aparentemente imposibles con esa travesía Everest-Lhotse sin oxígeno. Pero si por algo se caracteriza este deporte es por hacer posible lo imaginable y eso podría incluir el que sería el objetivo más exigente de la temporada en el Himalaya.
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