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MARÍA SUÁREZ
OVIEDO.
Viernes, 31 de enero 2020, 03:09
El primer fichaje de la etapa de Francesc Arnau en la dirección deportiva del Real Oviedo fue el de Luismi Sánchez (Puerto Serrano, 1992), un mediocentro que el club «quería y necesitaba». Así se lo hizo saber el catalán al andaluz. Y esa seguridad y confianza, viniendo de un histórico del fútbol español, fueron claves para convencer al jugador y que hiciera las maletas rumbo al norte. El fichaje azul, sorprendido por su titularidad nada más aterrizar, ve por primera vez la luz en el túnel más difícil para un futbolista: el que marcan las lesiones. Sabiendo que Mossa y Tejera estaban en el vestuario, le decisión fue aún más sencilla. Con ellos ya logró en Tarragona un reto «tan bonito como exigente». El de amarrar cuanto antes la permanencia.
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-Lleva solo quince días, pero ¿jugar tres partidos ha sido el mejor aterrizaje posible en el Oviedo?
-Llevaba más de un año sin competir en Liga con el Valladolid y llegar aquí y jugar con solo un par de entrenamientos era algo que no me esperaba. Está siendo un arranque exigente y yo estoy tratando de recuperarme lo antes posible, adaptando el cuerpo a la situación... Estoy muy contento por cómo se está dando.
-¿Cómo hace para que no se note esa inactividad en el campo?
-Intento cuidarme, exigirme cada entrenamiento al máximo y eso es lo que me lleva a aguantar el ritmo en estos partidos tan exigentes. Es verdad que me falta un poco, yo mismo me lo noto, pero espero ir cogiendo lo que me queda poco a poco.
-Habrá sido un refuerzo positivo ser titular tras dos años sin continuidad....
-Es muy de agradecer esa apuesta por mí por parte del cuerpo técnico. Tengo que devolver esa confianza con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio en el terreno de juego.
-¿Cómo ve al equipo en lo deportivo? ¿Qué aporta Luismi?
-Javi Rozada me pide que sostenga al equipo y sea el motor, que el conjunto no se rompa y lo equilibre. Estamos ajustando detalles tácticos, también a balón parado. En cuanto ganemos un partido se verá distinto.
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-Conocía a Tejera y a Mossa de la etapa en Tarragona. ¿Eso influyó en la idea de venir a Oviedo?
-Viví unos meses espectaculares con ellos en el Nástic y logramos el objetivo de la permanencia. Ese es el camino. Cuando sonó el Oviedo, lo primero que se me vino a la mente fueron ellos. Sabía que me iba a encontrar bien con ambos y que me iba a adaptar rápido.
-¿Qué le contaron sobre Oviedo?
-Me advirtieron sobre la lluvia y me dijeron que iba a estar cómodo en el equipo, que, pese a la situación, me esperaba un reto tan exigente como bonito. Se ofrecieron en lo que hiciese falta y estoy agradecido a los dos.
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-La salida de Tejera en Montilivi fue determinante. ¿Cómo se encuentra con él y con Jimmy?
-Es un jugador con el que me complemento muy bien y al que conozco. Y con Jimmy también juego cómodo. Es un futbolista muy solidario, que se ofrece siempre e intenta ayudar en todo momento.
-Con 18 años tuvo que superar una fractura craneal que le hace jugar con protección y hace dos una lesión de tobillo le lastró más de un año. ¿Está viendo la luz al final del túnel con esta oportunidad?
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-Para mí la del tobillo fue incluso peor que la primera, pese a la gravedad de aquella. Tenía varias zonas afectadas y, cuando no me molestaba una cosa, era otra la que dolía. Fue muy complicado superar las molestias en ese pie y, después de una lesión tan aparatosa, el simple hecho de terminar un partido te hace valorar mucho dónde estás.
-¿Cómo está físicamente?
-Mejor de lo que esperaba, la verdad. La semana pasada no completé todos los entrenamientos por unas molestias y es cierto que me cuesta un poco afrontar el final de los partidos, pero con esfuerzo y entrenando a diario lograré recuperar mi ritmo en el campo.
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-Tuvo muy claro venir a Oviedo...
-Cuando Arnau se reunió conmigo en Valladolid me mostró mucha confianza e interés. Que venga el director deportivo de un club como el Real Oviedo y te diga que te quiere, que el equipo te necesita, supone ver la luz. Sobre todo después de un año en el que no sabía nada y me entrenaba prácticamente solo. No tuve ninguna duda.
-No debió ser fácil mentalmente pasar el año sin casi jugar.
-Es muy complicado. Son muchas noches pensando y se te hacen muy largas. No sabes si te vas a recuperar o no y no puedes dormir. Solo puedes centrarte en trabajar cada día para ello. Ahora vengo aquí y juego, todo cambia, es aire nuevo y todo fluye. Eso para mí y para mi familia es lo máximo ahora mismo.
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-La situación del equipo no es fácil. ¿Cómo la afronta?
-La única fórmula válida es el trabajo. Tengo la experiencia de haberlo logrado en Tarragona y solo vale aislarse, estar juntos y ponerle mucho trabajo y sacrificio. Hay que ganar en Albacete como sea.
-Hará falta el apoyo de la grada...
-La afición es quien te da el impulso que necesitas cuando lo necesitas. Ese plus al final de un partido solo te lo pueden dar ellos. Por eso son el jugador número '12'.
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