La montaña, más allá de ascensiones más o menos altas, siempre ha sido una actividad y un terreno cargado de desafíos repletos de mensajes. Un claro ejemplo de ello, es la belleza que cualquier amante de la montaña puede encontrar en un terreno tan ... bonito y a la vez imponente, como pueden ser los Picos de Europa. Un paisaje repleto de los más inesperados contrastes y que puede llevarnos desde mares de caliza a las praderías más idílicas o también a las canales más empinadas y abruptas. Un lugar casi mágico, que ya de por sí implica un desafío para cualquier montañero o montañera que se atreva a integrarse dentro de él y a superar sus desniveles, distancias y escarpadas montañas. Este es el desafío que la pasada semana se propusieron nueve compañeras y amantes de la montaña, pertenecientes al grupo de Montaña en Femenino, con el fin de superarse a sí mismas en un terreno en el que ya de por sí se sienten como en casa y con el objetivo añadido, de visibilizar también la presencia femenina en los deportes de montaña y en este tipo de rutas de gran recorrido como es el Anillo Vindio.
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Un trekking de alta montaña que abarca el Macizo Occidental de Picos de Europa y que estas compañeras superaron en sus cuatro etapas. Uno de los mayores reclamos, en lo que se refiere a actividades de montaña en Asturias, pero también todo un reto para cualquier montañero o montañera que se anime a recorrerlo. Un desafío que desde EL COMERCIO también tuvimos la suerte de presenciar en primera persona.
Una aventura que han terminado cansadas y a la vez emocionadas, pero sobre todo con muchas ganas de volver a implicarse en otra aventura en la montaña de este calibre y muy satisfechas con el trabajo en equipo logrado y con el mensaje que estas nueve montañeras han llevado a estos famosos picos. Una de las integrantes de esta travesía explica que, además de un reto físico, también lo ha sido a nivel personal: «Nos lo hemos planteado como un reto y como esa oportunidad de dejar atrás muchos tabús y prejuicios personales y sociales, de olvidarse de esos 'no puedo', de los '¿y si no lo haces?' o '¿y si mejor te quedas en casa?'. Son pequeñas coletillas y etiquetas sociales que nos han ido inculcando desde niñas y de las que hay que olvidarse para conseguir avanzar. Al final estas cuatro etapas que hemos hecho del Anillo Vindio, han sido un reto en el que es importante una buena forma física, pero también nos hemos ido dando cuenta de que con cada obstáculo que hemos ido pasando en esta ruta, también hemos tenido la oportunidad de ir quitándonos esas etiquetas sociales», confiesa Laura Marinas.
«Durante esos cuatro días haciendo en Anillo Vindio a muchas de las personas que se cruzaban con nosotras les chocaba ver a nueve mujeres juntas en el monte o más bien sin una figura masculina que tutelase al grupo y en alguna ocasión nos llegaron incluso a preguntar, quién era el experto del grupo o sobre qué tipo de ruta íbamos a hacer con esas mochilas tan grandes. En cierta forma a todos ellos les hemos dado una especie de cambio de visión y demostrado que al final todos podemos hacerlo independientemente de que seas hombre o mujer», añade.
Motivos más que suficientes por los que este grupo de montañeras también anima a las mujeres a salir de esa zona de confort: «Animamos a las mujeres a que se propongan este tipo de retos, siempre acordes a sus necesidades, objetivos y siempre teniendo en cuenta la importancia de saber moverse y orientarse en un terreno como en este caso puede ser Picos de Europa. Aún así, cualquier ruta o actividad en la montaña por sencilla que sea puede ser un buen comienzo para conseguir esos objetivos». Y es que como también asegura Arantza Zuazaga, otra de las montañeras implicadas en esta aventura: «Este tipo de actividades se pueden hacer, pero siempre con cabeza, controlando el GPS, sabiendo por dónde vas y teniendo en cuenta que siempre puede haber niebla, lluvias o que puede que no llegues a ver nada. Por todo esto, antes de implicarse en este tipo de terrenos hay que asegurarse de conocer bien la alta montaña, adelantarse a cómo puede cambiar la meteorología y esperar lo mejor, pero siempre estando preparadas para lo peor», recalca.
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En cuanto a la mezcla de sensaciones que estas nueve compañeras y amantes de la montaña han experimentado, todas ellas aseguran llevarse para casa una larga lista de estupendas sensaciones: «Nos llevamos la oportunidad de haber podido compartir esta bonita experiencia con un grupo de mujeres, esa sensación de autosuficiencia, de cuidado, de compartir y de sentirse tan bien con gente que no conoces«, nos transmite también Arantza Zuazaga.
En cuanto al recorrido, la belleza de los paisajes por los que han caminado no se queda atrás: «Si tengo algún momento o paisaje más especial que me quedará grabado en la retina para siempre ese es cuando estábamos en zona completamente caliza con unos Jous enormes. Ese momento en el que te paras a mirar a tu alrededor y todo es piedra inmensa y paredes brutales, te sientes como una mota de polvo. Esa es una sensación de inmensidad que te hace pensar en toda esa gente que durante años ha pasado por ese mismo entorno en condiciones y épocas totalmente diferentes y con otros materiales. Es una sensación indescriptible en la que te sientes pequeña y a la vez muy grande de poder estar ahí».
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Un reto que en este caso han hecho a través del grupo 'Montaña en Femenino', un grupo de Facebook a través del que todas ellas han podido conocerse.
El grupo de 'Montaña en Femenino (zona norte)' se presentó en octubre del pasado 2020 con el fin de dar visibilidad a la mujer y de luchar por la igualdad en el ámbito de la montaña y todo a través de un proyecto muy humilde que comenzó cuando Ana Nit decidió abrir una sencilla página de Facebook para que todas esas mujeres montañeras y amantes de la naturaleza pudieran unirse dejando atrás el clásico rol secundario y con el fin de organizar sus propias aventuras en la montaña. Un proyecto que comenzó como una «mini comunidad de mujeres» y que en los últimos meses ha pasado a convertirse en una comunidad de más de 430 mujeres montañeras de la zona norte de España, pero también de otras muchas comunidades. Un grupo que ya esboza otros muchos futuros retos como el Tour del Aneto o la subida a la cima del Picu Urriellu, entre otros.
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