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R. J. GARCÍA
OVIEDO.
Lunes, 24 de octubre 2022, 01:20
Tras la derrota ante el Albacete la pasada jornada, el Oviedo vivió una de las semanas más convulsas de los últimos tiempos. Las salidas del club del entrenador, Jon Pérez 'Bolo', y del director deportivo, Tito Blanco, fueron el primer paso. El segundo fue la ... llegada de Álvaro Cervera. El tercero se dará entre mañana y pasado con el regreso de Rubén Reyes para hacerse cargo de la dirección deportiva lo que queda de la presente temporada y las tres siguientes.
El Grupo Pachuca parece que ya tenía tomada la decisión de la salida de Bolo del banquillo antes del encuentro ante el Albacete, pero con la derrota hubo menos dudas. Los nuevos propietarios del conjunto oviedista se habían encontrado a su llegada al club con el entrenador y decidieron mantenerlo en el cargo a la espera de la evolución del equipo.
Desde su llegada al banquillo, el propio técnico bilbaíno reconoció que no había sido capaz de dar con la tecla. Los cambios en la forma de jugar del equipo y en las alineaciones no dieron los frutos esperados y eso hizo que poco al poco su crédito se fuera agotando. La contundente derrota en casa ante el Cartagena ya le dejó contra las cuerdas y luego la sufrida ante el Huesca de Ziganda y el Albacete acabaron por precipitar su salida.
Sin embargo, la del entrenador no fue la única destitución, ya que el mismo domingo, en el hotel de Alicante donde el equipo había pernoctado a la espera de regresar a Asturias, se le comunicó al director deportivo que no seguiría en el cargo.
La decisión tomada por el presidente del Grupo Pachuca, de acuerdo con el presidente del club, Martín Peláez y el director general, Agustín Lleida, respondía a la pérdida de confianza en Tito Blanco, al que también se habían encontrado en el club a su llegada. El de Benidorm solo estuvo cuatro meses en el puesto.
La salida de Jon Pérez 'Bolo' fue cubierta casi de inmediato por Álvaro Cervera, con el que el club busca cambiar la marcha del equipo, que se encuentra en puestos de descenso. Es una apuesta por la experiencia y, aunque supone un importante esfuerzo económico, se entiende que se trata de la persona adecuada para una situación así.
Los equipos de Álvaro Cervera se caracterizan por su rigor defensivo. Es un técnico que prioriza los resultados por encima de todo, como demostró en el Cádiz, al que cogió en Segunda B y lo llevó a Primera. Ahora, el club está a la espera de que Rubén Reyes se pueda desvincular del Getafe para hacerse cargo de la dirección deportiva. El asturiano volvería así a un cargo que ya desempeñó la pasada temporada y que abandonó aduciendo motivos personales y la oferta del Getafe.
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