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«Acercar a los más jóvenes al monte desde otra perspectiva y legar las esencias del montañismo clásico». Esto son los pilares sobre los que se erige un campamento de verano que este 2023 cumple sus bodas de plata.
Un campamento veraniego para legar esencias montunas
GIJÓN

Un campamento veraniego para legar esencias montunas

El grupo AMA Torrecerredo cumple 25 años consecutivos organizando un campamento infantil y juvenil con la montaña como eje

Miércoles, 26 de abril 2023, 09:48

«Conectar con la naturaleza y desconectar de la rutina. Aprender a reconocer flores, formaciones geológicas, montes, árboles, animales…distinguir y buscar huellas, descifrar mapas, hacer amigos, salir de ruta, participar en infinidad de juegos y dinámicas grupales, vivir en un refugio de montaña, aprender orientación o, incluso, practicar vivac y distinguir constelaciones y estrellas…En definitiva, 11 días de diversión y aprendizaje sobre montaña en un entorno de montaña».

Esta narración, que suena a aventura, es el «grosso modo» con el que Enrique Loredo, secretario del grupo montañero AMA Torrecerredo, define la propuesta que –junto con Lobo Nómada- han diseñado para el próximo verano 2023: un campamento infantil y juvenil con la montaña como eje. O lo que ellos llaman «poner semillas de futuro» (de las fuertes y recias) en la afición montañera.

Y no se trata, precisamente, de un estreno: el AMA Torrecerredo lleva ya 25 años organizando esta aventura, que aunque se llame «campamento» tiene el alma de una escuela de iniciación al montañismo y al conocimiento de la naturaleza y -por edad- solera suficiente para presumir de experiencia en aquello de inculcar amor por la montaña.

Un refugio de montaña propio en San Isidro es la base logística de estos campamentos, toda una escuela de iniciación al montañismo y una institución en eso de inculcar amor y respeto por las montañas entre los jóvenes

«Los campamentos veraniegos se pusieron en marcha hace ya un cuarto de siglo con la única pretensión de acercar a los más jóvenes al monte. También para infundir la idea de que el montañismo no es sólo una afición deportiva sino que ofrece muchas cosas más, muy positivas», cuentan desde el grupo.

Así, ofreciendo un espacio de esparcimiento con forma de escuela de verano, desde el Torrecerredo trabajan para traspasar las esencias del montañismo, así como para derribar estigmas y patrones que suelen repetirse a la hora de iniciar a los más jóvenes en el monte:

«La afición a la montaña y al senderismo ha crecido notablemente desde el confinamiento, pero las dinámicas grupales están extinguiéndose. Es una pena, porque compartir la montaña en grupo, con personas afines, refuerza cosas como la empatía, el compañerismo, el trabajo en equipo…En definitiva, salir a caminar no es sólo una cuestión de hacer cumbres, hay mucho más detrás», especifican, dejando muy claro que la iniciativa detrás de sus campamentos va más allá del ocio, la conciliación, el contacto con la naturaleza o el deporte –que también-, y que para ellos es muy importante trasmitir los valores y vivencias del montañismo clásico, como pequeños tesoros que cuidan y gustan de legar a las generaciones futuras.

«Además, y aunque no se puede generalizar, la experiencia nos dice que la mayoría de chavales se inician en la montaña de la mano de gente adulta… y claro, acaban relacionando la actividad montañera con algo aburrido cuando lo que en realidad les aburre es la gente con la que caminan…» remarcan, medio en broma y con risas, pero aludiendo de forma clara a un «hándicap» a la hora de salir de ruta que para muchos padres resultará muy familiar. «Sin embargo, cuando comparten las salidas montañeras con amigos y gente de su edad, lo disfrutan de otra forma, desde otra perspectiva, y se dan cuenta de que sí que es divertido. Ahí es donde se crea afición de la buena».

Para eso, para crear afición de la buena y abrir perspectivas montunas, han diseñado una programación adaptada a todos los niveles de experiencia que se divide en dos grupos de edades (infantil y juvenil) y que abarca cuatro franjas de 11 días en el calendario, extendidas durante los meses de julio y agosto.

«Contamos con monitores titulados, guías profesionales, cocina propia y casera, opción bilingüe, la colaboración estrecha de biólogas y geólogas… y hasta con un refugio propio en San Isidro, equipado con todo lo necesario, que es base logística y casa durante los días de campamento», especifican, arguyendo también que –por supuesto- no es necesaria ninguna experiencia previa ni ningún nivel para apuntarse. «No se trata de subir al Everest. Se trata de pasar unos días en plena naturaleza y disfrutar de muchas cosas en la montaña. Y aunque hacemos ascensiones a picos cercanos, siempre son asequibles, adaptadas a las necesidades del grupo y combinadas con excursiones y actividades en lagos, pozas, bosques… todo en el entorno cercano al refugio».

Preguntados por las impresiones recabadas durante estas dos décadas y media de andadura, no dudan: «Ver el monte y el montañismo con otros ojos. Eso destacan siempre quienes se animan a participar, aparte de la ilusión por las nuevas amistades o el contacto tan directo con la naturaleza», afirman.

Ayer martes ofrecieron en Gijón un acto de presentación para dar más detalles del proyecto a todos los interesados, pero también se puede recabar más información, resolver dudas y acceder a las inscripciones visitando la página del grupo (www.torrecerredo.com), llamándoles por teléfono (985 095 221) o pasando por su sede social de Gijón, ubicada en la calle Joaquín Fernández Acebal y abierta en horario de 17:30 a 20:30.

Un proyecto que cumple sus bodas de plata y que cuenta ya con unas profundas raíces en aquello de legar las esencias montunas a las jóvenes generaciones, traspasando idiosincrasias y conocimiento del que ayuda a amar, admirar y cuidar todo lo que la montaña tiene para ofrecer a quien se anime a pisarla.

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