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Eduardo González Amandi escalando la cara Norte del Cholatse en Nepal. Eduardo González

Eduardo González Amandi: «Picos como el Cholatse a 6.440 m te dejan el cuerpo del revés»

«Deportes como la escalada o el alpinismo son muy desagradecidos para los músculos y para todo en general, más después de tantas semanas de inactividad», asegura el experimentado alpinista y escalador gijonés

Sábado, 25 de abril 2020, 10:05

Eduardo González Amandi es uno de esos alpinistas y escaladores que han conseguido convertir su pasión en una forma de vida. Y es que a sus 38 años lleva más de media vida subido en las montañas. En ellas comenzó haciendo «las primeras ... pateadas con trece años y con el Grupo de Montaña Ensidesa de Gijón», después atreviéndose a hacer las primeras invernales en Peña Ubiña o Peña Castil auténticos retos para un niño de apenas catorce años en los que asegura que hubo «mucho disfrute pero también sufrimiento», estas fueron las primeras sensaciones que finalmente consiguieron 'atrapar' a este gijonés.

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Desde entonces asegura que practica la montaña «a un nivel enfermizo», eso es lo que le ha llevado a abrir sus propias vías de escalada y a afrontar toda clase de retos en la montaña que cualquier fanático de este deporte soñaría realizar. Como su primera gran cara norte del pilar de L'Angle al Mont Blanc con Manu Córdova, la cara norte del Eiger o de las Jorasses en los Alpes.

Escalando la cara norte de las Grandes Jorasses. Eduardo Gonzalez

En su currículum también figuran vías legendarias como la Ferrari del Cerro Torre (en la Patagonia), el Salathe Wall en El Capitán en Yosemite, el Mckinley en Alaska o la actividad alpina que más ha puesto al límite a este gijonés, la cara norte del Cholatse. Una escalada alpina, con la que él y su compañero Kiko Borja lograron convertirse en 2014 en los primeros españoles en ascender por ella en tan solo 84 horas.

En la cima del Cerro Torre Eduardo González

Durante estos años ha combinado esta pasión por la montaña con su profesión como Policía Nacional en Huesca, ciudad en la que reside desde hace quince años. Pero ahora la situación excepcional que atraviesa el país a causa del Covid-19, como al resto, también le ha obligado a parar en seco y a dejar apartada la montaña por un tiempo de momento indefinido.

- ¿Cómo está llevando esta situación de estado de alarma que le está tocando vivir como policía y a la vez como alpinista confinado en casa? ¿Echa de menos esa falta de libertad en la montaña?

Ser Policía Nacional en una ciudad como Huesca está siendo fácil de llevar porque al final la mayor parte de la gente vive confinada como en el resto del país y se está respetando muy bien el confinamiento, así que ahora estamos más tranquilos que nunca en ese aspecto. Cuando la gente pueda volver a la calle será sin duda cuando más trabajo tengamos.

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Como escalador y alpinista se lleva bastante peor. Siempre he estado equipando o abriendo vías o escalando porque es lo que me gusta pero sobre todo porque soy una persona de no parar. Esto sumado a que nos está tocando estar confinados en plena temporada de hacer alpinismo y a que vivo en un piso pequeño, pues cuesta llevarlo bien y sí que se echa en falta la montaña.

- ¿Sigue algún tipo de entrenamientos durante estos días de confinamiento?

Intento hacer una hora de ejercicio al día, pero no todos los días, porque no todos me siento igual de motivado.

- ¿Cómo afecta un parón de estas características a la progresión en este tipo de deportes?

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Este tipo de deportes como la escalada o el alpinismo, son de los más desagradecidos que hay. Cuando se pueda salir a disfrutar de la montaña sin duda me cogeré la mochila y me iré al monte directo. Me podré dar un buen pateo hasta algún pico fácil escalando y pateando. Pero tengo claro que no me meteré a escalar en ninguna pared desplomada o de gran dificultad porque la realidad es que cuando salgamos del confinamiento, la mayoría no nos vamos a mover igual de bien que antes. Este tipo de deportes son muy desagradecidos para los músculos y para todo en general y más después de tantas semanas de inactividad.

- ¿Cómo se imagina la vuelta a la normalidad? ¿Cree que este confinamiento hará que la gente aprecie un poco más la naturaleza?

Muchos se darán cuenta de que el querer hacer una mayor dificultad en la escalada es lo de menos. Con que puedas salir al monte, reencontrarte con los amigos y hacer alguna actividad al aire libre será más que suficiente para disfrutar. Simplemente ir al monte y divertirse ya es un auténtico lujo. Pero la realidad es que ni yo ni nadie sabemos cómo va a ser la vuelta a la normalidad, sobre todo porque este tipo de deportes en la montaña que llevan consigo un riesgo de accidente, puede que tarden un tiempo en poder retomarse.

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- ¿Después de tantos años fuera de la 'tierrina' echa de menos alguna vez las montañas asturianas?

Lo echo de menos a ratos, pero como decimos aquí sobre todo 'cuando hace sol' porque el verano aquí en Huesca se hace muy duro por las temperaturas. También me costó en un principio adaptarme al tema de la comida porque es muy diferente a la de Asturias, pero este es un sitio de los mejores para poder hacer actividades en la montaña. Al final los Picos de Europa siempre es algo que se echa en falta porque son únicos. Pero cuando llegué a Huesca me di cuenta de que podía hacer el doble de actividad.

- ¿Cuál sería esa actividad de montaña en Asturias que le encantaría hacer cuando todo vuelva a la normalidad?

Aunque haya hecho por lo menos ya cuarenta vías en el Urriellu, me gustaría volver a hacer las cuatro caras que ya hice en su día en verano, pero poder hacerlas en invierno. Aún así, soy consciente de que esa es una actividad para la que hay que controlar bien las condiciones y para eso tendría que estar más tiempo allí. Al final es difícil querer hacer algo así cuando vives fuera.

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- Muchos durante estos días de confinamiento están aprovechando para recordar momentos pasados a través de fotos, vídeos... ¿Durante estas semanas que actividades que le hayan marcado o que le hayan supuesto un gran esfuerzo se le vienen a la cabeza?

Sin duda la primera gran cara norte del pilar de L'Angle que hice en 2007 con Manu Córdova, esa actividad nos llevó 24 horas sin parar a dormir ni nada. Luego ya vinieron muchas más, pero esa fue la primera y en la que uno se da cuenta de lo que realmente cuestan este tipo de actividades tan largas y en paredes tan grandes. También se me viene a la cabeza la Ferrari en el Cerro Torre, la escalada soñada por todo alpinista. Esa fue una de esas actividades que te marcan para toda la vida porque soñé durante muchos años con ir y de repente me vi allí con Kiko Borja y Jesús Andrés en 2012. Sabía que iba a ser increíble pero cuando estás allí es todavía más impresionante de lo que parece en las fotos. Luego vinieron muchas más, entre ellas la cara norte del Cholatse, ahí lo dimos todo y más.

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Montaña del Cholatse en Nepal (6.440 m). Eduardo González

Pero lo cierto es que al final las cosas más difíciles las haces en casa. En un terreno en el que estás más rodado es siempre donde consigues hacer una mayor dificultad. Pero una montaña de esas es un compromiso, igual no es tan difícil pero son muchísimos más metros de altura. Picos como el Cholatse te dejan el cuerpo del revés.

Escalando una efimera joya helada de los Pirineos. Eduardo González

- Algunos alpinistas han llegado a comparar durante estas semanas el confinamiento con la espera en un campo base ¿Cree que esa capacidad de aguante y de adaptación puede ayudar en una situación como la que vivimos?

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Para esto que nos está tocando vivir ahora hay que tener la cabeza dura pero de otra manera porque se trata de otro tipo de 'espera'. Al final en un campo base estás en plena naturaleza a expensas de salir a hacer una actividad con la que llevas soñando mucho tiempo, pero esto que nos está tocando vivir ahora es diferente y más difícil de llevar. Al final la única motivación es pensar en el día en el que todo pase y podamos volver a salir a la calle o a la montaña. Aún así, puede que tener la cabeza dura en otras cosas ayude, pero la situación que tenga cada uno es única.

- ¿Qué consejo le daría a todos esos amantes de la montaña que también estén deseando volver a disfrutar pronto de la naturaleza?

Viene muy bien rebuscar en los archivos para ver esas actividades anteriores, sobre todo las de hace más años. Eso es algo que siempre motiva y que muchas veces te ayuda a pensar en esos planes que te gustaría repetir cuando todo vuelva a la normalidad. Pero tengo claro que cuando llegue ese momento, a poco que nos dejen hacer, se disfrutará mucho más. Puede que después de estar todos estos meses metidos en casa y sin poder hacer nada, igual el año que viene no nos haga falta irnos de vacaciones a la Conchinchina para disfrutar, igual con los Picos de Europa o los Pirineos eres más feliz que nadie.

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