Andarines Asturies: un proyecto de montaña en femenino que reparte solidaridad y conquista cimas

La historia que sigue es igual que una montaña: tiene más de una cara y, en cada una, hay un sendero, una causa, una lección importante. Aunque, eso sí, la cima es solamente una y el paisaje, se mire desde donde se mire, deja ver un territorio plagado de ilusión, cooperación, esfuerzo y empatía. Un paisaje que habla de superación montañera, de emociones… pero sobre todo, y ante todo, de solidaridad (y sororidad) pura y dura.

Pero, centrémonos: esta es una historia de montaña, por supuesto. Y, como tal, conlleva una gesta: concretamente la aventura de nada menos que diez féminas –todas ellas asturianas- que el próximo mes de mayo viajarán hasta Marruecos en busca de dos sueños muy concretos. El primero, ascender 5 cumbres de alrededor de 4000 metros de altura cada una. El segundo, ayudar: ir cargadas con un maletín lleno de solidaridad que valga para que en el poblado de Imi Oughlad, en el valle de Imlil (devastado por un terremoto hace dos años) puedan reconstruir su pequeña escuela rural.

No es la primera vez que viajan hasta allí: Noelia Ordieres conoció el lugar cuando viajó en solitario en 2023 y el pasado año invitó al resto a acompañarla de vuelta. Eso sí, primero preguntaron: Mustafá, guía de montaña local, les informó de primera mano dónde hacía falta poner los granos de arena. Ellas, resueltas y con remangu, recaudaron fondos para la causa. Y custodiaron el total hasta llegar a Marrakech, donde lo gastaron de forma íntegra en las necesidades que les solicitaron desde la pequeña escuela de Imi Oughlad. Luego, cargadas de sacos, se desplazaron al valle de Imlil y repartieron la ayuda, celebrando con los niños y la gente del poblado la llegada de los regalos.

«Allí, con un solo euro ya alcanza para muchísimo, por eso preferimos gastarlo en el sitio y guiadas por aquellos que saben qué hace falta. Además, generar gasto en la zona también nos pareció la mejor forma de colaborar: no se trata sólo de hacer turismo sino de hacer un turismo que sume, que aporte, que deje una huella positiva en el corazón de quienes viajamos pero también de aquellos a los que visitamos, lugares y gentes», explica el grupo, ya con todo en marcha para regresar a Marruecos dentro de 4 meses.

La experiencia de cooperación fue tan satisfactoria que la pandilla de montañeras volvió del viaje de 2024 habiendo conquistado 6 picos por encima de los 4000 metros de altura y pensando en el viaje de 2025, en seguir llevando ayuda y subiendo más montes; y hasta se estableció con un nombre: proyecto Andarines Asturies. Un proyecto que va de mujeres que quieren romper moldes y seguir explorando montañas para explorar la libertad; pero también versa sobre la importancia de tejer redes, de cooperar, de mirar de verdad los lugares que se pisan: también va de escucha, de empatía, de ganas de hacer (paso a paso) un mundo un poco mejor a base de que muchos compartan un poco de lo que tienen.

«Nosotras formamos parte de La Muyerada, un club de montaña formado íntegramente por mujeres que pretende precisamente eso, tejer redes y alianzas para que más y más mujeres se animen a practicar (y romper moldes y prejuicios) en los deportes de montaña. Dentro de ese club nace Andarines, que también es un proyecto de mujeres: mujeres con ganas de conocer montes lejanos y de aprovechar esos viajes para cooperar en pequeños proyectos que son importantes en la zona que visitamos», explican, dejando bien claro que se pueden tejer redes con causas muy muy lejanas y que lo importante del viaje no es sólo ascender montañas sino ensanchar el corazón a base de buenas experiencias. Y esta, sin duda, lo es.

«Queremos dejar muy claro que nosotras, las diez que este año formamos parte de Andarines Asturies, pagamos nuestro viaje y todos nuestros gastos. Que el dinero que recaudemos estará destinado de forma íntegra a comprar materiales para la escuela de Asnu, así como para cubrir las necesidades de las 120 familias que viven en esa aldea. Es decir, que esto no va de que nadie nos financie nuestras aventuras, ¡estaría bueno!»; Va de que nos vamos de viaje en busca de nuevos retos: nuestro objetivo es subir todos los cuatromiles del Atlás. Pero hacemos el viaje más grande aprovechando el periplo para ayudar en la zona, devastada y sin recursos», remarcan.

«Sería maravilloso que la gente colaborase con lo que pueda: una donación muy pequeña ya significa mucho y marca una gran diferencia: con 5 euros allí se pueden hacer muchas cosas… y si no es posible ayudar de manera económica también se puede colaborar compartiendo nuestro proyecto, hablándole de él a más personas o incluso proponiendo ideas que sirvan para sumar: por ejemplo, el Gijón Club Femenino y el Unión Club Ceares se han unido hace poco a Andarines regalándonos camisetas para que llevemos a los niños y nos hizo mucha ilusión. También estamos moviéndonos para cargar con cosas que allí se necesitan mucho y son difíciles de encontrar: como productos de higiene dental, productos de botiquín, material escolar…Cualquier ayuda y propuesta que ayude a sumar a la causa es más que bienvenida», aseguran.

Colaborar con el proyecto Andarines es muy sencillo: tan fácil como hacer un Bizum por la cantidad que se quiera al número 695029460. También, para hablar directamente con ellas y proponer acciones o colaborar con productos con los que puedan cargar en sus maletas se las puede localizar a través de sus redes sociales (@andarinesasturies).

La cosa es que a estas diez mujeres que forman el grupo (y el alma) de Andarines Asturies todavía les quedan más de cien días para poner rumbo a Marruecos. Y que en ese tiempo, entre todos y con muchos pocos, es posible ayudarlas a llegar más lejos, tocando y ensanchando el corazón de los que serán sus anfitriones. Sólo les queda rellenar las alforjas lo más hasta arriba que puedan a base de empatía y solidaridad asturiana: ellas se encargarán de que toda la ayuda traspase las fronteras, llegue a su destino y sirva - como un bálsamo- para curar algunas de las heridas profundas que dejó un brutal terremoto allá en un pequeño poblado perdido en los territorios montañosos del bello Atlas Marroquí.

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