Alex Txikon da por finalizada su expedición: «No he pasado tanto miedo en mi vida»

Unas condiciones extremadamente duras que les han dado más de un susto estos últimos días: «Que rabia, estamos fuertes y con ganas pero las condiciones no nos dejan seguir. Tenemos que bajar», se lamentaba Txikon a su compañero. Y es que tras haber pasado la noche en el C2 a 6.450 metros de altura, su objetivo era conseguir llegar a la pared de Lhotse y afrontar su escalada hasta el campo 3. Algo que ha sido inviable para el equipo del alpinista: «Nos hemos metido por la vía normal pero es que en la pala había 40 o 45 centímetros de nieve. Era imposible progresar. Se nos iba a caer todo encima y además el viento había comenzado a soplar otra vez», ha relatado Txikon.

También ha asegurado que uno de los momentos más peligrosos lo sufrió durante su aproximación a la pared del Lhotse, un momento crítico en el que el propio alpinista ha reconocido que la suerte estuvo de su lado: «Estábamos saliendo por el flanco del Nuptse, me acababa de dar relevo Pechanbe e iba yo de segundo, cuando de repente todo lo que había debajo de mis pies se cayó. Toneladas de hielo. Me quedé colgando de medio cuerpo. Estaba encordado con Nurbu y Lama por detrás. Nurbu me tiró para atrás y me quedé colgando al vacío. No he pasado tanto miedo en mi vida», concluía el alpinista.

Tampoco se libraron de las avalanchas en la travesía por el Valle del Silencio, un terreno lleno de grietas, ahora cubiertas por la nieve y que tuvieron que afrontar sin apenas visibilidad: «Ayer fue el peor día. Nos cayeron avalanchas. Bueno, nos han caído los dos días» (...) «Cuando subíamos no veíamos y oíamos muchas avalanchas pero no veíamos ni papa. Hemos pasado mucho miedo. Menos mal que teníamos colocados bambús y nos conocíamos bien la ruta. Aún así hemos arriesgado demasiado. Yo he tenido mucha suerte en varias ocasiones y mis compañeros también», ha relatado. «Sobre todo en el flanco del Nuptse nos caían coladas continuamente de la nieve acumulada que iba purgando. Bueno, más que coladas eran verdaderas avalanchas y alguna de ellas nos cogió. Eran de nieve polvo, pero el susto no te lo quita nadie».

Finalmente la meteorología ha vuelto a ser la peor enemiga de la expedición de Txikon, algo que ya se olía la expedición vasca desde hace días y por lo que han preferido ir paso por paso y sin adelantarse en esta ascensión que ya dan por finalizada: «Vamos a recoger todas las cosas porque no vamos a pagar otro permiso. Aquí está todo el pescado vendido y ahora tenemos que bajar todos sanos y salvos».