La Santina une como nunca al Oviedo

Con retraso sobre el horario previsto, pero levantando la misma expectación de siempre, la expedición azul llegó a la zona de aparcamiento frente a la Escolanía, donde fue recibida por el presidente, que llegó por delante del grueso del equipo. Recibió el primer saludo del capellán del club, Santiago Heras, que fue el encargado de hacer de anfitrión al abad de Covadonga, Adolfo Mariño, que acompañó al grupo hasta una Santa Cueva que se colapsó entre la nutridísima representación azul y el resto de feligreses que se dirigían a rendir tributo a la Virgen.

«Lo más importante es ser equipo, ser familia, si cada a uno va a lo suyo no hay forma de dialogar con el balón», envió como mensaje Mariño, antes de dejar paso a las palabras de Heras quién recordó al presidente del Grupo Pachuca, Jesús Martínez, y pidió «luz para momentos oscuros, esperanza para avanzar y confianza de los unos en los otros». La petición para la Reina de la Montaña fue clara: «Que nos guíe, que nos bendiga y que nos entrene para la vida, para poner al servicio de todos lo que cada uno tiene». El colofón lo pusieron Borja Bastón, capitán del Oviedo, y María Iglesias, capitana del equipo femenino, depositando un ramo de flores blancas y azules a los pies de la imagen que se engalano con su mantón azul para recibir a los oviedistas.

Martín Peláez se mostró exultante con una de las citas que dentro del grupo propietario del Oviedo se consideran muy importantes: «Nos hace mucha ilusión esta visita. El Grupo Pachuca tiene mucha fe, este santuario hermoso nos inspira tranquilidad y paz». Además, entre risas, confesó el mandato de Jesús Martínez: «¡Qué pida mucho aquí para que nos vaya bien!».

La gran diferencia con respecto a otros años estuvo en la presencia del equipo femenino y el presidente azul también lo quiso poner en valor: «Estamos muy contentos por venir también con el primer equipo femenino. Es la primera vez y esto es la integración total: tanto en lo deportivo como en lo institucional».

A sus palabras, respondió con más ilusión María Suárez, directora general de la sección femenina del club azul: «Es una fotografía muy importante, porque tiene su lectura icónica». En un proyecto como el que lidera, que apenas está dando sus primeros pasos, los gestos son tan importantes como los hechos y ayuda a que todos sigan empujando en la misma dirección: «Que las jugadoras se sientan parte del Real Oviedo y con Pachuca detrás. Es una muestra de la integración que tiene el femenino este año dentro del club».