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En el ambiente de monte, a Adriana González Morán se la conoce como Picherelu, una lavianesa de nacimiento enamorada hasta las trancas de las montañas asturianas. Ella es una habitual de trails, cumbres, majadas y rutas, una afición que mamó desde la cuna. Pero si encabeza estas líneas no es únicamente por su pasión y prolongada experiencia en el mundo montuno sino porque a partir de ahora, Picherelu (o Adriana) es la nueva «guardesa» del albergue de Saliencia, un cargo que aborda llena de ilusión y de ideas enfocadas en dinamizar la zona .
«Casa Picherelu», así se ha rebautizado al lugar, un precioso edificio que fue la antigua escuela del valle, reconvertida en un gran albergue hace ya más de 3 décadas. Ahora, reabre sus puertas el próximo 12 de abril bajo la dirección de Adriana, que tiene entre manos un interesante proyecto en el que busca abarcar mucho más allá de las funciones oficiales de albergue de montaña:
«Por supuesto, el albergue de Saliencia seguirá siendo albergue y Casa Picherelu va a ofrecer alojamiento tipo refugio, en habitaciones compartidas y con un buen equipamiento. Estamos cerca de todo lo que hay para conocer en Somiedo, en una ubicación genial tanto montañeros como para turistas culturales, familias, grupos..», empieza explicando Adriana, remarcando que el funcionamiento es como el de cualquier albergue o refugio convencional y que dispone de 29 plazas.
Pero, además de albergue, Casa Picherelu también será un restaurante, de esos que sirven comida sencilla, tradicional, con ingredientes locales… «La intención es que mucha gente disfrute de este lugar, que sea sitio de encuentro, para relajarse, gozar con las vistas y comer rico. Que en la terraza coincidan familias, pandillas, turistas, vecinos, montañeros… Además, también hay un bar. Va a estar regentado por mi compañero César y queremos que sea un lugar en el que hacer comunidad, en el que se junten los vecinos, en el que surjan proyectos, charlas, cursos… La idea es que el albergue sea un sitio de referencia para pernoctar en Somiedo pero también un lugar de encuentro para vecinos y gente que venga a conocer la zona. Que sirva de sede de actividades en épocas de baja afluencia de visitantes o que ayude a desestacionalizar el turismo más allá de verano », explica Adriana, que tiene muy claro el potencial del albergue que ahora guarda.
Y esto no es todo: en Casa Picherelu también va a haber una biblioteca, será punto de encuentro de distintas actividades deportivas y de divulgación, ofrecerá asesoramiento turístico y montañero, acogerá exposiciones, clases de pintura y yoga, cursos, jornadas… y hasta planea ser un punto de encuentro y de coworking para nómadas digitales:
«Este edificio tiene mucha alma, está en un sitio maravilloso, cuenta con todas las comodidades, está bien equipado… Lo que pretendemos hacer es darle toda la vida posible. Que sea un sitio para que los montañeros descansen y recarguen pila pero también un lugar de encuentro para la gente del valle y, a la vez, un hospedaje acogedor para nómadas digitales. Un bar de pueblo al que ir a tomarse algo con los vecinos, de esos que sabes que se come muy bien,con ingredientes de cercanía y con ambiente de casa. Pero también un sitio abierto a charlas, cursos, talleres, retiros, exposiciones… incluso un punto de encuentro entre profesionales de diferentes sectores en el que se puedan gestar otros proyectos o propiciar sinergias artísticas, culturales, deportivas…«
En definitiva, que Adriana (Picherelu) lo que pretende es llevar una pequeña corriente de buen ambiente montañero y vecinal al guapísimo valle de Saliencia. Abrir las puertas, de par en par, para hacer del albergue un lugar de encuentro; un sitio cómodo en el que cualquiera que ame o quiera conocer mejor Somiedo tenga un sitio. Un lugar para descansar y recargar pilas pero también para informarse, para charlar con vecinos, para relajarse, para trabajar, para degustar buena comida, para poner en marcha actividades…
«Montañeros, amantes de la naturaleza, turistas,vecinos, familias, grupos, nómadas digitales, , amantes del buen comer, artistas, guías de naturaleza locales…todos estos perfiles caben en Casa Picherelu. De hecho, la intención es que el albergue se convierta en un punto de encuentro desde el que crear comunidad y actividades que dinamicen y sumen a la vida del valle», remata con ilusión Adriana.
Y aunque se confiesa nerviosa y reconozca que así, todo junto, pueda parecer que quiere abarcar mucho, lo tiene tan claro y lo visualiza tan nítidamente que el entusiasmo le gana a cualquier duda: su esquema está clarísimo, su objetivo bien marcado y en su despensa hay sacos y sacos llenos de ganas: está ansiosa por arrancar y hasta ha organizado un evento de inauguración y presentación del proyecto, abierto a todo el que quiera sumarse:
«El próximo sábado, 12 de abril, vamos a hacer una pequeña fiesta de reapertura a la que está todo el mundo invitado. Será la inauguración oficial de Casa Picherelu. Habrá una sesión vermú y una pequeña espicha de presentación e informativa. Una juntanza vecinal y montañera sencilla para ponernos cara y charlar que será el pistoletazo de salida de todos los planes guapos que tenemos para este albergue», remata sonriente, insistiendo en invitar a todo el valle de Saliencia a la reapertura, así como a cualquiera que tenga interés en su proyecto:
«Este es un edificio enorme en el que caben todas estas cosas y algunas más. Casa Picherelu no tiene sólo vocación de albergue: la ilusión está en crear una comunidad para disfrutar de este espacio, para darle vida y contribuir también a la vida del valle. El día 12 a partir de las 13 horas arranca este sueño: todo el que quiera, está invitado a venir a conocerlo».
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