La sidra, gasolina para el ascenso del Real Oviedo en Gascona

Pase lo que pase, el próximo domingo está llamado a ser un día histórico en Asturias. El Real Oviedo está a sólo un paso de cumplir su objetivo de volver a Primera División y hay un amplio margen para soñar. El oviedismo se está volcand para arropar al equipo de la capital y, amén de los centenares de forofos que acudan a Barcelona para asistir al partido contra el RCD Espanyol, la ciudad ya ha comenzado a prepararse para convertirse en un auténtico hervidero. En su camino a la gloria, al Oviedo le han salido unos aliados de primera división, al menos en lo que se refiere a la liga del turismo: los chigreros de Gascona. El Bulevar de la Sidra ha cambiado estos días sus tradicionales colores verde y amarillo por el azul carbayón en forma de banderas, bufandas, camisetas y pancartas. Ayer, los hosteleros desafiaron a la lluvia y salieron de sus chigres para escenificar su apoyo al club desde las letronas, culetes de sidra incluidos, la gasolina del ascenso.

«Vamos a vivirlo a tope, tenemos unas ganas enormes de que el Real Oviedo suba a Primera División», exclamó, tras proferir un Hala Oviedo que resonó en toda la calle, el dueño de las sidrerías Tierra Astur, César Suárez Junco, a quien, al igual que sus colegas sidreros, no le importó que lloviese para salir en la fotografía de EL COMERCIO. El ascenso, advirtió, «sería algo grandioso», pero no únicamente en el plano deportivo, «sino para la vida en la ciudad, la economía y el comercio».

¿Cómo van a vivir ese día? Los chigres pondrán el partido y esperan lucir a reventar. «Nosotros haremos una fiesta en El Vasco, queremos crear un ambiente espectacular». Y la pregunta del millón: ¿Va a ascender el Real Oviedo? «Puede subir y yo creo que va a hacerlo; tenemos un gran entrenador que siempre sale a por todas», sentenció Suárez Junco.

Unas palabras a las que se sumó el presidente del Bulevar de la Sidra, Pedro Caramés, quien vivirá la jornada «con muchos nervios y esperanza de volver a ver al Oviedo en Primera», aunque, eso sí, «un poco indignados con la FIFA por el poco corazón que han demostrado al no dejar llenar las plazas para los que no se puedan desplazar a Barcelona».

En su sidrería, La Finca, tiene a un forofo aguerrido. Manuel Rodríguez, uno de sus empleados, que se ha encargado de engalanar el chigre con algunas de las camisetas de su colección particular.

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